Me has abandonado. No encuentro la forma de suavizarlo, ni de usar palabras menos contundentes. Después de todos estos años, después de tantas cosas, de momentos buenos y momentos malos, no has podido siquiera pensar con la cabeza, y has ido, babeante, a por la más joven. A por lo nuevo, lo desconocido.
No te ha importado que, en la práctica, "la nueva" no pueda ofrecerte nada mejor que yo, salvo el hecho de que, para tí, es una novedad. No hay otra razón, y lo sabes. Necesitabas sentirte vivo, abrazar el cambio que supone, y volver a sentir el cosquilleo en el estómago que yo ya no te proporcionaba. Crees que, cambiando esa parte de tu vida, todo irá mejor, y te acercarás a eso que tu crees que es la felicidad. Pero te equivocas.
Sólo eso ha sido suficiente para abandonar nuestro mundo.Ese que tardamos en crear y que, durante tantos y tantos años, hemos disfrutado juntos. Ahora vivirás esas experiencias con ella, y nunca más conmigo, y apenas has dudado en dar el salto y dejar nuestro pasado atrás.
Si lo pienso con calma, siento lástima por ella. Porque te conozco demasiado bien. Igual el primer día no, ni el segundo, pero comenzarás a dudar en el tercero. Acabarás exigiéndole lo mismo que yo sí podía darte. Y no podrá hacerlo, porque ella no soy yo. Intentarás tener lo mejor de los dos mundos, y la llevarás a los sitios donde yo te hice disfrutar. Pero no será lo mismo, porque no podrá serlo. Serás injusto, porque siempre lo has sido, y ella pagará los platos rotos.
Intentarás convertirla en una versión renovada,fresca, de lo que tuviste conmigo, y ella, que te querrá con locura como yo lo hice, intentará dar la talla. Pero le falta experiencia contigo, y con el mundo en general, y seguramente cometa muchos errores. ¿Estarás dispuesto a perdonarlos?
Lo harás, a regañadientes, porque defenderás tu decisión a muerte, incluso si me echas de menos. Y lo harás, por supuesto. Porque no se puede cambiar de la noche a la mañana, y te darás cuenta de lo que has perdido sólo cuando ya no lo tengas entre las manos. Añorarás todo eso que ya no valoras y que ahora das por hecho, a pesar de que ella intentará cualquier cosa para hacerte feliz.
El único consuelo que me queda, es que dentro de unos años, cuando "la nueva" sea la vieja, y haya otras tantas usadas y olvidadas, me recordarás, y me añorarás más que nunca. Tu recuerdo se habrá difuminado lo suficiente como para recordar sólo los buenos momentos, y los habrás idealizado de la misma forma que has hecho ahora con tu reciente adquisición. Volverás a por mí, con ganas de vivir viejos recuerdos. Pero puede que yo ya no esté, y que sea demasiado tarde.
Así que disfruta de tu decisión, porque ya es irrevocable. Espero que la nueva te haga al menos la mitad de feliz de lo que yo te hice, y que tardes algo más en reemplazarla. Al fin y al cabo, ella no se merece lo que yo estoy pasando. Nadie se lo merece, aunque a tí eso ya no te importe.
Hasta siempre. Fuimos felices.
Tu antigua consola.