Casto como el papel, sobrio como el agua, inclinado a la devoción como una comulgante, inofensivo como una víctima, no me disgustaría pasar por un libertino, un borracho, un impío y un asesino, escribe Baudelaire en uno de lo textos que Sexto Piso publica en el magnífico volumen de Dibujos y fragmentos póstumos, que reúne la obra gráfica de Baudelaire y los textos póstumos del padre de la poesía contemporánea, con edición, traducción y notas de Ernesto Kavi, que escribe en su introducción (Fiat Lux) a los Dibujos:
Baudelaire no ignoraba la potencia de las imágenes y (...) dedicó su vida entera a fabricarlas, a veces con palabras, a veces con pinceles y colores. Se recogen así en un libro espléndidamente editado los dibujos que hizo Baudelaire entre 1843 y 1859 y los Fragmentos póstumos que escribió de 1854 a 1866, entre ellos las notas de Proyectiles, las reflexiones de Mi corazón al desnudo, los Pensamientos y aforismos o los Proyectos de prefacio a Las flores del mal.
Los tres círculos concéntricos que se unen en la noche del bosque y en un sueño de verano, las comedias oscuras y la fuerza del deseo, la Roma clásica y la Florencia del Renacimiento, el Rosellón o las Bermudas, el amor y los celos y las variables formas de la venganza, lo cortesano y lo pastoril, el campo y la ciudad, la ambigüedad sexual, el humor y la inteligencia, una Venecia oscilante entre lo trágico y lo cómico, el sueño y la magia, el desdén y la furia domada, lo inverosímil y los naufragios, los mercaderes y los equívocos, el honor y la ambición, el enredo y el diálogo, el teatro dentro del teatro, Falstaff y las comadres de Windsor, el mito y la tempestad, el perdón y la risa, los juegos de palabras, las mujeres disfrazadas de hombre y los matrimonios no deseados, la libertad individual y las convenciones sociales...
El mundo, el hombre y la vida según Shakespeare, cuyas comedias contienen la totalidad de la realidad, desde su plenitud más luminosa hasta su sesgo más oscuro y amargo.
La colección Espasa Clásicos sigue publicando el teatro completo de William Shakespeare, el mayor dramaturgo de la historia, el clásico primordial. Tras la primera entrega, que recogía las Tragedias completas, acaba de aparecer un volumen que reúne todas las comedias y tragicomedias de Shakespeare, en una versión unitaria y actual con traducciones de Ángel Luis Pujante, Salvador Oliva y Alfredo Michel Modenessi.
Precedidas de un prólogo general y de una breve introducción a cada obra, organizadas en orden cronológico y presentadas en una edición cuidadísima, ocho de las dieciocho traducciones son inéditas: Los dos caballeros de Verona, Todo bien si acaba bien, Cimbelino, La fierecilla domada, Las alegres comadres de Windsor, Pericles, La comedia de los enredos y Afanes de amor en vano.
La serie se completará con un tercer volumen que recogerá las piezas que el First Folio clasificaba como Histories, los dramas históricos.
Como a todos los clásicos que lo son de verdad, a Shakespeare no se le acaba de leer nunca. En cada nueva lectura, en cada nueva versión, en cada puesta en escena de sus variadas tramas incide una luz distinta.
Debate publica un espectacular libro escrito por Neil MacGregor, director del British Museum, como guión de A history of the world in 100 objects, una serie de programas radiofónicos que emitió la BBC en 2010.
El objetivo de la serie era hacer un viaje por la evolución de la humanidad a través del tiempo, de distintos lugares del mundo y de diversas civilizaciones. Se trataba, y a eso respondieron sus programas y los capítulos de este volumen, de seleccionar cien objetos que debían abarcar el mundo entero y reflejar la enorme variedad de la experiencia humana, de las civilizaciones y de las diferentes capas sociales. Cada uno de esos cien capítulos incluye no solo el texto explicativo, sino una ilustración imprescindible que permite que el lector se acerque a cada uno de esos objetos significativos y a veces humildes que resumen una civilización, la vida diaria o la intimidad de los hombres que vivieron hace miles de años.
