A partir de este jueves, espectadores de treinta y dos países podrán ver, en un cine de su ciudad, la retransmisión, desde el Olivier Theatre, de «Medea», de Eurípides, en una producción del National Theatre dirigida por Carrie Cracknell y protagonizada por Helen McCrory. La función llegará a países de los cinco continentes: Alemania, Argentina, Australia, Austria, Bahamas, Bélgica, Bulgaria, Canadá, Chile, Chipre, Dinamarca, Eslovaquia, Estonia, Finlandia, República Checa, Francia, Grecia, Holanda, Hong Kong, India, Irlanda, Israel, Jamaica, Japón, Luxemburgo, Malta, México, Nueva Zelanda, Polonia, Suecia, Suráfrica, Suiza, Estados Unidos, Islas Vírgenes y Gran Bretaña.
¿Echais alguno de menos? Claro que sí, España. Ningún cine en nuestro país está adherido por ahora al proyecto National Theatre Live, que lleva las producciones (por regla general, excelentes) a todo el mundo gracias a retransmisiones en alta definición de una de sus funciones, grabada en vivo. Además de «Medea», actualmente se pueden ver (o se hará en próximas fechas) «The Curious Incident of the Dog in the Night-Time», «A small family business», «Frankenstein», «Coriolanus», «King Lear», «A streetcar named desire», «The Audience», «Othello», «Hamlet», «War horse», «John», «Treasure Island» y «Skylight» (solo leer estos títulos me hace salivar).
En España, varias cadenas de cines ofrecen retransmisiones de ópera y de ballet. Me parece fantástico, naturalmente. ¿Pero por qué ninguno de ellos se ha sumado a la iniciativa del National Theatre Live? (sí se ofreció la retransmisión de «Romeo y Julieta», con Orlando Bloom, desde Nueva York) No sé si son cuestiones económicas, pero me resisto a creer que no hubiera un público suficientemente numeroso para ello; si lo hay para el ballet y la ópera, mucho más minoritarias, seguro que lo hay para el teatro, aunque se haga en inglés. ¿No habría público suficiente para ver a Helen Mirren, a Carey Mulligan, a Bill Nighy, a Benedict Cumberbatch, por citar solo algunos ejemplos? Yo creo que sí. Cualquiera de las producciones anunciadas posee un enorme atractivo y cuenta con el aval previo de su éxito en la escena británica.
Es cierto que ver teatro en el cine no es lo mismo que verlo en vivo en el teatro; tampoco la ópera ni el ballet. Pero la calidad técnica de las grabaciones permite vivir una experiencia extraordinaria, que espero que algún cine español nos permita disfrutar en el futuro. Mientras tanto, si queréis ver alguna de las obras anteriores tenéis, como poco, que iros a Francia o a Suiza. Hay uno en Jersey, en Normandía, y otro en Ginebra. O iros a Londres al teatro (que sería la opción ideal) y esperar que haya entradas disponibles, que no siempre las hay. A los ingleses (no sé bien por qué), les gusta mucho ir al teatro. Claro que son tan raros que conducen por la izquierda.