Una sonrisa por tu fusil
Dejamos HUAYLLAHUARA (ver entrada anterior) y nos fuimos a MOYA, un villorrio ubicado al fondo de una quebrada. Allí 4 de los chicos de mi grupo regresarían a Lima, los que quedamos continuaríamos hacia PILCHACA. En Moya (pueblo autodenominado “CUNA DE INTELECTUALES”, dicen que un hijo de estas tierras trabaja en la NASA) se nos unieron nuestros amigos KIKE y TONY que venían desde Lima trayendo más regalos. De nuevo abrazos muy fuertes y emoción y salimos rumbo a Pilchaca, esta vez acompañados por el río Moya que tiene la peculiaridad de tener el color de sus aguas de un verde esmeralda que solo había visto en la zona de la reserva de NOR YAUYOS. El paisaje mantenía su salvaje belleza intacta y luego de viajar poco más de una hora, entre curvas y precipicios, llegamos.
Camino a Pilchaca. Huancavelica - Perú
Plaza del pueblo de Moya. Huancavelica - Perú
Para nuestra sorpresa cada esquina del pueblo estaba tomada por militares quienes con sus metralletas y rostros endurecidos apenas parecían dispuestos a hablar nada. Había mucha gente en la plaza, todos murmuraban, se sentía tensión en el ambiente. Ese día el pueblo votaría la REVOCATORIA del Alcalde y como era de esperar había 2 bandos: los que estaban a favor y los que estaban en contra. Por eso estaban los soldados allí, para dispersar cualquier conato de violencia. Nosotros sabíamos esto con anterioridad pero no imaginábamos que la situación era tan delicada como para poner militares en las esquinas; había ciertos riesgos pero teníamos que continuar con nuestros fines. Nos recibieron Claudia y Mary, las enfermeras del pueblo; dos mujeres muy gentiles y que nos ayudaron en todo durante nuestra estadía. Nos llevaron hasta un local donde había colchones; acomodamos las cosas y nos llevaron al comedor comunal donde nos sirvieron una grandiosa sopa de trigo, cocinado a leña. Durante la tarde el ambiente se fue enrareciendo y nos enterábamos de más y más líos, de cosas no muy claras. Cuando supimos que el local donde estábamos pertenecía a la municipalidad preferimos dejarlo porque quizás nos podían confundir como partidarios del alcalde. REGALEMOS UNA SONRISA jamás trabaja con autoridades o políticos sino solo con la gente que labora para los pobladores: el profesor, la enfermera o el cura. Nos fuimos a dormir a la posta médica que está detrás del pueblo, en un campo de fútbol. Claudia y Mary nos consiguieron de no sé dónde nuevos colchones y empezamos a dejar todo listo para el día siguiente. Kike y Anita ensayaron el número de VIRUTA Y FLORICIENTA que iban a ofrecer a los niños y con sus ocurrencias ayudaron a distender la tensión.Plaza de Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Kike y Anita preparando su número de Viruta y Floricienta
En la posta médica de Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Al anochecer fui a la plaza y vi una camioneta negra tipo 4 x 4 o todo terreno salir peligrosamente veloz, detrás iba un coche blanco: el alcalde acababa de ser revocado y allí se iba, huyendo presuroso del pueblo. Más tarde JEREMY y KIKE caminarían por la plaza y verían a los dos bandos a punto de enfrentarse y a los militares a la expectativa esperando que la chispa se prenda para intervenir. Compartimos nuestras comidas y escuchamos explosiones que no sabíamos si eran balas o cohetes; pensamos que eran lo último, era lo mejor. Hablamos mucho y aclaramos nuestras ideas: estábamos al margen de todo, ni una palabra, pregunta ni opinión de lo que pasaba; nuestro fin no tenía por qué mancharse. Algunos de los chicos durmieron en unas camillas para enfermos y otros dormimos en los colchones tirados en el suelo, felizmente el grupo no perdió el humor y así, más relajados, nos dormimos.Amaneció muy nublado y frío. Al fondo, los cerros que guarecían el pueblo estaban enguirnaldados de neblina. Claudia y Mary llegaron a prepararnos un desayuno serrano contundente que repuso nuestras energías. Repartimos el trabajo y nos pusimos manos a las obras: por allí Madelaine preparaba con las señoras del pueblo una rica chocolatada hecha con leña; por allá otros adornábamos el colegio inicial donde recibiríamos a los niños y más otra parte del grupo ordenaba a los niños que ya iban llegando. De nuevo se encendió la emoción, la adrenalina, la incertidumbre ante los niños que son todo un mundo, toda una interrogante; uno nunca sabe cómo reaccionarán, cómo se portarán, son impredecibles.
