Nick Cave & The Bad Seeds - Dig, Lazarus, Dig!!! (2008)

Publicado el 23 julio 2020 por Moebius
#Músicaparaelencierro. Otro aporte de José Ramón, y otra incursión a la desgarradora obra de Nick Cave. Sí, Nick Cave está de vuelta en el blog cabezón. Dramático como pocos desde sus primeros discos tras la catarsis que se llamó "The Birthday Party", ha dejado a su paso muy buenos discos aunque el balance haya tenido sus altos y sus bajos. Cercano a un blues primitivo. Potente y desgarrador, este disco es una pequeña joya dentro de un panorama musical en el que la mayor parte de los nuevos grupos no consiguen sorprendernos. Este es un disco conceptual sobre un Lázaro moderno resucitado en Nueva York, y es también el último de los discos de este artista que nos trae José, al menos por ahora.
Artista: Nick Cave & The Bad Seeds
Álbum: Dig, Lazarus, Dig!!!
Año: 2008
Género: Post-Punk / Rock Alternativo
Duración: 53:40
Nacionalidad: Australia/EEUU
A lo largo de su carrera, que empezó cuando tenía apenas 16 años, Nick Cave ganó cada vez más protagonismo, imponiéndose como un compositor e intérprete fuera de lo común, cuya personalidad se refleja en sus trabajos, sean quienes sean los músicos que  lo acompañan.
Sus letras, profundas y provocativas, se inspiran en este álbum en la resurrección de Lázaro de Betania además de los típicos temas que persiguen al músico en todos sus trabajos: locura, religión, drogas, sexo y los Estados Unidos. Su estilo sigue siendo el mismo, irreconocible entre mil: oscuro, espiritual, bohemio, urbano y con una sensibilidad aparte.
Nick Cave, cantautor surgido en el post-punk, es un compositor de líricas urbanas tan sombrías como teatrales, tan cáusticas como sofisticadas, sean en clave de crooner con bases blues rock o como intérprete garajero con trasfondo de muro ruidista.
Sus influencias más notorias son Iggy Pop, Lou Reed, Tom Waits, David Bowie, Jim Morrison o Leonard Cohen, y sus influenciados (que también poseen huellas de los previos) se encarnan en gente como Mark Eitzel, Mark Lanegan o Grant Lee Phillips.
“Dig!!! Lazarus Dig!!!” no es que vaya a sorprender a los duchos conocedores de su obra (que ha ofertado discos como “From Her To Eternity”, “Tender Prey” o “The Good Son”) pero sí le apuntalan su acreditada valía compositiva.
Con referencias bíblicas abre el disco el título que da nombre al álbum, un blues rock garajero con declamación, bajo sinuoso, riff guitarrero insistente y percusión minimalista, que narra las peripecias de traslado de Nueva York a California con el protagonismo de un Lázaro que mejor se quedase muerto que vivir y contemplar el panorama actual.
“Today’s Lesson” es una de las mejores piezas del álbum.
Garage rock sexual con ecos de los Stooges y una excelente línea de bajo funk, antesala de la elegante “Moonland”, canción lenta con sensual tempo sobre persecuciones y amantes en épocas invernales, con un Cave que pasa del recitado crooner a lo Bowie al susurro en tono perverso.
“Night of the Lotus Eaters” emplea un pertinaz loop con ritmo psico-blues-rock que genera una ominosa e hipnótica atmósfera.
El escenario es apocalíptico y en el mismo el narrador avisa de la defensa ante nuestros catastróficos líderes.
No faltan guitarras maullantes, percusión oriental y coros espectrales en una de las varias canciones del disco en las que su voz recuerda a la de Bruce Springsteen.
El garage rock melódico y ardiente con coros “uuu..uuu..uuuuu” de “Albert Goes West” es una de las cumbres del disco y cuenta la historia de una fuga con el tal Albert escapando tras un hecho criminal ocurrido en un rancho de un amigo.
