Necesidades educativas especiales

Por Mamaquesabe @mamaqsabe

¿Qué tipo de niños creéis que necesitan algún tipo de acción educativa especial? Pero no, no me refiero a nivel institucional, me refiero más al área familiar. Establezcamos por ejemplo un tipo “general”, un tipo “inferior a la generalidad” y otro “superior a la generalidad” (a mí es que en este sentido establecer cualquier grupo tratándose de niños no me gusta, pero hagámoslo para comprender la reflexión que hoy os quiero proponer)  

¿No creéis que todo niño, independientemente de en qué grupo se encuentre, tiene una necesidad educativa especial? Merecen tal atención individual que atienda sus necesidades en estos primeros años que no creo que haya un solo niño que no la requiera. Damos por supuesto que si nuestro hijo en algún aspecto se encuentra en el tramo inferior a la generalidad necesita de una atención especial para favorecer su desarrollo sea cual sea: motor, cognitivo, emocional… Con los del grupo acorde a la generalidad parece que nos podríamos relajar por el simple hecho de estar dentro de ella, y sin embargo creo que hacerlo puede suponer perder su perspectiva de ser único e individual. ¿Y qué hacemos con los que están en el grupo superior a la generalidad? A ellos creo que la sociedad no está acostumbrada a mirarlos con ojos de comprensión. Un niño con un desarrollo cognitivo superior a la generalidad necesita también de una atención educativa especial. Si sabemos que debemos acompañar el crecimiento y ritmo de cada niño, hay que hacerlo siempre e independientemente de a qué grupo pertenezca. De hecho, por Ley se trata de atender (o debería) tanto las dificultades de aprendizaje como las altas capacidades, así como otros casos particulares que necesitasen tratamiento especial.

Pongamos un ejemplo: mi hija pequeña al andar mete un poco el pie izquierdo; sé que entra dentro de lo que se consideraría “normal” para la edad (puede deberse a la posición que tuvo en mi útero), pero no le pierdo ojo aunque sé que es probable que se corrija sin ninguna acción especial (la pediatra dice que no le dé importancia) Cuando era bebé le hacía ejercicios en el pie mientras mamaba por ejemplo para abrirlo hacia el exterior, y cuando empezó a andar la dejaba mucho en el suelo para que cogiera soltura (a pesar de que mi marido me decía: ¿no te cansas? métela en el parque, siéntala en el cochecito…) Ahora juego a imitar al pingüino, a cantar sentadas jugando con el movimiento de pies… Ni idea de si eso ayuda, pero mal no hace tampoco, así que yo lo hago. Pero pensad ahora: y si nuestros hijos mostraran aptitudes cognitivas elevadas, ¿qué hacemos? ¿Deberíamos estar igualmente alerta? ¿Echar el freno o atender su demanda? Estoy segura de que convendréis que atender su demanda igual que hacemos en otros aspectos de cariño, salud, alimentación… No se trata de ningún concurso (o no debería ser tratado así, pero de todo hay en la vida), ni de ningún trofeo, ni de una carrera… Se trata de atención individualizada con la finalidad de atender ni más ni menos que su demanda, con la particularidad de que corresponde al área cognitiva.

Seguro que me lo habéis leído más veces: es igual de fustrante para un niño ofrecerle retos que no puede alcanzar por madurez como ofrecerle algo que ya no supone un reto para él. Porque además, cuando son pequeños tampoco parece mayor conflicto, pero imaginad cuando el niño empieza a crecer y te encuentras con una madurez de su pensamiento por encima de la que correspondería a su edad. Eso como poco descoloca a los padres y descoloca al niño si no encuentra respuesta a su necesidad. Los profesionales te podrán dar claves, pero o te adaptas como padre a lo que tu hijo demanda, o el perjudicado será siempre el niño. Y habrá de todo, pero como en TODOS los grupos.

Ya no se trata solo de que el niño por ejemplo aprenda a leer antes que otro (puede parecer llamativo a alguien desde fuera, pero no al niño ni a su familia que lo acompaña en su crecimiento) sino de que es capaz de procesar cualquier información del mundo a un ritmo diferente a la generalidad con la que se relaciona. Emocionalmente creo que necesitan una atención especial para tener la oportunidad de crecer también como lo hacen el resto: felices y acordes a sus necesidades demandadas y satisfechas. Y conseguir eso es un logro también de sus padres, igual que lo es en los padres que acompañan a sus hijos a superar cualquier otra limitación. Todo camino con un niño es complicado, pero pensadlo siempre en cualquier sentido porque el tándem padres-hijos que se compenetran para cubrir las necesidades específicas de los niños es un equipo siempre digno de admirar.

La atención personalizada educativa del niño, sea cual sea, es siempre algo positivo que debe valorarse. Hay historias de superación en cualquier “grupo” de niños, y por lo tanto en cualquier familia. No creo que nadie tenga el camino fácil, lo hacen fácil aquellos padres que se ajustan a cada hijo, que los acompañan en su demanda personalizada de afecto, conocimiento y demás necesidades. Cada familia tiene sus propias piedras en el camino, y todos deberíamos fijarnos más en la superación que en lo accesorio.

¿Qué opináis al respecto? ¿Creéis que deberíamos ver más allá de lo accesorio en cada familia para tratar de comprender la superación que todos realizamos?