NGC 2264 se halla a unos 2.600 años luz de la Tierra, en la oscura constelación de Monoceros (el Unicornio), no lejos de la popular Orión (el Cazador). La imagen muestra una zona del espacio de aproximadamente 30 años luz de extensión. William Herschel descubrió este fascinante objeto durante sus grandes mediciones del cielo a fines del siglo 18. La primera vez que detectó el brillante cúmulo fue en enero de 1784 y dos años más tarde, en Navidad, distinguió la parte más brillante de la escurridiza mancha en las nubes de gas incandescente. El cúmulo es muy brillante y puede ser visto fácilmente con binoculares. Con un telescopio pequeño las estrellas parecen luces destellantes en un árbol de Navidad. La deslumbrante estrella en parte superior es suficientemente brillante como para ser observada a simple vista. Es un sistema masivo de múltiples estrellas que sólo emergió del polvo y del gas hace pocos millones de años.
Así como el cúmulo, hay muchas estructuras interesantes y curiosas en el gas y el polvo. En la parte inferior de la estructura, la figura oscura y triangular es la atractiva Nebulosa del Cono, una zona de gas molecular inundada por la fuerte luz de los elementos más brillantes del cúmulo. La zona a la derecha de la estrella más brillante posee una curiosa textura semejante a una piel de animal, por lo que ha recibido el nombre de Nebulosa Piel de Zorro. Gran parte de la imagen aparece roja debido a que las enormes nubes de gas están destellando bajo la intensa luz ultravioleta proveniente de las estrellas jóvenes, calientes y llenas de energía. Estas mismas estrellas aparecen de color azul ya que son más calientes, jóvenes y masivas que nuestro propio Sol. Parte de esta luz azul es dispersada por el polvo, como puede apreciarse en la parte superior de la imagen.
Esta fascinante zona es un laboratorio ideal para estudiar cómo se forman las estrellas. Toda el área aquí mostrada es sólo una pequeña parte de una vasta nube de gas molecular que está en proceso de formar la próxima generación de estrellas. Aparte del festín de objetos, en esta imagen hay muchos objetos interesantes ocultos detrás de la turbia nebulosa. Entre la punta de la Nebulosa del Cono y la estrella más brillante en la parte superior de la imagen, hay varias áreas de nacimiento estelar donde las estrellas jóvenes se están formando. Incluso hay evidencia de intensos vientos estelares provenientes de estos embriones juveniles, que lanzan ráfagas desde las ocultas estrellas en formación.
Fotografía original
Crédito: ESO