Navidad en Hungría

Por Desde Hungría
La navidad está oficialmente a la vuelta de la esquina. Oficiosamente llegó hace mucho (cada vez antes, de eso se encargan los grandes comercios). Hoy propongo, para cerrar el año en el blog (volveré en Enero), un pequeño recorrido por estas encantadoras fechas en el país magiar.
Como dije, las navidades en Hungría comienzan bien pronto: concretamente el primer domingo de adviento (cuatro domingos antes del día de Navidad). Ese día se enciende la primera vela de la corona de adviento (una corona vegetal con cuatro velas que simbolizan los cuatro domingos, y se enciende una cada domingo hasta navidad). Por estas fechas abren los tradicionales mercados de navidad callejeros y se enciende la iluminación navideña en las calles de las principales ciudades del país.
Deák Ferenc utca en navidad.
Poco después, el 6 de Diciembre, Mikulás visita por la noche los hogares húngaros para llenar de chocolates los calcetines o zapatos que han dejado colgados la noche anterior a la espera de este dulce regalo (así que a los niños se les dice que tienen que limpiar sus zapatos, o Mikulás no les dejará chocolates). También se enciende el tradicional árbol de navidad, al cual, además de bolas, cintas y demás decoración habitual, se le añaden unos dulces muy típicos de aquí llamados szaloncukor (no son mis favoritos, la verdad, siempre me han gustado más los muñequitos de chocolate), aunque en teoría hasta el día de nochebuena no debería ponerse.
Volviendo a los mercados de navidad, son sin duda la atracción más especial. En Budapest el más famoso es el de la plaza Vörösmarty. Muy cerquita de él está el de la plaza Szent István, justo delante de la basílica. Y por último, más pequeñito y desconocido, aunque con mucho encanto, el de Óbuda. En anteriores años había otro en Liszt Ferenc tér, que desde hace un par de años no abre.
El de Vörösmarty es el más grande (aunque tampoco mucho), y es perfecto para pasear bien abrigado una fría tarde invierno, oliendo esa encantadora mezcla del afrutado olor del vino caliente y el dulce aroma del kürtőskalács, mientras ojeamos los puestos de cerámicas, cristalería y gorros y abrigos de invierno. También suele haber música en directo o algún espectáculo para amenizar el ambiente.



El de la plaza Szent István está más enfocado a la gastronomía, con varios puestos de vino caliente, kürtőskalács, rétes, lángos, chorizo y morcilla, y cuenta con una pequeña pista de hielo central y el famoso advent. A la noche, con la iluminación de la basílica, tiene un encanto especial.



Por último, el de Óbuda está bastante alejado del centro, pero a cambio ofrece precios mucho más económicos (el vino caliente y el kürtőskalács del centro comienzan a tener ya unos precios preocupantes, enfocados casi exclusivamente a los foráneos, y no hablemos ya de la comida en general) y sin el agobio de la gente del centro de la ciudad, aunque es más pequeñito. Es mi favorito, por ser más íntimo y porque esta plaza me encanta, como se nota en la entrada sobre este rincón especial de Budapest. Es fácil llegar con el metro 3 hasta Árpád híd y desde aquí tomando el tranvía 1 para cruzar el puente hasta Szentlélek tér. De aquí hay tres pasos hasta Fő tér, donde se encuentra el mercado.
Entrada al mercado de navidad de Óbuda.
Finalmente uno puede patinar en la enorme pista de hielo al aire libre en Varosliget, delante del castillo de Hunyadi, en el mismo sitio donde en verano hay un lago y puede pasearse en barca (en invierno este lago es drenado).
Preparación de la pista de hielo de Varosliget.
Uno de mis mercados de navidad favoritos es el de Szeged, que no tiene nada que envidiar al de la capital. La mayoría de puestos están en Szechényi tér, formando una enorme hilera. Antes, había otro mercado en Dóm tér (plaza de la catedral) con un enorme adviento, muchos puestos y una carpa circular en la que refugiarse y sentarse en fardos de paja para beber el vino caliente o krampampuli y ver algún concierto. Por desgracia, en los últimos años este último lo movieron a la reformada plaza Dugonics, probablemente por la presión de las tiendas y locales de Kárász utca, que quedaba fuera de la ecuación. Aún así merece mucho la pena.
Calle Kárász de Szeged, con iluminación navideña.
Árbol de navidad en Klauzál tér, Szeged.
Catedral y mercado de Dóm tér, Szeged.
No conozco el de más ciudades, aunque Debrecen, Miskolc, Pécs o Eger también disponen de sus propios mercados de navidad. Cerca de la frontera está el mercado de navidad de Viena, con mucha fama (quizás demasiada, como casi todo en Viena).
Cada domingo de Diciembre, como expliqué, se enciende una vela del gigantesco arbusto circular llamado Advent, hasta que en la nochebuena están sus cuatro velas encendidas. El evento suele tener un pequeño espectáculo y reúne a cientos de húngaros. En las casas también es habitual tener como decoración una versión doméstica mucho más pequeña.
La nochebuena se celebra el habitual 24 de Diciembre, cenando la tradicional halaszlé (sopa de pescado o la rakott kaposzta (col rellena, uno de mis platos húngaros favoritos). El 25, Navidad, es el día de abrir los regalos, que aquí los tres el niño Jesús. Por último el 31 de Diciembre es la nochevieja, y no, aquí no hay uvas ni campanadas (todavía hay muchos españoles que piensan que es algo que se hace en todo el mundo, y lo más gracioso es explicar a los húngaros en qué consiste esta tradición tan typical spanish), sino que se escucha el himno nacional (¿he dicho alguna vez que los húngaros son muy patrióticos?). Después se suele salir de fiesta por el centro o a los tan afamados cotillones de nochevieja.
Y después, se acabó. En Hungría no hay reyes magos (otra costumbre 100% spanish, para alargar las navidades más de la cuenta). Aquí todo termina el 1 de Enero, cuando aún queda mucha travesíapor el largo, frío y oscuro invierno hasta que Lorenzo vuelva por sus fueros allá por primavera. En este día se suele comer lentejas, ya que augura prosperidad económica para el nuevo año (quizás por su forma de pequeñas monedas). Se suele acompañar de cerdo, pero nunca pollo o pescado, ya que da mala suerte, o eso dicen.
Feliz navidad a todos los lectores y muchas gracias por vuestros comentarios y visitas en este primer año de vida! Boldog karácsonyt és B.Ú.É.K.!