Navidad

Por César Álvaro @cialvaro

Ya sé que no todo el mundo es cristiano y poco importa eso pero permíteme que hoy te hable de lo que en pocas fechas se celebrará en gran parte del mundo.

Hace mas de 2000 años nació alguien en un pequeño pueblo de Judea que por alguna extraña razón ese mismo hecho dividió en dos la historia de la humanidad en un antes y un después de su nacimiento.

No quiero hablarte de religiones, iglesias, dogmas y demás cosas raras y complejas muy propias del enrevesado ego del ser humano. Hoy quiero hablarte de un hombre como tú y como cualquiera que entendió y dedicó su vida y su muerte a explicar a todo aquel que quisiera escucharle que el Amor y la Vida son la única verdad y la única respuesta a todas las preguntas, inquietudes y sufrimientos del ser humano.

Tanto fue así que urdió un plan en donde sería condenado a muerte y clavado en una cruz para que al mundo en tiempos futuros le llegara la noticia de aquel que vivió propagando el Amor como la única verdad, que murió y volvió a la vida y desde entonces se quedó por siempre entre nosotros, en nuestros corazones hasta que nos decidamos a escucharle y seguir su amoroso consejo de regreso a casa.

En estas fechas que estamos próximos a celebrar en gran parte de occidente, el nacimiento de aquel niño humilde que nació en un pequeña cueva lo cambió todo, dando al ser humano la esperanza de una vida plena, dichosa y eterna que yace en el interior de cada uno de nosotros a través del Amor del que todos sin excepción -y por raro que te parezca- estamos hechos.

Ya sé que para muchos es solo la excusa perfecta para irse de fiesta y pasar unos días de descanso pero te invito aunque sea un segundo a que en estos días abras tu corazón al Amor que tú eres, del que estamos hechos y que te niegas aceptar. Creyendo ser otra cosa muy distinta a tu verdadera identidad.

Para mí desde siempre la Navidad ha sido mágica y llena de recuerdos tan gratos pasados en familia que solo pensar en ello se me dibuja una sonrisa en el rostro.

En los tiempos extraños que vivimos necesitamos la magia de la navidad más que nunca.

Hemos proyectado un mundo de separación, miedo, culpa, rabia, odio, violencia, injusticia y muerte. Y parece que nos hemos vuelto adictos a nuestra propia creación y que no supiéramos cómo salir de este embrollo.

La respuesta a tanto sufrimiento y tanta tribulación del ser humano nació en la actual palestina hace poco más de 2000 años.

No dejó escrito de su puño y letra ni una sola palabra pero algo hizo para que otros si lo hicieran y su mensaje hayan llegado hasta nuestros días.

Yeshua ben Yosef, conocido como Jesús de Nazaret no era cristiano y por nacimiento fue judío. El no vino a instituir ninguna iglesia, su iglesia es el Amor al prójimo como a uno mismo.

Las cosas desde su paso por este mundo parece que no han cambiado demasiado. Guerras, violencia, injusticias, pobreza, hambruna, egoismo, culpa, miedo, enfermedad y muerte. En algún momento tendremos que mirar dentro de nosotros y dejar de querer vivir en esta demencia de mundo y querer ver mas allá de nuestra miserable ambición egolatra del ser humano.

En estos días te invito a pensar en quién eres en verdad y si este mundo que hemos creado tiene algo que ver con el Amor.

El nos trajo la buena nueva. Todos somos hijos del Amor que Dios ES y todo lo que tenemos que hacer es recordar esta verdad. Y mirando en nuestros corazones permitir que sean echadas abajo todas aquellas barreras que nosotros mismos hemos levantado contra el Amor que en verdad somos.

Es tiempo para ver en el prójimo a nuestro hermano y sabernos miembros de la misma familia y hijos de la Bondad Absoluta.

Me quedo con estos dos pasajes de los evangelios para que resuenen en tu corazón:

"El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros". Lc 17,20-25

"Así pues, traten a los demás cómo les gustaría que los trataran a ustedes. Ese es el verdadero significado de la ley y de la enseñanza de los profetas." Mateo 7:12

Feliz y bendita Navidad!

Con cariño, Enrique.

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