Una mañana fría de invierno un pasor de ovejas se e...

Por Alberto Manuel Fernandez Galvez @Euripedia

 Una mañana fría de invierno un pasor de ovejas se encuentra el cuerpo sin vidade una mujer de unos 40 años flotando en el Río Esla, sin aparentes signos de violencia. El pastor cuyo nombre era Ricardo enseguida va al cuartel de la guardia civil que tenía el puesto en Riaño. A la media hora acuden al lugar de los hechos un forense, el capitán de la guardia civil y dos guardias civiles. Se realiza el levantamiento de cadaver y trasladan el cuerpo al anatómico forense, transcurridas unas horas se realiza la autopsia. Según el forense la mujer que se llamaba Carmen y vecina de Los espejos de la Reina falleció de hipotermia al caer al río. Según el forense no tenía signos de violencia ni ataduras ni nada parecido. A todo el mundo le parecía normal que una mujer de esas características ya que carecía de pareja y tenia una vida digamos algo mediocre, ya que vivía con tus tios y estos la maltrataban psicológica y mentalente. La hacían levantarse a las 5 de la mañana para echar de comer a las vacas y se acostaba cerca de las 11 de la noche con apenas un trozo de pan en el estómago. 

Menos un joven llamado Ricardo que solía pasar los veranos en el pueblo de su padre. De pequeño solía ir a jugar al fútbol a las eras o al río a bañarse, pero esta historia que le contaron sus abuelos le conmocionó y ya que estudiaba Criminología en Madrid quiso realizar la tesis sobre este asesinato.  

En aquella época no había coches ya que era el año 1930 y circulaban pocos coches por la carretera. En aquel verano una tarde no sabía que hacer y dicidido a coger la bicicleta que le dejó su abuelo como herencia empezó a pedalear y llegó al pueblo mas cercano que estaba a unos 2 kilometros. Se acordaba de una tia lejana que vivía en aquel lugar y decidió tocar a la puerta. En esto que apareció su tia ya con canas, mucho mas vieja de como la recordaba. 

-Hombre Ricardo, cuanto tiempo. ¿Que tal estas? Entre que te pongo y café y me cuentas que tal te va la vida.

-Muy bien tia Rosaura, espera ahora entro que estoy aparcando la bicicleta.

Entró y estaba la casa tal y como la recordaba. Era una casa vieja y sin pintura, no tenía electricidad, es decir , no tenía enchufes ni bombillas, solamente la luz de la lumbre que además calentaba toda la casa y una solitaria vela que le dieron en la iglesia. 

-Pues Tia Rosaura, le agradezco este café caliente ya que tengo algo de frío.

- Lo acabo de hacer, recién salido de la pota.

Empezó la conversación contándole que tal le había ido en Madrid, que tuvo que buscarse una pensión y un trabajo de recogepelotas en un club de tenis para pagarse los estudios. - Eso esta bien_. Le decía su tia.

-También estoy realizando la tesis doctoral de Criminología sobre unos hecho acontecidos en el pueblo, que no me termino de creer.

-¿Y de que se trata hijo?

-Pues de una señora que dicen que se suicidó hace unos años de lipotimia y la encontraron en el río.

-Anda, que casualidad. Aquí encontraron a una chica ahorcada en la cuadra el año pasado y dijeron que tambien se había suicidado.

Entonces Ricardo empezó a hilvanar. Pensó que sería mucha casualidad que en el pueblo donde solía veranear se tirara una chica al río y justo unos meses después encontrararan a una chica en el pueblo de al lado a una chica ahorcada. 

-¿Cuantos años tenía la chica?

-40

Justo la edad que tenia la chica que encontraron en el río. Al volver para casa no hacía otra cosa que preguntarse porque dos chicas de 40 años al morir, se habían suicidado sin causa aparente. Cenó unas migas de leche, se puso el pijama y se acostó a dormir. 