Desde un canto tallado encontrado en Tanzania y datado hace dos millones de años hasta una Visa oro de los Emiratos árabes o una lámpara solar china de 2010, pasando por el papiro matemático Rhind, hallado en Tebas, que contiene ochenta y siete problemas aritméticos y geométricos, las piezas de un ajedrez noruego del siglo XII talladas en marfil de morsa y dientes de ballena, un galeón mecánico de finales del XVI o el Rinoceronte de Durero, los cien objetos, organizados en veinte bloques de cinco elementos, trazan la biografía de las cosas, como señala MacGregor en la introducción y resumen una historia de los objetos y de los hombres a través del tiempo y del espacio, a través de muchos mundos y muchas épocas.
Bajo las luminosas claraboyas del vestíbulo del British Museum este es uno de los libros que más se venden desde hace meses y acaba de aparecer en español traducido por Francisco J. Ramos Mena
Hace ahora doscientos años de la primera edición alemana de un tomo de cuentos infantiles recopilados por dos hermanos filólogos, los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm, que habían dedicado varios años a recoger y reelaborar relatos tradicionales y orales. Uno de esos relatos, tal vez el más famoso de todos, es Blancanieves, quizá también el de simbología más oscura e inquietante: la rivalidad sexual, los celos, el complejo de Edipo, el solitario viaje iniciático por el bosque peligroso, el crecimiento de la protagonista, el narcisismo, la manzana de la discordia de Afrodita y la del pecado original en Eva.
Reino de Cordelia acaba de publicarlo en una edición de lujo ilustrada por Miguel Navia y traducida por Álvaro y Luis Alberto de Cuenca. En las antípodas de Disney, las magníficas ilustraciones de Miguel Navia utilizan esa tonalidad oscura para llamar no solo a la imaginación, sino también a esos abismos de la conciencia infantil y adulta que evocó Bettelheim, para reflejar plásticamente la crueldad sangrienta que recorre sus líneas desde el principio hasta el final, el inquietante escenario del bosque peligroso o la expresividad individual de los rostros de los siete enanos protectores que lo habitan como símbolo de los siete días de la semana o de los siete planetas que giran alrededor de la figura solar y luminosa de Blancanieves.
F. Scott Fitzgerald.El gran Gatsby.Traducción de Justo Navarro.Ilustraciones de Jonny Rizzo.Sexto Piso. Barcelona, 2012.
El gran Gatsby, uno de esos títulos que han ido creciendo con el paso del tiempo hasta convertirse en un clásico contemporáneo, vuelve de nuevo a la actualidad.
El interés que sigue suscitando la novela lo confirma no sólo el reciente estreno de una nueva versión cinematográfica -la primera es de 1926, solo un año después de la primera edición del libro- con Leonardo Di Caprio y Carey Mulligan, sino el hecho de que en las mesas de novedades aparezca una nueva y espléndida edición ilustrada que publica Sexto Piso con la traducción que Justo Navarro preparó para Anagrama.
Por debajo de su superficie sentimental y folletinesca y más allá de su desenlace truculento, El gran Gatsby es uno de esos títulos que han ido creciendo con el paso del tiempo hasta convertirse en un clásico contemporáneo imprescindible y en la más acabada representación del ambiente americano de los años veinte, la Edad del Jazz y la ley seca, con su rara y explosiva mezcla de vitalismo y decadencia, de miseria y lujo.
Con ilustraciones de Jonny Ruzzo, norteamericano de Rhode Island, que captan en un potente lenguaje plástico el espíritu y la ambientación de la novela, es una invitación a la lectura o a la relectura de un texto que traza una épica de la derrota, una elegía de la autodestrucción de una época y unos personajes que comparten con el autor esa virtud poliédrica, cambiante y hasta contradictoria que solo tienen los clásicos.
Atalanta edita por primera vez en español Imagen del mito, una obra monumental del mitólogo norteamericano Joseph Campbell (1904-1987), un libro basado en un amplio banco de reproducciones que permiten recorrer cinco milenios de historia, mitología y representaciones plásticas a través de más de cuatrocientas imágenes comentadas.
Porque imagen y relato son consustanciales a la esencia y al desarrollo del mito y en esas dos actividades se proyectan la imaginación y la capacidad narrativa con las que el hombre construye, con símbolos y con palabras, la interpretación coherente del universo, de los sueños y de la vida que es la raíz del mito. Y lo que ofrece Campbell en este libro espectacular es un viaje guiado por la relación entre el mito y la civilización, el mito y el sueño, el mito y el pensamiento a través de las distintas manifestaciones visuales que las distintas culturas han elaborado, desde Mesopotamia a los mayas o los etruscos, desde la India a Oceanía, desde la cultura egipcia a la olmeca, desde China a Europa.