Otra de las canciones más interesantes del álbum es “We Call Upon the Author”, electro-noise-pop que tanto debe a la Velvet Underground como al krautrock, y en la que, de nuevo con enfoque apocalíptico, pide cuentas a los autores por la bazofia creativa (“Todo es banal y aburrido” o “Bukowski es un gilipollas” llega a afirmar en el texto) y también, fabulando un pelín, parece reprochar su mutismo al propio Dios ante los acontecimientos de “Su” mundo.
Otros cortes del álbum son “Hold On To Yourself”, con cuerdas imitando a gaviotas antes de resonar un ritmo a lo Bo Diddley; la balada “Jesus of the Moon”, plácida recreación de los modos de Tom Waits con el narrador en busca de cambios existenciales y evocando a su amante en posición de crucifixión en el hotel St. James.; “Midnight Man”, balada con voz a lo Springsteen con bellas imaginerías poéticas de crisálidas, loops de Warren Ellis y un efectivo estribillo sublimado por el uso del órgano por parte de Mick Harvey; y “More News From Nowhere”, elegante medio tiempo pop-rock con cálidos coros y recitado con una curiosa lírica surreal, en la que cabe P. J. Harvey, un cíclope gigante fan del propio Nick Cave, o una groupie con la que charla sobre el progreso de los planetas antes del mete-saca de rigor. Así cualquiera le da con ganas a la astronomía.
Antonio Méndez

Antes de seguir, nos metemos de a poco en el disco, con el contenido publicado por el señor Wikipedia:
Dig, Lazarus, Dig!!! es el decimocuarto álbum de estudio del grupo australiano Nick Cave & The Bad Seeds, publicado por la compañía discográfica Mute Records en marzo de 2008. El álbum fue grabado entre junio y julio de 2007 en The State of the Ark Studios de Richmond, Londres y mezclado por Nick Launay en los British Grove Studios de Chiswick.
Fue el último trabajo del grupo en contar con la participación del miembro fundador Mick Harvey, que abandonó the Bad Seeds en 2009, y el segundo sin el también miembro fundador Blixa Bargeld. Supuso también el primer trabajo publicado desde la formación de Grinderman, un proyecto paralelo de Nick Cave a The Bad Seeds. En varias entrevistas, el músico comentó que el álbum "sonaría como Grinderman", con una mayor cercanía al garage rock. En línea con este enfoque, el álbum fue grabado en apenas cinco días, un tiempo poco común para un álbum de larga duración.11​
Dig, Lazarus, Dig!!! incluyó un diseño de portada de los artistas británicos Tim Noble y Sue Webster.
En la página web oficial del grupo, Nick Cave comentó sobre la inspiración para el álbum: «Desde que recuerdo escuchar la historia de Lázaro, cuando era un niño, ya sabes, en la iglesia, estuve perturbado y preocupado por ella. Traumatizado, de hecho. Todos estamos, desde luego, asombrados de los grandes milagros de Jesucristo —levantar a un hombre de entre los muertos— pero no podía dejar de preguntarme cómo se sentía Lázaro. Cuando era niño me dio miedo, para ser honesto. Tomé a Lázaro y lo atrapé en Nueva York, con el fin de dar a la canción un sentimiento contemporáneo. También estaba pensando en Harry Houdini que pasó parte de su vida intentando desacreditar a los espiritistas que estaban sacando provecho de los afligidos. Él creía que no había nada que hacer en el más allá. Fue el segundo mejor escapista, Harry lo era, Lázarro, por supuesto, siendo el más grande. Quería crear un tipo de vehículo, un medio, para Houdini para hablar con nosotros si así lo deseaba, ya sabes, desde su tumba». 
Wikipedia

"Dig Lazarus dig!!!" tiene este color tan característico de la época, con estas guitarras apenas distorsionadas que recuerdan sus mejores años con esta banda. Los sonidos que se esconden tras cada tema son variados, pero el piano, instrumento que solía tener bastante protagonismo en las últimas composiciones de Cave, solo está presente en este disco a través del órgano.
