Qué discarro es Le Noise, ese álbum extremo y crudo que Tío Neil hizo en 2010. Entendiéndose a la perfección con Daniel Lanois y perpetrando un clásico moderno, con una idea que para mi es totalmente arriesgada y que bajo mi punto de vista les quedó de lujo. Aquí no hay ruido por ruido, ni descontrol, aquí hay magia, ya que mediante la combinación perfecta de una o dos pistas de guitarra, los detalles electrónicos comandados por el productor y la voz grabada en directo bajo el atronador sonido de dos viejos amplificadores Fender, se consigue la gloria, y ni hay que tirarse por los suelos, ni cagarse en nadie...
Qué discarro es Le Noise, ese álbum extremo y crudo que Tío Neil hizo en 2010. Entendiéndose a la perfección con Daniel Lanois y perpetrando un clásico moderno, con una idea que para mi es totalmente arriesgada y que bajo mi punto de vista les quedó de lujo. Aquí no hay ruido por ruido, ni descontrol, aquí hay magia, ya que mediante la combinación perfecta de una o dos pistas de guitarra, los detalles electrónicos comandados por el productor y la voz grabada en directo bajo el atronador sonido de dos viejos amplificadores Fender, se consigue la gloria, y ni hay que tirarse por los suelos, ni cagarse en nadie...