Amanecer en Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Niños de Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Entraron al pequeño local y la magia empezó: salió FLORICIENTA y pidió a los niños que le ayudasen a llamar a VIRUTITAAAAAAAAA… salió Viruta con su gran nariz y desde ese momento las risas no se detuvieron. Ordenados, los niños se rieron, se tiraron al suelo, escucharon, contestaron preguntas, jugaron, se llevaron premios y todos nosotros, junto a ellos, fuimos niños una vez más. Como reflexionó luego EDWIN, nos dimos cuenta que no era un destino aquel al que habíamos llegado; eran más de 350 destinos, más de 350 corazones que han empezado a abrirse al mundo, en medio de una realidad hostil. El chocolate caliente vino muy bien a esas horas y el panetón fue devorado por los chiquillos... y por los no tan chiquillos también.Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Después llegó la hora de los regalos y emocionados los niños salieron al campo de fútbol: verlos sobre el césped, abriendo los obsequios, con esos cerros y esos campos alrededor era una maravilla. No había otro mundo, el que no era niño ese día no servía. Las madres ayudaban a los nenes, les explicaban las funciones de sus muñecos o rompecabezas. Nos sobró mucho chocolate en la olla y la sacamos y las madres se buscaban cualquier botella vacía para recibir allí el chocolate y llevarlo a sus casas.Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Limpiamos el colegio, el campo de futbol y la posta médica. Las señoras de pueblo hicieron un caldo de gallina delicioso para nosotros. Sacamos unas bancas al campo y bajo un sol esplendoroso comimos y reímos mucho. Era hora de volver, nos despedimos no sin pena y Claudia nos pidió lo imposible: No se olviden de Pilchaca. En el camino fuimos parando cuando encontrábamos niños trabajando en los campos para dejarles los regalos que nos habían sobrado.Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Pilchaca. Huancavelica - Perú.
Huancayo: final y celebraciónLuego de poco más de 3 horas, entre dormidos y contentos llegamos a Huancayo a eso de las 2 de la tarde; buscamos un hotel para bañarnos y cambiarnos y salir a caminar por la ciudad. En la tarde nos fuimos al PARQUE DE LA IDENTIDAD HUANCA, un sitio imperdible si visitas Huancayo: un parque que parece haber sido hecho por un Gaudí andino, con unas estatuas inmensas y algo toscas que representan a personajes importantes para el pueblo Huanca y un lugarcito donde están representados los signos del zodiaco. Justo en ese momento una banda de “huayno evangélico” (¡!) llamado ECOS DEL CIELO hacía su video clip; mejor representación de identidad huanca no había.
Empezó a llover y nos fuimos a un café muy bonito en la esquina de Ancash y Puno cuyo nombre no recuerdo pero la verdad que el sitio es excelente. Para cerrar la noche y celebrar el éxito de la campaña nos fuimos a un KARAOKE a tomarnos una sangría y cantar… o hacer algo parecido a eso. Nuestro bus de regreso a Lima salía en un par de horas y nos fuimos a la estación ya con algo de chispa.
Plaza de la Identidad Huanca. Huancayo - Perú.
Plaza de la Identidad Huanca. Huancayo - Perú.
Dicen que la vida no tiene sentido, que el sentido se lo da uno, quizás sea cierto; uno llena los años con lo que sea y siendo como es que no estamos aquí sino por muy poco ¿por qué no llenarlos con sonrisas, con pequeños actos que sumen? Ya de odio tenemos demasiado. Allá arriba, en los andes peruanos, unos niños nos habían enseñado lo que es ser puro, lo que significaba sonreír una vez más… sin miedo. ¡Feliz Navidad!Pablo
DATOS UTILES
HOTEL CONFORT en Huancayo. En la 2da cuadra de la calle Ancash. Fue un hotel que tuvo mejores tiempos pero por calidad - precio (40 soles doble con baño) estaba más que bien.