El pesebre vivienteConsiste en la representación de la vida en una gruta, como lo hacían muchas familias hasta las primeras décadas del siglo pasado, con grandes ambientes cavados en la roca en dónde funcionaban molinos de aceite.De particular interés son las representaciones de oficios, hoy desaparecidos, que involucran a los ancianos de la ciudad y a artesanos de pueblos vecinos que, aunque sea por pocos días, ponen a disposición del público su experiencia como testimonio de un pasado que vive en la memoria.Son más de 50 los oficios y las escenas de vida representadas a lo largo de 1 Km. de recorrido.Muy buena recepción tiene la ricota caliente recién preparada por los pastores, así como también la salchicha a las brasas y los “gnucchitti” (típica pasta del lugar).
Fotografía: radiortm.it