En al actual cultura de sensaciones rápidas y fuertes, existe una gran industria para el emprendimiento que ofrece altos rendimientos, libertad económica , ser tu propio jefe, etc., sobretodo proveniente de la industria de las franquicias, sin embargo tenemos que ser claros con algo, un franquiciatario no es un emprendedor, es más bien un administrador de un negocio y cuyo esquema se asemeja más al de una asociación con el creador del concepto.
Un franquiciatario no es un emprendedor porque no está innovando ni impulsando productos o servicios originados de su pasión y creatividad, de hecho, hasta sus actividades y funciones de trabajo en la franquicia ya fueron establecidos previamente. Ahora bien, muy diferente es el franquiciataro del franquiciante, es decir el que creo la franquicia, ya que el sí tiene las características de un emprendedor.
Pero, ¿Qué es entonces un emprendedor y porque necesitamos más de ellos?, El emprendedor en esencia es un reformador social, que como se mencionó anteriormente, gracias a su pasión y creatividad en una determinada área, ha creado un nuevo producto que mejora lo que hasta entonces había disponible, y cuando me refiero a mejorar, me refiero a que su producto es más económico para los compradores por la misma calidad, u ofrece un concepto nuevo de mayor calidad para un segmento determinado. Evidentemente si su producto es más barato no deberá ser porque le está pagando menos a la gente y que ha sido la trampa de la globalización actual, ya que se obtuvieron productos más baratos a costa de una mano de obra más barata. Nosotros creemos que para que un producto sea realmente bueno para la sociedad siendo más barato, deberá serlo porque sus procesos le permiten hacerlo más barato, por ejemplo, usando la tecnología, lo cual puede significar requerir menos mano de obra, pero no más barata.
La única forma en que una sociedad puede desarrollarse y crear mejor calidad de vida es a través de la innovación, y para la innovación se necesitan emprendedores. Una sociedad es más rica en la medida que puede adquirir más productos y de mejor calidad con respecto al pasado. Ahora bien, el camino del emprendedor no es fácil al inicio ya que tiene que luchar contra las costumbres y la desconfianza inicial del mercado, pero es precisamente su convencimiento de que tiene algo mejor para un grupo de personas lo que le irá permitiendo derribar las poco a poco.