Visitar Nápoles es una belleza en algunos sentidos, está llena de historia, y como no siempre tiene a su volcán Vesubio por lo que pudiera pasar.
Cuando paseas por las calles de su ciudad (Vía Toledo, calle peatonal de las más famosas para los napolitanos), observarás muchos adoquines, circular bicicletas y motos, algo muy normal del día a día. Pero a la vez, también verás un lugar algo caótico.
La pasión por el fútbol es algo que siempre llevará en la sangre todos los napolitanos, la viven como en pocas partes del mundo, sino que se lo pregunten a Diego Armando Maradona.
Lo más que te puede gustar a parte de la gastronomía (las mejores pizzas), son sus Palacios (Palacio Real), la Catedral (de estilo Gótico), sus Castillos (Castillo dell Óvo), Iglesias (la de Santa Clara es de las más hermosas) y sus plazas (La Plaza Garibaldi es el lugar neurálgico de la ciudad, La Piazza del Mercado una preciosidad romana). Por último no te puedes perder los museos que no son pocos.