Hasta Santa María de Belate se llega pisando tramos de una antigua calzada medieval, que seguramente se construyera sobre otra anterior romana.
El enclave se encuentra estratégicamente ubicado y en un paraje espectacular en el valle del Ultzama, y a él llegamos poco después de coronar las duras rampas del Puerto de Belate que parte del pueblo de Almandoz.
Aunque tenia poca capacidad, debido al reducido tamaño de sus instalaciones, era muy reconocido su carácter caritativo hacia los peregrinos, que en verano recibían sidra y pan, y en invierno llegaban a quedarse varios días al abrigo de su fuego, cama y ropa, bien alimentados con buen caldo, sidra y pan.
Siempre tuvo el favor de las monarquías y de los estamentos eclesiásticos. El monasterio tuvo gran relevancia y llegó a tener importantes posesiones
De todo el conjunto monacal, hoy en día quedan dos edificios, muy próximos y en no muy buen estado.
La iglesia,de nave única, posee una chimenea en su lado sur, lo que lleva a pensar a algunos autores en la existencia en el origen de dos atrios a ambos laterales del templo, los contrafuertes que vemos en la actualidad se suponen de factura posterior.
La portada está compuesta por cinco arquivoltas y arco apuntado y está carente de toda decoración.
En el mismo muro de la portada, en su parte superior izquierda, se abre un vano de factura mas tardía a la de la construcción de la iglesia.
El otro edificio, de planta cuadrangular, se supone que es el que ejercía en su día, las funciones de monasterio.
Vista general del enclave
Fachada Oeste (Foto: J.C. Fernández)
Portada
Vista desde lado Norte (Foto: J.C. Fernández)
Vista desde lado Sur
Interior (Vista bóveda) (Foto: J.C. Fernández)
Interior (Detalle ménsula) (Foto: J.C. Fernández)