La mirada de Campbell es la mirada abarcadora y profunda propia de quien sustituye los prejuicios por la curiosidad intelectual y arranca de un amplio sincretismo cultural y religioso para transmitir una visión abierta e integradora de las distintas construcciones mitológicas.
Lumen publica en un espléndido tomo una selección de ensayos de Oscar Wilde. Con edición y prólogo de Andreu Jaume y traducción de Miguel Temprano García, reúne los ensayos más representativos de Wilde, una selección cronológica de aquellos textos que (...) pueden considerarse expresión del pensamiento crítico de su autor. Más que en ninguna otra zona de su obra, es en los ensayos donde brilla el Oscar Wilde más lúcido y profundo, un Wilde en el que la agudeza no es un simple destello verbal, sino una manifestación de su asombrosa capacidad analítica y de la ambición crítica que atraviesa toda su obra.
Tras la máscara del personaje homónimo que se había construido Wilde, tras sus provocaciones y sus ocurrencias, está aquí el escritor refinado y culto que considera la literatura la forma más alta de vida y reflexiona en profundidad sobre la importancia de la crítica como género literario y sobre sus posibilidades creativas, que ya exploraron los antiguos griegos, una nación de críticos de arte que nos legaron las dos artes más elevadas que existen, la vida y la literatura, la vida y la perfecta expresión de la vida. La pintura, Shakespeare, el arte por el arte o la admiración por el mundo clásico recorren estos textos procedentes de las conferencias que dio en Estados Unidos (El renacimiento inglés del arte), artículos como "La decadencia de la mentira" o "El crítico como artista", colecciones de aforismos (Frases y filosofías para uso de la juventud) y como cierre De profundis, la desgarrada carta que Wilde le escribió a su amante lord Alfred Douglas desde la cárcel de Reading.
Desde El desaparecido -la primera de las tres novelas que Kafka emprendió y no llegó a terminar y que Max Brod editó con el título América- hasta los Aforismos, pasando por El proceso y El castillo, La transformación (La Metamorfosis), los Diarios o la Carta al padre, Debolsillo publica en un estuche con nueve volúmenes la totalidad de la obra de Kafka en la mejor traducción en español, basada en la edición crítica alemana que publicó la editorial S. Fischer desde 1983 y que es considerada, por el rigor con que ha sido realizada, la edición definitiva de la obra de Franz Kafka.
La traducción que hizo Luis Cernuda de Troilo y Crésida abre el cuarto volumen de las Obras completas de William Shakespeare que está publicando Debolsillo. Troilo y Crésida es el primero de los ocho Romances que escribió el primero de los clásicos. Escritos entre 1602 y 1613, en la plenitud de su madurez creativa, están entre ellos algunas cimas como Cuento de invierno o La tempestad, en los que la maquinaria teatral del conflicto funciona como un asombroso mecanismo de precisión.
El First Folio incluía títulos como Bien está lo que bien acaba, Medida por medida, Pericles, príncipe de Tiro o Cimbelino en el apartado de las Comedias, pero la complejidad de sus tramas y la oscuridad de su retórica han inclinado a la crítica contemporánea a hacer un apartado específico con estas obras bajo el epígrafe Romances, que evoca sus fuentes novelísticas.
Como una populosa novela leía Borges la Decadencia y caída del Imperio romano, de Edward Gibbon, el padre de la historiografía moderna que publicó este monumento imperecedero en seis volúmenes entre 1776 y 1778.
La investigación y la inteligencia, la sutileza y el rigor se dan cita en las numerosas páginas de este clásico que Gibbon dedicó a analizar quince siglos que culminaron con la caída de Constantinopla en 1453. La asombrosa capacidad narrativa de aquel deísta ilustrado, dueño de una prosa depurada y exacta, se concentra en los siglos finales de la Edad Antigua y en una Edad Media que acaba cuando cae el Imperio oriental.
En Gibbon la historia es maestra del presente, porque su historia antigua rastrea las raíces de Europa. Unas raíces que fueron creciendo en los quince siglos que abarca su estudio, proyectado en un espacio igual de ambicioso que el tiempo del relato: desde Siberia al Nilo, desde China hasta Gibraltar, Gibbon construye el puente que comunica la antigüedad con la modernidad.
