Nevadas tardías y mortalidad de anfibios

Por Davidalvarez
Unas de las consecuencias del cambio climático es el aumento de la frecuencia de eventos meteorológicos extremos, como lluvias torrenciales o tornados, o de fenómenos meteorológicos no previsibles y que ocurren en épocas que no son las habituales, como por ejemplo intensas nevadas tardías.
Este tipo de fenómenos meteorológicos pueden causar mortalidades catastróficas en algunos animales, que podrían tener importantes consecuencias a nivel poblacional si ocurren en poblaciones aisladas y con un tamaño efectivo de población no muy grande.
Ranas bermejas (Rana temporaria) muertas en Llaguseco
El pasado 1 de junio subimos a la charca de Llaguseco, situada bajo el Porru Bolu, como llevamos haciendo desde hace algunos años para estudiar la población de Rana temporaria que allí se reproduce. El año pasado a estas alturas la cantidad de nieve era muy grande y la charca se encontraba completamente tapada, pero este año las nevadas han sido menos intensas y se ha descubierto hace tiempo. En una anterior visita realizada el día 27 de abril ya se intuía parte del perímetro de la charca aunque todavía había hielo cubriéndola, por lo que decidimos volver una semana después. Pero unos días más tarde se registraron unas intensas nevadas, incluso a una altura de 800 msnm, y un descenso de más de 15ºC respecto a la semana anterior, por lo que nos vimos obligados a retrasar esa segunda visita.
Nos temimos lo peor y nuestras sospechas se vieron confirmadas cuando subimos de nuevo el 1 de junio y observamos que en el fondo de la charca había 61 ranas muertas. Con toda seguridad murieron aplastadas por la nieve que las sorprendió in fraganti cuando estaban en plena reproducción.
Al observar la primera fotografía se aprecia que en la parte superior izquierda hay algunas clusters de huevos que están aplastados, lo que indica que fueron puestas antes de la nevada. Sin embargo se puede ver como también hay otras puestas que tienen un aspecto redondeado normal, e incluso pudimos observar algunas puestas muy recientes. Esto indica que uno o dos días después de la primera visita se descubrió la charca y se produjo la primera entrada de machos y unos pocos amplexus con las consiguientes puestas. Al poco cayó la gran nevada que sorprendió a los individuos causándoles la muerte y pocos días después, esa nieve se volvió a fundir produciéndose una nueva entrada de machos y nuevas puestas.
Macho muerto en la orilla de la charca
De todos los individuos muertos recogimos una muestra de 38 cadáveres que trasladamos al laboratorio para analizarlos próximamente. Un hecho curioso es que de esos 38 ejemplares, sólo 2 eran hembras (5,26%). A pesar de que el sex-ratio en la Rana temporaria es de 1:1 en el momento del nacimiento y nada hace sospechar una mayor mortalidad posterior de un sexo u otro, lo cierto es que en las charcas de reproducción el sexo de los ejemplares siempre está sesgado con mucho hacia los machos. Esto se debe a que las hembras sólo permanecen en las charcas el tiempo necesario para realizar las puestas y luego las abandonan. Por el contrario, los machos se quedan esperando en las zonas de reproducción a la llegada de nuevas hembras. Es un sistema de tipo lek, como el que ocurre en aves como los urogallos o los gallos lira o en algunos mamíferos ungulados.
Este tipo de comportamiento que implica la agregación de los machos en las charcas, ha sido el responsable de esta mortalidad tan sesgada, ya que las hembras se encontrarían escondidas bajo piedras o dentro de las madrigueras de los topillos donde habrían salvado la vida. El impacto de esta mortalidad de machos en una población pequeña y completamente aislada como la de Llaguseco lo desconocemos y puede ser un interesante tema de estudio para los próximos años.