No quería dejar de poner mis naranjas confitadas, ya sé que está la receta por todas partes, pero yo también quiero que conste en mi recetario y aquí está. Las preparé en enero para el roscón de reyes y quedaron de lujo. El otro día las preparé para regalarlas bañadas con chocolate que es lo que más le gusta a mi padre, y como era su cumpleaños, nada mejor para él, le gustan más que cualquier dulce o tarta. Para ti papa!
Aprovecho para deciros que mis últimas naranjas las he comprado por internet a un pequeño productor de la cuenca del Júcar porque no se tiran más de un mes en cámaras y no les ponen esas ceras y abrillantadores tan nocivos. Las pides y van al árbol, las cogen y en menos de 24h. están en casa y sin gastos de envío. El sabor una pasada tanto para mesa como para zumo. Tienen la piel fina y son deliciosas. De ahí su nombre, Naranjas delicia . No me pagan nada ni me han regalado nada, simplemente lo digo porque me ha parecido una iniciativa muy buena. Ahora mismo los grandes productores son los que se llevan el gato al agua dejando fuera del mercado a los pequeños productores que no pueden competir. Espero que estos chicos tengan mucho éxito con su proyecto.
Hice esta caja sencilla de cartulina para guardarlas
INGREDIENTES
-una naranja y media que tenía en la nevera
-200g. de azúcar
-un vaso de agua y medio más
-150g. de chocolate para fundir
PREPARACIÓN
- En una sartén o cazuela amplia ponemos el agua con el azúcar a calentar. Mientras, cortamos con un cuchillo bien afilado la naranja en rodajas finas. Cuando se empiece a calentar, meneamos la cazuela con el fin de que se deshaga el azúcar y ponemos las rodajas de naranja.
Lo dejamos cocer a fuego medio unos treinta minutos o así dándoles la vuelta con sumo cuidado para que se bañen bien por todos lados y con cuidado de que no se peguen entre si.
Cuando casi se haya evaporado el almíbar las sacamos y las ponemos sobre la rejilla del horno.
Habremos puesto un papel de horno debajo para que caiga el almíbar sobrante. cuando estén secas, una hora más o menos, las quitamos y las ponemos sobre un papel de horno envolviéndolas y las metemos en la nevera. Se conservarán así bastante tiempo para utilizarlas en postres y dulces.
Para bañarlas en chocolate:
En esta ocasión las he cortado por la mitad para que sean de bocado pero quedan muy bonitas también con la rodaja entera.
Ponemos al fuego un cazo grande con dos dedos de agua a calentar. Cuando empiece a hervir, ponemos dentro otro cazo más pequeño con el chocolate cortado en trozos no muy grandes (baño maría).
Vamos moviendo con una cuchara de madera hasta que esté totalmente deshecho.
Sacamos y vamos mojando hasta la mitad las rodajas de naranja enteras o partidas por la mitad como hice en esta ocasión. Las vamos colocando escurridas sobre un papel de horno hasta que se sequen.
Cortamos el sobrante de chocolate con un cúter de cocina y listas para tomar o regalar.
Es muy fácil y muy resultón. Y mucho, muchísimo más baratas que las que venden, por descontado.