Neurociencias: Dime lo que Piensas y te diré qué Sientes

Por Management Y Estrategia Mg. Zalazar @ZalazarMg

Fuente y extracto: Revista 21

A partir de una entrevista con el reconocido neurocientífico Facundo Manes, extraemos una serie de conceptos y definiciones que nos ayudan a comprender, un poco más, el funcionamiento del cerebro humano.


NEUROPLASTICIDAD

Nuestro cerebro es fundamentalmente un órgano adaptativo que se transforma constantemente a lo largo de nuestra vida. La neuroplasticidad es la capacidad del sistema nervioso para modificarse o adaptarse a los cambios. Las neuronas se reorganizan al formar nuevas conexiones y ajustan sus actividades en respuesta a cambios en el entorno, la experiencia y el ambiente.


SENTIMOS COMO PENSAMOS

Las personas no son conscientes de que nuestra mente crea la realidad y que, por lo tanto, la manera en que pensamos determina la forma en que sentimos. Por esto, siempre insisto en que, como usted me preguntaba, los conocimientos neurocientíficos deben difundirse en la sociedad y no deben quedar restringidos en los laboratorios porque impactan en nuestras vidas. Por ejemplo, si pensamos negativamente, nos vamos a sentir mal. Si pienso que cuando estoy dando una charla el auditorio se está aburriendo o que estoy fracasando, voy a sentirme frustrado y triste. Pero yo no sé si eso es lo que está pasando; sin embargo, ese pensamiento determina la forma en la que voy a sentirme. Si modificamos los pensamientos distorsivos, podremos vivir mejor.


Podemos decir que los seres humanos somos cerebros con patas porque todas nuestras actividades tienen origen en el cerebro, todo lo que hacemos, desde respirar hasta resolver las cuestiones filosóficas. Cuando me preguntan sobre la creencia extendida de que se ama con el corazón, suelo responder que se ama con el cerebro, y el órgano que lo padece es el corazón. Cada aspecto del comportamiento se lleva a cabo por el cerebro: da forma a nuestros pensamientos, recuerdos, sentimientos, creencias, percepciones, esperanzas, sueños e imaginación, y es el responsable de nuestros movimientos, de lo que vemos, oímos, tocamos, olemos y degustamos. Una pequeña lesión cerebral nos puede llevar a perder la memoria, la identidad o a cambiar la personalidad.


EL CEREBRO, UN ÓRGANO SOCIAL

Si tengo que definir el cerebro, puedo decir que es básicamente un órgano social. No se puede ver aisladamente. Así como el término en red remite al campo de la informática, podemos hacer una analogía con el funcionamiento de las computadoras. Una máquina aislada, sin conexión a Internet, a infinidad de programas y datos a gran escala, a otras computadoras, tiene muy poco sentido. Aunque se trate de una máquina de última generación, no funcionará a pleno. El cerebro humano también funciona en constante interacción. Nuestro cerebro se encuentra conectado a otros cerebros a través del lenguaje, la vista, la imitación y la identificación emocional. La inteligencia colectiva es mucho más que la suma de las inteligencias individuales. Con el trabajo en equipo la inteligencia individual se expande.

La inteligencia es un concepto muy complejo. Hay una inteligencia analítica que tiene que ver con hacer cálculos matemáticos, la aritmética, por ejemplo. Esta inteligencia puede medirse con el coeficiente intelectual. Pero además, tenemos inteligencia emocional, vinculada con una mayor capacidad empática con los demás y con la capacidad de liderazgo. En la Universidad de Cambridge se hizo un experimento sobre dos matemáticos que habían ganado el mayor premio otorgado en su disciplina. Les mostraban fotos de miradas con expresiones de sorpresa, enojo, entre otras, y ellos tenían que reconocerlas. Ambos fallaron. Tenían una inteligencia analítica impresionante pero una baja inteligencia social, que es la que nos permite conectarnos con los demás y desempeñarnos mejor en comunidad. En este sentido, sí, nos permite tener vidas más plenas, en tanto los vínculos sociales son esenciales para los seres humanos.


Mathieu Ricard, el hombre más feliz del mundo

MEDITACIÓN Y FELICIDAD Se suele afirmar que la felicidad es un concepto amplio y vago que no puede medirse científicamente. Sin embargo, en los últimos años se han multiplicado los estudios que intentan abordarlo. En las investigaciones se la relaciona con dos estados: el placer y el deseo. Respecto a la meditación, ligado a quien me comenta, puedo decirle que hay estudios neurocientíficos que dan cuenta de efectos positivos en el cerebro. Registraron modificaciones en nuestro sistema nervioso durante la meditación. Las áreas cerebrales asociadas con las emociones y funciones sociales están activas; mientras que las zonas vinculadas con el procesamiento de emociones negativas disminuyen su actividad. Algunas prácticas de meditación mejoran la función inmune a través de un aumento en los niveles circulantes de anticuerpos.
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