Narcos, la idealización del narcotráfico

Publicado el 23 septiembre 2017 por Dro @Drolope
 ATENCIÓN: La siguiente entrada puede contener spoilers malparidos de las tres temporadas de Narcos, que pueden ser imprescindibles para explicar partes de la trama, las cuales algunas fueron reales y no sería spoiler propiamente dicho, pero no quiero que me deis plomo.

Narcos ha sido, sin duda uno de los últimos fenómenos en cuanto a series se refiere y uno de los mayores éxitos de Netflix. Aprovechando que la amenaza del narcotráfico en los años 80-90 en Colombia está siendo objeto de diversas adaptaciones televisivas (El Patrón del Mal, El Cartel de los Sapos...), la plataforma estrenó en 2015 Narcos y no hay duda de que ha sido una de las mayores apuestas de Netflix y que ha salido claramente ganando, aunque su calidad en cuanto al contexto real puede ser más que cuestionable.
En las primeras dos temporadas pudimos ver cómo la DEA (Agencia Americana Antidrogas) luchaba para poder detener a Pablo Escobar (Wagner Moura), uno de los hombres más ricos del mundo gracias a su inmenso imperio del narcotráfico, que desde Medellín dirigía con mano de plomo, llegando a untar a policías, periodistas, políticos y ganándose el cariño de los medellinenses más humildes (no por nada le llamaban el Robin Hood Paisa), hasta que la magnitud de sus crímenes llegó a indignar a ese pueblo que tanto le admiraba, llevándolo a su caída en desgracia y posterior muerte en plena persecución policial.

La tercera temporada, en plena resaca Escobar, se centra en la cúpula del Cartel de Cali: Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela (Francisco Denis y Damián Alcázar), Pacho Herrera (Alberto Ammann) y Chepe Santacruz (Pêpê Rapazote) y sus tretas para evitar el destino de éste y la tarea de Javier Peña (inmejorable Pedro Pascal) en perseguir y detener a sus dirigentes, si bien con menos acción de las dos anteriores, pero con la misma intriga, presentándonos a toda la cúpula del Cartel de Cali, más organizada y jerarquizada que la de Medellín, gracias al control de Jorge Salcedo (Matías Varela), jefe de seguridad, pero que no tardará en cambiar de bando para salvar su vida. 
Una cosa que podemos apreciar es lo siguiente: la sombra de Pablo Escobar es alargada. Fue el rey de las dos primeras temporadas y dejó una impronta que la tercera, si bien ha sabido sobreponerse sin que apenas se le echara de menos, el carisma que dejó Wagner Moura (pese a su precario español) no es, ni con diferencia, el que ha tenido el Cartel de Cali, siendo esta vez Pedro Pascal quien asuma las riendas de la tercera, convirtiéndose en protagonista y narrador (Steve Murphy, interpretado por Boyd Holbrook ya había vuelto a Estados Unidos y en el espacio tiempo de la tercera temporada ya no estaba en Colombia, con lo cual su personaje simplemente ya no estaba allí) y luciéndose en uno de sus mejores papeles

Todo esto lleva a señalar una gran idealización del narcotráfico en la serie, ya que, aunque sabemos que tanto Pablo Escobar como los dirigentes del Cartel de Cali son malvados y no dudan en asesinar a sangre fría a quienes consideren una amenaza, Narcos consigue que empaticemos con esos personajes e, incluso sintamos compasión cuando tienen su final. Esta idealización también es fruto de tergiversar la realidad de lo que ocurrió, añadiéndole detalles más dulcificados de modo que el espectador no abandone el capítulo y siga viendo, ya que en realidad, los narcotaficantes de Narcos fueron asesinos crueles, que no dudaron ni un segundo en eliminar a quienes los "pisoteaban" y, por tanto, una amenaza para Colombia, que entre el narcotráfico y las FARC, se había convertido en un país peligroso. 
A pesar de todo, no quita que personalmente, haya encontrado una serie bastante entretenida y que me haga enganchado, pese a sus múltiples fallos y la lentitud de algunas tramas, aunque en general los colombianos (y con razón) aborrezcan la serie, porque no es realista en cuanto a lo que pasó de verdad con el narcotráfico y prefieran sus productos patrios como El Patrón del Mal, que según su opinión, refleja mejor lo que ocurrió. 

Ahora sólo nos queda esperar a la cuarta temporada, que ya será dedicada al narcotráfico mexicano y supongo que será totalmente diferente al colombiano, aunque no tengo esperanzas de que sea escenificado de forma fiel y siga siendo idealizado. 

Begoña Bravo (@AngryBego), de La Marmota Mecánica.