El artista que abordamos hoy no es tarea fácil. Nos enfrentamos ni más ni menos que a uno de los cantantes, compositores, poeta, artista en general, más maldito que vio nacer el pasado siglo XX y cuyo paso u obra sigue contemplando el actual siglo XXI. Tengo el gusto de presentarles hoy, si no lo conocen todavía, a Nick Cave al frente de sus habituales Bad Seeds, y en esta ocasión revisaremos su última obra.
Excesivo, enérgico, atronador, arrollador y rebosante de malditismo, son algunas de las acepciones que desde sus comienzos se le pueden atribuir al bueno de Cave. Sus comienzos datan de comienzos de la década de los 80 cuando, al frente de los Birthday Party, puso patas arriba el mundo underground a nivel mundial con unas actuaciones absolutamente tremendistas, básicamente localizadas en el ambiente de Londres, ciudad a la que se trasladó Cave con su banda desde su país de origen Australia. De la fugaz existencia de The Birthday Party quedan básicamente 2 discos de estudio del que destaca principalmente “Junkyard” de 1982.
Tras el desmantelamiento de The Bithday Party, hubo un período de transición entre dicha formación y la génesis de The Bad Seeds que se vino a llamar Nick Cave & The Cavemen. De dicha época tuve el gusto de ver una actuación grabada por el programa “La Edad De Oro” de uno de los conciertos que celebraron en Londres, gracias a las redifusiones de dicho programa en noviembre de 2005 en La2 los martes a las tantas de la madrugada. El corte de la actuación se componía de una decadente versión de “In The Getto” y una de las canciones tan atronadoras que Cave componía por aquella época.
La trayectoria de Cave con The Bad Seeds desde mediados de los 80 es tremendamente dilatada y todavía en dicha época son reseñables discos como “The Firstborn Is Dead”. No obstante, la consolidación y el verdadero reconocimiento de Nick Cave & The Bad Seeds se hizo principalmente patente en la década de los 90 con discos como “The Good Son”, quizás su obra más variada y accesible, “The Boatman’s Call” o el “Murder Ballads”, que tuvo hasta cierto éxito comercial debido a la participación de su compatriota Kylie Minogue en “Where the wild roses grow”.
En lo que llevamos de siglo, Cave ha continuado con su tradicional acompañamiento lanzando en 2004 su disco doble “Abbatoir Blues/The Lyre Of Orpheus” y también ha emprendido otros proyectos como el que concreto en Grinderman. Ya desde 2007 se sabía que un nuevo disco junto a los Bad Seeds estaba a punto de ser gestado, e incluso con relativa anticipación llegamos a saber el título definitivo que tendría. Finalmente en 2008 pudimos disfrutar abiertamente de “Dig, Lazarus, Dig!!!”.
La obra comienza con la canción que le da nombre, aunque con menos signos de admiración y con alguna coma entre las palabras. Cave entra de forma atropellada tras esos graves coros que entonan el propio título del disco y la canción. Nick se muestra maldito como siempre, y nos cuenta la aturullada y rimbombante historia de nuestro Lazarus/Larry y su devenir por su vida. Las guitarras suenas aguerridas, a ratos desafinadas y distorsionadas y esos coros reiterativos nos crean una fuerte situación de trance. “Today’s lesson” es uno de los temas más inmediatos de todo el disco, apoyado en ciertos arreglos electrónicos y una acelerada y hasta bailable melodía, Nick aprovecha para contarnos otra de sus enrevesadas historias, en este caso la vivencia de la pequeña Janie que es violada en sus sueños por un personaje llamado Mr. Sandman. No obstante, la buena de Janie cuando despierta de su sueño nos suelta un “Vamos a pasárnoslo realmente bien esta noche”; sin duda a Janie le va la marcha. La verdad es que la letra acompañada de esta animada melodía crea una sensación más que curiosa. Experimento válido y resultado óptimo en esta ocasión. “Moonland” nos muestra a un Cave más caústico. Una canción semiacústica con un sonido amargo en la que Nick nos cuenta la vivencia de una tranquila, pero quizás desolada, noche. “Night of the lotus eaters” es la canción más sombría, nocturna, lúgubre y misteriosa que incluye “Dig, Lazarus, Dig!!!”