A la mañana siguiente lo despertaron los ladridos de unos perros que se estaban peleando en la calle. Tomó un buen vaso de leche con galletas que le había h0echo su abuela, se puso las botas de montaña y se fue al monte a dar una vuelta. Quería llegar a la cima de una montaña que había cerca de allí, ya que la gente del pueblo no solía subir ya que decían que estaba maldita. 

Cuando llevaba media hora subiendo tras unos matorrales agachó la mirada un momento y descubrió algo asombroso. Algo que nunca había visto en su vida ni nadie en aquella época. Era un teléfono móvil. Pensó que sería una piedra o un espejo de lo que usan las señoras para peinarse y siguió su camino. Al llegar a la cima se comió un trozo de tortilla que le había hecho su abuela. No solía fumar, pero en ese momento fumó un cigarro.

Al bajar ni se acordaba del teléfono móvil que tenia en la mochila. La noche acechaba asi que apremio el paso hasta llegar a casa. Guardó el telefono móvil en el cajon de la mesita de noche que le había hecho su abuelo. Esa noche no pudo dormir pensando que sería aquel objeto que se había encontrado.

A la mañana siguiente transcurrida toda la mañana, empezó de nuevo a pensar que sería aquel artilugio que se había encontrado el día anterior en la aventura montañera. ¿Era un espejo como el que usaban las mujeres, o una piedra muy antigüa o algo venido de otro planeta?- Se preguntaba él.

Lo único que se le ocurrió fue ir a visitar a la persona mas vieja del pueblo haber si le podía decir que era aquel objeto. Era un hombre de 102 años, casi ciego y sordo. tenías que gritarle para que te oyera. Y además el que fuera a su casa tenía que llevarle una docena de huevos o una barra de pan ya que sino no te ayudaba. En otros tiempos fue hasta curandero, sabía el nombre de todas las plantas de León, sus propiedades, que beneficios tenía para la salud, todas las herramientas , la gente, todo.

Al entrar a casa de Domingo le recibió su hija que tenía unos 64 años. Le ofreció una docena de huevos que le había dado su abuela como pago por sus palabras que ella aceptó gustosamente. Cuando entró en la cocina se encontró a Domingo sentado en una silla al lado de la lumbre.

-Buenos dias, don Domingo. Le traigo un objeto haber si usted sabría decirme que de que se trata.

-No tengo tiempo para tonterias le contestó.

- Ande, no sea así.

-Que no tengo tiempo, te digo.

-Atiende al chabal que solo tienes ganar de aprender. -Le reprochó su hija.

Domingo se quito la manta la tenía sobre los hombros y se sentó en la mesa. Sacó uno caramelo dulce que tenía guardado y se lo metió en la boca. Entonces cogió el móvil de Ricardo. Hubo un silencio atronador. Pasados unos segundos lo siguiente que dijo fue. 

-Este objeto nunca lo había visto. ¿Donde lo encontraste?

-Ayer en el monte, estaba debajo de una piedra.

-Pues jamás he visto nada parecido.

Después de dialogar un poco con Domingo se levantó y se fue a casa apenado porque no conseguió saber que clase de artilugio era aquel objeto.

A la mañana siguiente fue a comprar comida para su abuela a unos 15 km de su casa. Le habían encargado harina, pan, cafe y cosas así. Estando en la cola para pagar, justo cuando iba a pagar esuchó una historia de un hombre que llegó de las americas diciendo que era un viajero del tiempo, el cual habían ingresado en el psiquiatrico. No le dió ni la mas importancia. Salió de la botica y fue a un bar cercano a tomar un café. Cuando iba por la tercera página leyó una noticia que le llamó la atención. El titular decía: Ingresan a un hombre en un psiquiatrico por decir que es un viajero del tiempo. Entonces se acordó del objeto que se había encontrado en el monte y llegó a la conclusión de que aquel objeto no era de aquella época. 

Si decía la verdad, el hombre del psiquiatrico era el único en la faz de la tierra que podía saber de que se trataba aquel objeto. Decidió ir a visitarlo. 

Era un hombre canoso de unos 45 años