En mi familia la tradición era y sigue siendo: Nochebuena en casa de mis tíos, y Navidad en mi casa.
Así que nosotros decidimos cenar en Nochebuena con mis suegros y comer en Navidad con mis padres y el pollo relleno de mi madre que no puede faltar.
Al irnos a vivir fuera la situación se alteró sustancialmente y más de un año tuvimos que celebrar Nochebuena y Navidad con amigos.La situación era fácil, ya que muchos por unas circunstancias u otras nos era imposible coger un avión en esas fechas o incluso teníamos la mala suerte de trabajar.
Cuando vives las Navidades fuera de tu casa te das cuenta, que es una tontería. Que el hecho está en reunirte con los tuyos, independientemente del día..
(Mi madre siempre nos guardó pollo para otro día)
Que no los quieres más porque sea Navidad, que tan sólo es una excusa para reunirnos todos.
Y pasan los días festivos y la calma vuelve a las familias.. Y los desaires, las malas o buenas relaciones persisten.. Y en Navidad sólo se diluyen un poco, aunque en el fondo del caso queda el poso.
Nos dejamos llevar por el espíritu navideño!! Unos por no hacer daño a nuestras madres, padres o hermanos.. Nos queremos creer los anuncios de la tele, las pelis navideñas..
Pero si tiene algo bonito es la ilusión.. La ilusión que se vive en la cara de los niños, la emoción por los regalos... Aunque sea algo pequeñito. Y me hace recordar cuando yo era peque, y sigo viviendo estas fechas con esa ilusión!!
Así que disfrutemos de las Navidades con toda la ilusión de niños!!