Naturaleza Salvaje, de Megan Sheperd

Por Almaconarte

SINOPSIS Juliet no tiene nada que perder en la ciudad donde se arruinó su vida, por lo que la aventura hacia el exótico y lejano lugar en el que quizá encuentre las respuestas que tanto anhela sobre su familia, Pero lo que no espera es que allí le aguarden numerosos peligros y un mundo de tinieblas: una naturaleza salvaje.

Una pluma admirable

Hay estilos literarios que no se pueden dejar pasar ya que, por uno u otro motivo, destacan sobre los demás. Megan Sheperd es de esos casos: sus escenas son precisas y exquisitas, narrando tanto lo que los personajes sienten y piensan como sus movimientos. En más de una ocasión, leyéndola, me he dicho "Megan debería ser directora de escena" porque su narración es delicada y maravillosa. Su pluma es emocional sin olvidarse del detalle. Es tremendamente agradable de leer, y nos lo pone muy fácil a los lectores a la hora de adentrarnos en la historia.

Están vivos

Esa es la bendita sensación con la que he finalizado esta novela. Sus personajes son veletas emocionales, cambian constantemente bajo la justificación de lo que viven y les pasa. Están presentes y llenos de vitalidad, se dejan llevar por lo que sienten cuando es necesario.
Destacar también esos claroscuros que dibuja Megan sobre sus personalidades: no son grandes buenos ni grandes malos. Son supervivientes, movidos por las circunstancias. Pero, por encima de todo, son personas (tan duales como cualquiera que esté leyendo esto)

Y lo que te hace pensar

Naturaleza Salvaje se inspira el La isla del Doctor Moreau. Parece haber sido escrita en el siglo XIX (lo cual me parece loable).
Los giros de la trama son impredecibles (véanse mis varios ¡Oh! a lo largo de la historia). Y el final no puede ser más de infarto.
Pese a formar parte de una trilogía, el libro se puede leer de forma independiente ya que cierra casi todas las tramas (dicho sea de paso, esto me parece un punto a favor de la novela y una ventaja para el lector de cara a la espera de su continuación).
Me quedo con esa gran reflexión final de ¿cuán diferentes somos de los animales? Somos impulsivos, emocionales e intuitivos... a veces pecamos de locos, de salvajes. Entonces ¿cuál es la línea divisoria?
La nota real es un 3.75/5
¿Habéis oído hablar de él? ¿Qué es lo que más os llama la atención?