Narrativas del siglo XXI

Publicado el 02 julio 2014 por Siempreenmedio @Siempreblog

Ahora que estoy revisitando Perdidos (Lost 2004-2010) en el décimo aniversario de su estreno, me doy cuenta de lo mucho que ha aportado la conocida como 3ª Edad de Oro de la Televisión a la narrativa audiovisual de las últimas dos décadas. Aunque fue Expediente X (X-Files 1993-2002) la serie que, de alguna manera prologó esa tercera edad de oro, la iniciadora de la nueva etapa televisiva fue sin duda Los Soprano (The Sopranos 1999-2007), que ya incluía algunas innovaciones que vinieron a cambiar la forma en la que consumimos televisión. A partir de Los Soprano nos acostumbramos a ver en tv a protagonistas que para nada eran héroes intachables sino más bien personajes grises, con claroscuros o directamente antihéroes. Nos acostumbramos a ver una violencia explícita hasta entonces impensable en la pequeña pantalla; después vendrían el sexo más o menos explícito, las tramas corales sin un protagonista claro, el tratamiento de temas tabú como la homosexualidad o la muerte, la ciencia ficción (heredera de esa pica en Flandes que fue X-Files) y finalmente la narrativa transmedia, que hizo a las tramas televisivas invadir internet, la literatura, el cómic o los videojuegos expandiendo las posibiidades del relato y la interacción con los espectadores, algo en lo que J.J. Abrams y su Lost fueron pioneros.

Todo esto vino acompañado de un cambio en el modelo de serialidad a la que estábamos acostumbrados; pasamos de series con episodios autoconclusivos a otras donde la trama se desarrollaba a lo largo de una o varias temporadas, exigiendo al espectador una atención y paciencia que hasta entonces era reducto casi exclusivo de los culebrones. El resultado es doble: por un lado, da a los autores de la obra la posibilidad de expandir el relato sin estar constreñidos por la duración, alargar las tramas y subtramas, desarrollar a los personajes y profundizar en su psicología de forma mucho más certera. Y, por otro lado (el que concierne a nosotros los espectadores) exigir nuestra atención y concentración de una forma que antes tal vez sólo nos exigía la literatura. Y eso, en una sociedad donde cada vez lo queremos todo de forma más inmediata y en la que tenemos acceso a casi cualquier cosa en cualquier momento, es como un oasis en medio del desierto.

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Series recientes como The Wire (2002-2008), Games of Thrones (2011- ), House of Cards (2013- ) o True Detective (2014-),  o  tratan a los espectadores como a seres inteligentes y exigen de nosotros una atención como nunca antes nos había exigido la caja tonta. Esperemos que esta 3ª Edad de Oro televisiva dure muchos años más, pues es la muestra fehaciente de que la calidad no está reñida con la comericialidad.