Cuando escribió esta obra ciclópea se atisbaba la cercanía de un cambio histórico crucial: faltaban diez años para la Revolución de 1789, que pondría el punto final a aquella Edad Moderna que había surgido de las ruinas del Imperio romano.
Atalanta acaba de completar la edición de este texto fundamental con el segundo tomo – desde el origen, progreso y efectos de la vida monástica hasta una perspectiva de las ruinas de Roma en el siglo XV- de la nueva traducción de José Sánchez de León, de la que ya apareció el primer tomo en el primer semestre del año.
Monjes y bárbaros, el rey Arturo y las cruzadas, Constantinopla y Belisario, Justiniano y Carlomagno, Mahoma y la biblioteca de Alejandría, las controversias religiosas y la milagrería, Juan Cantacuceno y el imperio otomano.
Son algunos de los personajes y las tramas de esta populosa novela que culmina con la coronación poética de Petrarca y una perspectiva de las ruinas de Roma desde la colina del Capitolio den el siglo XV. Por su ironía y su lucidez, su capacidad evocadora y su mirada crítica sobre el fanatismo religioso y los excesos del poder, este segundo tomo, centrado en la época medieval, es aún mejor que el primero.
Ilustrado, adaptado y editado por Miguel Ángel Martín, Reino de Cordelia publica Los 120 días de Sodoma, el clásico del exceso que el marqués de Sade escribió encarcelado en la Bastilla. Con una estructura que recuerda el esquema narrativo del Decamerón, Sade imagina a un grupo de personas que se reúne en el castillo de Silling durante 120 días para narrar cinco relatos cada día y practicar todo tipo de perversiones sexuales. Sade va mucho más allá de lo imaginable en el terreno del escándalo y la provocación constante con los seiscientos relatos que contiene este libro que deja a los escritores contemporáneos de pornografía como criaturas inocentes de textos previsibles.
Cuando Pasolini adaptó esta obra para rodar su Saló, no tuvo más remedio que contenerse y hacer una versión soft del original que Miguel Ángel Martín ha ilustrado con imágenes explícitas que no renuncian a reflejar nada del mundo violento y excesivo de Sade, que pasó casi treinta años de su vida encarcelado en Vincennes y en la Bastilla. Muy poco antes del 14 de julio de 1789 fue sacado de allí y encerrado en un manicomio. Desde entonces y hasta comienzos del siglo XX estuvo desaparecido el manuscrito de estos días de Sodoma y de su repertorio de barbaridades.
Chiyo Chida.Andrés Pérez Riobó.Yokai. Monstruos y fantasmas en Japón.Satori. Gijón, 2012.
Híbridos de formas animales y humanas, los yokai japoneses viven a medio camino entre la realidad y la pesadilla, entre la superstición y el folklore en los espacios compartidos por el mundo de los dioses y los hombres.
La espléndida guía ilustrada de estos monstruos y fantasmas japoneses que han publicado en Satori la diseñadora gráfica japonesa Chiyo Chida y el historiador Andrés Pérez Riobó hace un inventario alfabético de 33 yokai por su apariencia física y por su temperamento.
Protagonistas grotescos o terroríficos de diversas leyendas tradicionales japonesas, atormentan, asustan o auxilian a las personas desde su condición de dioses menores caídos en desgracia, de habitantes de los fondos marítimos, los bosques intrincados o las montañas inaccesibles.
Malignos o benéficos, divertidos o violentos, invisibles y extraños, permanecen en un limbo propio aunque con frecuencia invaden el mundo de los hombres para ocupar en principio un lugar en los relatos tradicionales de transmisión oral y para adquirir forma plástica desde el siglo XVII, en el periodo Edo de la cultura japonesa.
Una variada zoología oriental del fantasma capaz de diversas metamorfosis físicas o monstruoso resultado físico de la monstruosidad del carácter, de los celos o la envidia: el chupamugres o chupatechos, el lavahabas que aterroriza con ese ruido a la orilla del río, el fuego fatuo o la sirena, el dios perro o el vuelcaalmohadas, la vieja de montaña o la mujer de nieve, el cara plana o el cortapelos con aspecto de gallo punki.
