Neil Armstrong, americano y primer hombre que pisó la luna, nació en 1930 y falleció en 2012 a los 82 años.
El 20 de julio de 1969, a las 22.56, hora de Nueva York, Neil Armstrong hizo realidad una de las ambiciones más profundas de la humanidad: pisó un suelo que no pertenecía a la Tierra, caminó sobre la Luna. EL 4 de octubre de 1957, la Unión Soviética había puesto en órbita una nave espacial, el Sputnik. El 25 de mayo de 1961, el presidente Kennedy se comprometió a poner un hombre en la Luna antes de que terminara la década. Ese hombre fue Neil Armstrong. Tras incorporarse a la organización que acabaría convirtiéndose en la NASA en 1955, Armstrong pilotó cazas supersónicos y el avión cohete X-15. Sus expediciones espaciales estaban dificultadas por problemas técnicos que el piloto tenía que resolver con ingenio y rapidez. En la misión Apolo XI que le llevó a la Luna, Armstrong se vio obligado a aterrizar con el control manual. Como él mismo dijo cuando descendió de la nave: “es un paso pequeño para el hombre pero un paso gigantesco para la humanidad”. Desde entonces los éxitos se convirtieron con misiones no tripuladas. Armstrong abandonó la NASA en 1971, y en 1979 se incorporó a la junta directiva de una empresa de equipos para yacimientos petrolíferos.