Y parece que, efectivamente, se da por hecho que esto nunca se llegará a saber, lo cual a mí personalmente me deja sumida en una especie de vacío existencial. Porque el lenguaje, la comunicación mediante el habla, es la base de todo lo que somos.Unos dicen que el dinero es lo que mueve el mundo; otros dicen que es el amor. Pero no. Lo que mueve el mundo es el lenguaje, la palabra. Y de ahí deriva todo lo demás. Por eso, que no sepamos cómo surgió lo que nos hace humanos y gobierna nuestra civilización desde sus orígenes, me causa desazón, no lo puedo evitar.
(Continuará)