Dentro de la subcorriente de cine ultraviolento surcoreano, la cinta del director Jee-woon Kim Encontré al diablo sirvió como carta de presentación para el guionista Hoon-jung Park que, tras el éxito de dicho film, no tardó en dar el salto a la dirección. Si bien su ópera prima tras la cámara, Hyultu, pasó sin pena ni gloria, su segundo largometraje llamó considerablemente la atención en el panorama internacional: New World.
El jefe de un importante sindicato del crimen coreano ha fallecido y los aspirantes al trono surgen por todas partes deseosos de poseer el gran poder que el anciano había ostentado en vida. La violencia más extrema se desencadenará de esta forma mientras el jefe de policía Chang, junto con su hombre infiltrad, o tratan de desarticular la potente mafia que tantos años lleva operando.
Clara heredera de las dos entregas de Election realizadas por Johnnie To, New World rebaja el nivel de desmesura y barbarie gratuita que contenía Encontré al diablo, y Hoong-jun demuestra cierto manejo como director. No obstante, si lo que desmerecía su primer trabajo como guionista era lo absurdo y sacado de quicio de sus situaciones repletas de extremada violencia, en este último es lo aburrido y pesado de la trama, a la que es incapaz de conferir el interés y atractivo hipnótico que necesita para que el espectador mantenga su atención en ella. A pesar de su inexperiencia como director realiza este cometido mucho mejor que el de guionista; sus textos son pobres y están torpemente desarrollados, aunque trata de ocultarlo constantemente con un ritmo imparable y un montaje precipitado. Hay cierto potencial como director en Hoon-jung Park, es posible que en el futuro nos sorprenda con alguna cinta más destacable que las que lleva realizadas hasta la fecha.
Sin ningún extra pero con buena calidad de imagen y sonido, Isaan edita la primera película que llega a nuestro país del director coreano, interesante para todos aquellos que quieran seguir el recorrido del nuevo cine que este país nos brinda.