Las recetas neoliberales encaminadas a convertir la educación en un negocio y en una herramienta para perpetuar la dominación, son focos de atención entre los jóvenes que se reúnen en Pretoria
PRETORIA, Sudáfrica, 15 de diciembre.— Con el neoliberalismo crecen las desigualdades, y por eso cada día arrebata más universidades a los jóvenes de todo el mundo. Esa es la certeza de los jóvenes reunidos en el XVII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, quienes reclamaron una educación justa y pública, y denunciaron a la Organización Mundial del Comercio por intentar convertir ese derecho humano en un negocio.
Durante la tercera jornada de debates que tiene lugar en el Centro de Convenciones de Tshwane, los ojos de los jóvenes del movimiento progresista estuvieron enfocados en la inexistencia del acceso a la educación para las clases humildes en muchos países, y en la defensa de aquellos sistemas educativos de naciones que, como Cuba, no se han sumado a la oleada de la lógica neoliberal, de la mercantilización de derechos básicos como la educación.
Entre quienes alzaron las voces para condenar la privatización de la educación en el día dedicado a América, estuvo la española Marion Pilastres, de la Unión de Jóvenes Comunistas de su país. La estudiante de 25 años explicó que la adaptación del sistema educativo español en su conjunto al modelo neoliberal, atiende a los dictados de los organismos financieros internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y la OMC, los cuales son dominados por la oligarquía económica y financiera de los países imperialistas, con el objetivo de imponer sus intereses de clase dominante, atentando contra los de la clase obrera.
«El Acuerdo General para el Comercio de Servicios (AGCS), promovido por la OMC, pretende garantizar férreamente la introducción del capital privado en el conjunto de los servicios públicos. Este acuerdo, actualmente en fase de aprobación, supone una drástica vuelta de tuerca en la política de privatización y elitización de la enseñanza, pues no solamente asegura la privatización de la educación, sino que también impide taxativamente la subvención pública de esta», apuntó la estudiante de Filología Francesa y Ciencias Sociales.
A su juicio, la educación no ha dejado de estar mediada por privilegios y desigualdades que están aumentando cada día, en la medida en que avanza el neoliberalismo, y que afectan tanto la posibilidad de acceder al sistema educativo, como su aprovechamiento, valoró, y precisó que una parte importante de la población queda sin escolarizar y es marginada.
Lamentó que a muchas universidades, como parte de la política capitalista de utilizar la educación en función de mantener el «orden» actual y la dominación de una clase sobre otra, no les interese formar jóvenes con espíritu crítico.
El griego Petros Karaliokis, del Frente Militante de Estudiantes, asegura que los capitalistas quieren convertir las universidades en un campo «muy próspero» para la reproducción de sus ganancias. Por eso mantienen la privatización y quieren los monopolios para mantener el control sobre la investigación.
Karaliokis exhortó a los jóvenes presentes a romper con el falso argumento de que la relación entre el capitalismo y la educación está en función de las necesidades de las personas, porque, para este sistema que pretenden universalizar, la educación es solo un negocio más para incrementar sus beneficios.
Solo cuando los seres humanos tengan el poder de organizar la producción en función de satisfacer sus necesidades, la educación será popular, dijo el militante griego, y advirtió que la actual crisis económica mundial es un contexto favorable para que el movimiento juvenil deje de estar a la defensiva y contraataque.
Hoy existen condiciones para hacer que todo el conocimiento producido por la Humanidad esté en manos del pueblo y la juventud. El único obstáculo es el poder de los monopolios y la propiedad privada de los medios de producción, aseveró.
Tras el paradigma
Además de referirse a los casos específicos de sus países, la mayoría de los jóvenes resaltaron el ejemplo del Gobierno de Cuba que nunca se ha sumado a la fiebre de la mercantilización de la educación.
El delegado cubano Carlos Rangel habló de la experiencia socialista de la Isla, que garantiza una enseñanza gratuita y universal en todos los niveles, y resaltó al ALBA que, como mecanismo de integración, ha articulado iniciativas de alfabetización en varios países.
«La alfabetización es inherente a un proceso revolucionario y progresista que da la oportunidad a las personas de llegar a la enseñanza media y superior. Es una oportunidad que deben dar todos los Gobiernos a sus pueblos», dijo.
Mientras, la española Marion Pilastres destacó cómo Cuba, a pesar de sus limitados recursos materiales, es un referente mundial en la lucha contra el analfabetismo, y cuenta con el reconocimiento unánime de la ONU y la UNESCO.
Para esta joven es sorprendente que la Mayor de las Antillas dedique gran parte de sus ingresos a la educación, garantizando siempre el carácter público y universal así como la gratuidad de este derecho.
En esta misma línea, Yordanys Charchaval, presidente de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE), destacó que al triunfar la Revolución solo existían tres universidades en Cuba, y ya hoy son casi 70 los centros de enseñanza superior, totalmente gratuitos y para todos los sectores sociales.
Charchaval abogó por una nueva universidad latinoamericana, y ejemplificó algunos pasos que se han dado al respecto, como la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), nacida en Cuba hace unos diez años bajo la inspiración de Fidel. Esta iniciativa se extendió a Venezuela.
También mencionó a la Escuela Internacional de Educación Física y Deporte, de nuestro país, donde se forman jóvenes de diversos países del mundo; así como la Universidad Federal para la Integración Latinoamericana (UNILA), ubicada en la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay.
El presidente de la OCLAE explicó que la Universidad debe trascender sus muros y llegar a los sectores más humildes, y resaltó cómo en Venezuela ha crecido el número de egresados de ese nivel de enseñanza durante el Gobierno de Chávez.
Sobre la patria de Bolívar, la joven Marion sostuvo que es un referente, pues puso freno a la reforma educativa neoliberal que se cocinaba según el maquiavélico recetario del FMI, y en 2009 impulsó otra que ha contado por primera vez en la historia de ese país con una verdadera participación del pueblo venezolano, y se afianza el papel del Estado como responsable de garantizar la obligatoriedad y gratuidad de los estudios.
También resaltó los avances de la Revolución Ciudadana de Ecuador, que recientemente aprobó la ley de educación superior que desmercantiliza la oferta tanto pública como privada de las carreras, y las condiciona a un plan nacional de desarrollo que es resultado de una planificación.
Puerto Rico: No nos pararán
Entre abril y junio de este año, los estudiantes puertorriqueños han tomado las calles y los recintos de la Universidad de Río Piedras para protestar contra el incremento de precios en las matrículas. Este miércoles, estos jóvenes estaban en su segundo día de una nueva manifestación porque el Gobierno quiere aumentar la cuota para ingresar a la enseñanza superior.
«Los ataques neoliberales en contra de la Universidad se han enfocado en restarle recursos al sistema educativo, por medio de recortes al presupuesto, alzas en los costos de estudio y la reducción de beneficios a los trabajadores universitarios, con el objetivo de disminuir el número de estudiantes que pueden matricularse en la institución», comenta Frederick Cortés Díaz, uno de los delegados boricuas.
También protagonista de anteriores manifestaciones, Frederick explica que con estos pasos el Gobierno busca «justificar el despido de miles de empleados docentes y no docentes para poder declarar a la Universidad como un proyecto no rentable y así privatizarla».
El joven precisó que la huelga iniciada el 14 de diciembre «se extenderá el tiempo que sea necesario, para detener la destrucción del sistema de educación pública por parte del Estado y sus compinches inversionistas extranjeros y bonistas al servicio del imperialismo estadounidense. No nos pararán. Ni con gases, macanas ni balas, no nos pararán».