Necromancia o necromancía -las dos acentuaciones son correctas- proviene del latín necromantīa, y este del griego νεκρομαντεία; nekros=cadáver y manteia=adivinación, y define la adivinación por evocación o llamada a los espíritus de los muertos...
Esta práctica de adivinación para obtener información fue de hecho uno de los primeros medios que el hombre empleó para ver el futuro... El Antiguo Testamento, por ejemplo, condena claramente esta técnica...
...Actualmente se sigue practicando, especialmente en una de sus variantes más populares, la güija o tablero con las letras del alfabeto en torno al cual se reúnen varias personas con la intención de comunicarse con los espíritus...
Hoy para contextualizar nuestro término, reproduciremos un fragmento de la traducción de La trágica historia del Doctor Fausto, obra de: Christopher Marlowe (1564- 1593) dramaturgo y poeta inglés:
“…hasta que hinchado de vanidad y amor propio, sus alas de cera lo elevaron en exceso, y derritiéndose, tramaron los cielos su caída.
Porque lanzándose a su diabólico ejercicio y cebado por los ricos dones del saber, se sacia en la maldita necromancia.
Nada hay para él tan dulce como la magia, y la prefiere a la mayor felicidad: éste es el hombre que en su estudio está sentado…"
¡Hasta la próxima palabra desde el más allá! ;-)
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