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No quiero teorizar sobre la vida, cada uno tiene su propia vida que vivir! Pero pienso que vivir la vida plena que merecemos no es más que aprender a ser flexibles y aceptar la vida tal como viene, sin dejar de ser uno mismo y conseguir amar! No siempre es fácil, pero tenemos toda la vida para conseguirlo, pues es todo lo que hemos venido a aprender a este mundo nuestro! Intentar mirar la vida desde fuera o vivir solo lo que nos hace sentir seguros y confortables, no es la vida que hemos venido a vivir! Es algo limitado como nuestra mente, como una embarcación fuera del agua o fondeada, pero sin navegar. La misma ancla que nos une al fondo marino y nos permite permanecer quietos sobre su superficie, en un momento dado se convierte en nuestra cadena inamovible y rígida que nos esclaviza, aunque aparentemente nos priva de los vaivenes del mar! Basta un golpe de mar o una ola de una cierta dimensión para volcar nuestra barca…
Ese ancla que nos otorga aparente seguridad, en la vida es nuestra rigidez, nuestra intolerancia y nuestros principios inflexibles, en forma de pensamientos, planes y espectativas, demasiadas veces dominados por el miedo a vivir y navegar! Con la edad, uno va afianzándose a éstos y va perdiendo el espíritu de aventura que exige cualquier vida. La vida es cambio constante e intentar evitarlo amarrándonos con un ancla a tierra no hace más que privarnos de su esencia, su sentido y su magestuosidad! Y esa resistencia a ello es, precisamente, lo que nos hace sufrir! Pero, en nuestro interior yace un faro o vigía, tan inmutable como propio, que nos permite aceptar el cambio sin dejar de ser nosotros mismos y, a la vez, sentir y vivir la vida tal como es. Es la Conciencia que, como la quilla de un barco, surca el fondo apacible del mar -el Alma- ajena a la superfície y sus olas! Ella, desde la profundidad, está preparada para aceptar la vida y, gracias a ella, dirigirnos hacia nuestro Destino, por bravo, tempestuoso y cambiante que sea nuestra vida exterior, nuestra supefície del mar! Si la dejamos, nuestra Conciencia guía nuestros pasos y determina nuestra dirección, a pesar de las circunstancias cambiantes que salpican nuestro día a día! Y ser fiel a ella es lo que nos permite sentirnos bien con nosotros mismos y, por tanto, sentirnos felices! Por lo tanto, diluye nuestro sufrimiento, que no es más que la resistencia a nuestra realidad, interior y exterior!
Y en esa plena realidad está todo lo que somos y sentimos, pues las emociones son el enlace entre nuestra realidad interior y la exterior! Así, el amor, la felicidad, la libertad, son elementos que exigen necesaria y previamente aceptar nuestra verdadera realidad! Que por cierto, tiene poco que ver con esa otra realidad sesgada y fabricada por la mente y que, dicho sea de paso, es tan limitada como ella. La realidad completa, como el mar, tiene una parte conocida y otra, desconocida y enigmática, por ello se necesita un cierto sentido de aventura para navegar por ella… y dejarse llevar! Un poco de cordura y de locura, a partes iguales! Vivir solo con cordura lo que podemos entender y explicar, no nos puede traer más que infelicidad y la sensación de estar viviendo una vida incompleta, pero sin soñar! El gran sentido y, a la vez, aprendizaje de nuestra vida es, precisamente, lograr el equilibrio entre lo cognoscible y no incognoscible, lo racional y lo emocional, lo humano y lo espiritual! Ambos extremos conforman una vida plena y, el resultado de ello y de su aceptación, nos aporta la tan buscada felicidad! Al final, pienso que algo tiene que ver con lograr y tener el valor de convertir los sueños en nuestra realidad!
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