Never fidelis

Por Francescbon @francescbon

Dí de alta una cuenta en Twitter hace unos meses: @Francescbon. Lo hice, como me puse de usuario en Bananity, como tengo cuentas en Ebay y en Youtube, hasta creo recordar que en Myspace. Uno mira hacia atrás todas esas webs donde ha puesto nombres de usuario que se recuerdan vagamente y contraseñas que se olvidan totalmente y piensa que para qué. Aunque pensar justo esas dos palabras no es aconsejable. Muchos empezaron preguntándose justo esas dos palabras y acabaron sobre una mesa de autopsias con una cicatriz en el pecho con forma de Y. O sea: que no pensaba ni por asomo atender en exceso esa cuenta en Twitter. De hecho, ha estado meses simplemente recibiendo mensajes en inglés de algunos actores y actrices y músicos favoritos: Jeremy Piven, Rainn Wilson, Emannuelle Chriqui, algunos otros. Va, también Sofía Vergara, lo confieso. En algún momento del que no atino a acordarme empecé a incorporar algún periódico, algún otro medio, y finalmente, tras los tweets inaugurales de rigor, un día me encontré a mi mismo ya no replicando tweets sino creando los míos propios.Cuando había dicho aquí que 140 caracteres era una miseria para lo que yo acostumbro a decir. Cuando en más de una ocasión oyendo el término equivalente a tweet en catalán (piulada) había encontrado ridículo el soltar una frase, como el que irrumpe en conversaciones ajenas , había encontrado casi patético ese hecho de levantar una pancarta virtual con una especie de slogan para quien quiera verla o incluso llegar a hacerle algún caso.Pues de repente resulta que estoy usando Twitter diariamente y escribo esto algo arrepentido pues paso a darme cuenta de que esa inmediatez y esa espontaneidad que posibilita el uso combinado Twitter/Smartphone podrían estar provocando que ciertas frases y ciertas ideas que deberían acabar aquí no lleguen nunca al blog. Cuando tengo, espero, seguidores compartidos en las dos plataformas y cuando tengo, espero, potencial de crecer en los dos frentes y de urdir alguna trama para que no se solapen sino que se complementen.Germán, a cuya contestación detallada debería dedicar un post pero creo que eso sería muy desconsiderado para otras personas, se pregunta en su Twitter @Germanynoub, para qué sirve Twitter. Yo no es que yo ya me haya auto-respondido esa pregunta. A lo mejor no hay que preguntarse tantas cosas y es mejor ir haciendo. Como una ovejita que come hierba sin pensar qué hará con ella luego. No sé si Twitter es el polvo rápido y Blogger la noche eterna de sexo sin barreras. No sé si Twitter es el resfriado y Blogger la gripe. No sé si Twitter es el titular y Blogger el cuerpo del artículo. Paro con ejemplos bobos y obvios. Sé que en tiempos de toda prisa, porque aunque algunos nos empeñemos en que no, siempre acabamos teniendo prisa para alguna cosa, Twitter permite que esa idea o esa frase o esa tontería, iniciativa o reacción a la de otro, no se escape y se pierda no se sabe dónde. El valor de eso no sé hallarlo, no soy capaz ni veo conveniente esa dinámica tan capitalista de especular con valores de todo y no invertir en nada a lo que no le apreciemos tasas de retorno. Pero de repente he encontrado que lo hago, y últimamente escribo sobre casi todo lo que hago.