Hoy es tan común decir “está estresado” como “está resfriado”. Aclaremos que el estrés es un proceso normal compuesto por un conjunto de reacciones biológicas y psicológicas del organismo ante las demandas y exigencias internas y externas a las que se ve sometido constantemente.
El tema es que, cuando esas tensiones superan la capacidad de control y rompen el equilibrio entre demanda y resistencia, aparece.
El cuadro anormal denominado distrés. Esto supone: ansiedad, miedos, fobias, inseguridad, contracturas, tensiones, cansancio, agotamiento, y una serie de factores más, todos ellos desagradables para el estado de ánimo y amenazantes para el normal funcionamiento orgánico.
Es en ese momento cuando todas las barreras naturales y las defensas propias caen por tierra. El cuerpo queda ex-puesto a enfermedades al 80% está relacionadas con el estrés.
¡El deporte es salud!
Mucho se sabe sobre los beneficios que produce la actividad física ya la salud orgánica y psíquica de quién la práctica con frecuencia. Entre otras cosas, el cuerpo produce endórfinas, a la que podríamos llamar “hormona del bienestar”.
Y eso es fácil de comprobar: después de la actividad física puede haber cansancio pero, en general, hay una sensación de alivio de las tensiones y hasta olvido, transitorio, de los malos humores con los que se pudo haber comenzado. Ahora bien, la carrera de los 100 metros también se traslada al gimnasio.
Es entonces cuando, después de correr todo el día, salimos del trabajo también corriendo, llagamos a una clase, generalmente ya empezada, intentamos estar a la altura de las circunstancias ( un grupo seguramente masivo en el que, según nuestros ojos, todos hacen todo. No podemos ser menos), corremos al vestuario y, después de una ducha rápida, corremos a casa. Uff!, definitivamente estresante.
Además pareciera lógico “matarse “subiendo y bajando de un stop o’ pegado trompadas al aire en medio de una música que aturde. Todo con el alto nivel de exigencia del que supuestamente vamos a buscar reparo en el gimnasio y en donde queremos hacer ” un cable a tierra”.
Una buena; no es verdad que haya que sufrir o someterse a rutinas agobiantes para estar en forma. Existe un conjunto de disciplinas que, además de preocuparse por la condición física, tienen como objetivo cuidar y mejorar en forma integral el bienestar de la personas. Esto es: recuperar el equilibrio interno y dar un chance de en vez de agredirnos aún más, mimarnos al menos un rato.
¿Qué pasa al relajar?
Funciona más lentamente la rama simpática del sistema nervioso, que es la que controla la temperatura del cuerpo, la digestión, el ritmo cardíaco, respiratoria, la circulación de la sangre, la presión arterial y la tensión muscular.
Para algunas mujeres funciona con más rapidez, disminuyendo el consumo de oxígeno y reduciendo la eliminación del dióxido de carbono y el nivel de cortisona. Se ablandan los músculos y se activan los órganos. Aumenta la producción de serotónina provocando la sensación de tranquilidad y alegría. En suma, nuestro cuerpo trabaja de un modo más eficaz. Exactamente lo opuesto a lo que sucede ante una situación de estrés en la que se genera una reacción de “lucha o huida “.