Estos crepusculares seres de frontera y penumbra que procesionaban en las oscuras noches del medievo se modernizaron y emigraron de las zonas rurales a los núcleos urbanos antes de convertirse en antecedentes del manga y de los videojuegos, a cuya iconografía han contribuido de forma decisiva.
Como la cuarta y última parte de Los tres mosqueteros se define en el subtítulo El invierno del mosquetero, que publica Rey Lear, una novela histórica repleta de aventuras, acción e imaginación con la que Javier La Orden traslada a España al superviviente Aramis tras la muerte de Athos, Porthos y D’Artagnan en la tercera parte de la serie de Dumas.
Octogenario y con la salud recuperada, un Aramis ennoblecido con el título de duque de Alameda es asesor en Madrid del rey Carlos II en asuntos franceses frente a Luis XIV. La irrupción del conde D’Herstel, hijo ilegítimo de D’Artagnan, lo convertirá en el brazo armado del anciano mosquetero en una novela que asimila el pulso narrativo de Dumas y su capacidad para entretener y sorprender al lector.
Esta es la primera novela del autor, pero la soltura y el bien logrado tono de la narración no pueden extrañar si se sabe que Javier La Orden tradujo las tres novelas del ciclo de los mosqueteros en la que seguramente es la mejor edición en español, la de Cátedra AVREA, para la que escribió también un estudio imprescindible que está en la base de esta nueva aventura que podría haber firmado Dumas. Al fin y al cabo no hubiera sido la primera vez.
Antonio Muñoz Molina.El atrevimiento de mirar.Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores. Barcelona, 2012.
En El atrevimiento de mirar Muñoz Molina reúne nueve ensayos sobre arte y artistas. Una recopilación de textos de conferencias o de catálogos de exposiciones que toma su título de la valentía de la mirada profética de Goya sobre los Desastres de la guerra o los Fusilamientos de la Moncloa el tres de mayo.
Pero ese atrevimiento, en el que se unen ética y estética, conciencia y percepción, resume también la actitud de Antonio Muñoz Molina ante el arte, su mirada al mundo a través de la ventana de la pintura:
Creo que fue de Baudelaire y de Marcel Proust de quienes empecé aprendiendo a escribir sobre arte, intentando usar las palabras como una lente de aumento para mirar mejor lo que se tiene delante de los ojos, en los cuadros y también en la realidad.
Y el título adquiere finalmente un tercer sentido cuando se convierte en una invitación al lector para que se atreva a mirar la vida y a entenderla más profundamente a través del arte: el enigma de la vida y los personajes ensimismados bajo la luz irrepetible de Georges de La Tour, la hondura del retrato goyesco de Jovellanos, las ventanas del presunto realista que fue Hopper, una teoría del verano de 1923 a propósito del Arlequín con espejo y La flauta de Pan de Picasso, la vocación de Juan Genovés, el retrato y la sombra de Christian Schad, la presencia del tiempo en las fotografías de Nicholas Nixon o el inédito sobre las criaturas animales y humanas en la pintura de Miguel Macaya.
La mirada del espectador se superpone así a la mirada del artista de la misma manera que el viaje de ida que lleva de la vida a la literatura se convierte en este libro en un viaje de vuelta desde la pintura a la vida.
Varios autores.El palacio de Liria.Atalanta. Gerona, 2012.
El Palacio de Liria es, después del Palacio Real, el edificio particular de Madrid más importante del siglo XVIII, escribe Jacobo Siruela en el prólogo del volumen sobre el palacio de Liria que publica Atalanta.
Por sorprendente que pueda parecer, es la primera vez que se publica un libro sobre el palacio. La arquitectura, el jardín, los cuadros y los tapices, los libros y los manuscritos se abordan por distintos especialistas en siete capítulos apoyados en un espléndido material gráfico.
Tras el apartado inicial, en el que Jacobo Siruela relata la historia de la casa de Alba desde el siglo xv, Carlos Sambricio, experto en la arquitectura española de la Ilustración, firma el apartado dedicado al diseño, la importancia y la singularidad del edificio, del que William Beckford decía en 1787, dos años después de su construcción, que era el más espléndido de Madrid.
Mónica Luengo, estudiosa de la historia y la restauración de jardines, realiza aquí la primera investigación histórica del jardín del palacio desde su trazado dieciochesco hasta la remodelación de Forestier en 1916.
De la pinacoteca de Liria, con una notable colección de cuadros y tapices de las escuelas italiana, flamenca y española –Fray Angélico, Tiziano, Rembrandt, Rubens, Brueghel, Ribera, Murillo, Velázquez o Goya–, resultado de tres siglos de coleccionismo aristocrático, se encarga Fernando Checa Cremades.
José Manuel Calderón, bibliotecario del palacio, escribe una nota sobre los fondos documentales de la biblioteca –con una Biblia miniada del siglo xv- y el archivo, donde se conservan expuestos en una vitrina los diarios de a bordo de Cristóbal Colón o el testamento autógrafo de Felipe II.
Finalmente, tras un texto de José-Francisco Yvars sobre la memoria y la evolución de la colección familiar, cierra el volumen un reportaje fotográfico de Javier Salas, con un recorrido visual que permite apreciar los cuadros en su distribución actual por los salones del palacio de Liria, un pozo inagotable –señala Jacobo Siruela- de historia y cultura.
Flamenco.Pasión, desgarro y duende. Una historia fotográfica desde 1970.Fotografías de Elke Stolzenberg y José LamarcaPenínsula. Barcelona, 2012.
Con un magnífico prólogo de Alfredo Grimaldos sobre la grandeza de lo marginal y un texto inédito de Francisco Moreno Galván sobre el duende de los sonidos negros (“El cante es lo que no es el canto") Península publica Flamenco. Pasión, desgarro y duende, un excepcional libro de fotografías de dos fotógrafos excepcionales: Elke Stolzenber, con su capacidad para captar el movimiento arrebatado, y José Lamarca o el reposo en el posado para buscar la hondura y el duende en el gesto del retratado.
Un baile de Antonio Mairena con palmas y jaleos de Camarón, Fernanda de Utrera, Menese y Morente; la boda de Camarón; la verticalidad de Paco de Lucía atisbando la altura de su genio; una panorámica de los Habichuela; los rasgos afilados de Antonio Gades o el gesto de pedernal de Agujetas.
Un Chaquetón entregado en el tercio; la seriedad honda de Mairena dos años antes de su muerte; Terremoto jugando a los chinos con Menese y Sordera; El Gallina posando como un faraón; La Cañeta y María Pagés; Fernanda y Bernarda de Utrera en la Fiesta de la Bulería de Jerez en 1982.
El corpachón de Terremoto en un arranque de baile por bulerías; Porrina en claroscuro; Sordera en silla de enea; Moreno Galvá, Alberti, Menese y Marcoa Ana en París; Menese con Rancapino o con El Cabrero; el baile temperamental y masculino de Farruco; Chocolate como depositario de los sonidos negros de Manuel Torre; el Chato de la Isla recortado sobre fondo oscuro; la compostura clásica de Sabicas y la gracia jerezana de Moraíto.
Y los retratos de las familias jerezanas: los Parrilla, los Vargas, Los Terremoto o los Agujetas.
Pasión, desgarro y duende en una historia gráfica del flamenco en las últimas décadas con más de 150 fotografías de enorme potencia expresiva y sinestésica sobre un cante y un baile que se sienten al fondo de estas imágenes.
Y el que siente, como señala Moreno Galván, se convierte en orante de piedra.
Una cuidada reedición del clásico imprescindible de Alberto Manguel, revisada por el autor y ampliada con más ilustraciones en Alianza Editorial.
Seis milenios de palabras escritas y vistas desde la perspectiva del receptor. El papel del lector a lo largo de la historia y de sus soportes cambiantes: desde las tablillas sumerias hasta la tecnología electrónica de la actualidad pasando por los papiros, los códices, el pergamino o el papel.
Una historia del mundo con paradas en San Ambrosio y su lectura silenciosa o Diderot y su defensa terapéutica de las novelas sicalípticas; la máquina para leer en la cama o los lectores cubanos contratados para entretener a los trabajadores de las fábricas de tabaco en Cuba.
Leer para sí o para los demás, leer para entender el mundo o para huir de él, leer imágenes o libros prohibidos, leer el futuro o el pasado, leer sombras o robar libros.
Leer. O releer esta siempre asombrosa historia de la lectura que tiene algo del inabarcable libro de arena de Borges y mucho del libro-hombre de Whitman.
Una reivindicación de la lectura como forma de conocimiento y sobre todo como expresión activa de la rebeldía.
Santos Domínguez