. Una auténtica obra de arte, que nos puede servir de banda sonora perfecta a un paseo nocturno con niebla por una zona pantanosa (a uno le evoca esas cosas). Una inquietante percusión latente, unas notas perdidas de guitarra y Cave susurrante que nos avisa: “prepárate para ponerte a cubierto”. “Albert goes west” es de las canciones de sonido más cercano al rock clásico que aporta el disco. Nos podría recordar a un Elvis algo agresivo si nos ponemos imaginativos. De la letra de esta canción me resultan destacables y paradigmáticos los versos: “el mundo esta lleno de abstracciones, y no me consideraré responsable de mis acciones”; cosas que suelen pasar de hecho en el lejano oeste, ¿no? “We call upon the author” puede recordarnos vagamente a “The Good Son” y más concretamente a la tremenda “The weeping song”. La forma en la que canta Nick y los coros con esos “Doop doop” son fácilmente asociables. Quizás el ritmo de la canción es más rápido que en “The weeping song”. Por otro lado es uno de los temas más pegadizos del disco y de los más animados, cercano en esto a “Today’s lesson”. En la canción Cave se queja una y otra vez de situaciones injustas que se dan en el mundo, y pone de manifiesto sus relaciones y sus particulares relaciones con la religión que tiene. Una canción que comienza con “lo que una vez pensamos que teníamos, no lo tenemos y lo que tenemos ahora nunca volverá a ser así, por lo que reclamamos al autor para que nos dé una explicación”. Una de mis favoritas del disco. Tras esta amarga revisión a nuestra existencia, Cave levanta el pie del acelerador. Si una cosa sabe hacer Cave es contemporizar e intercalar respiros cuando hace falta, y en esta ocasión nos regala una preciosa y sentida balada. Sirviéndose de una fuerte influencia del country y rock americano (evidencia o regusto que está a lo largo de todo el álbum), “Hold on to yourself”. Nuevamente Nick se sirve de presentarnos sórdidos escenarios y hacer alguna que otra referencia a Jesucristo y las percepciones que tiene sobre Él. Un exquisito corte que vuelve a poner de manifiesto el cambio de sonido y de texturas que “Dig, Lazarus, Dig!!!” tiene. Aquí Nick se nos presenta como un crooner, evidentemente maldito, y nos regala una de sus más sentidas interpretaciones vocales. Hasta el momento el disco nos ha presentado algunos momentos moviditos y de sonido alegre o hasta bailable, pero no será hasta ahora cuando nos encontremos con la canción más para todos los públicos del trabajo. “Lie down here (& be my girl)”. El sonido acelerado nos presenta una historia de amor no correspondido en la que Cave acaba por estallar al final: “un día compraré una fábrica y te introduciré en una cadena de producción y cada una de las réplicas será mía, llenaré la casa de ti y te colocaré en cada habitación, lo pasaremos muy bien… pero ahora estoy aquí sentado solo”. Igual que en la canción título se repetía constantemente por los coros el “Dig yourself, Laz’rus dig yourself”, aquí se repite constantemente el “túmbate aquí y sé mi chica”. Sin duda alguna otra canción estupenda… ¿ya llevamos unas cuantas, verdad? Bueno, continuemos. “Jesus of the moon” es quizás el momento de sonido y regusto más triste del disco tanto en la letra como en el sonido. Una historia de amor terminado, aderezado por su necesaria dosis de celos ilógicos “Veo muchas chicas andando por la calles vacías y quizás una o 2 veces alguna de ellas me sonríe. No puedes culpar a nadie por decir “hola”, yo digo “hey”, digo “hola”, digo “hola””, que está perfectamente narrada por un nuevamente sentido Cave. Arreglos de viento sirven para aportar el toque perfecto para la decadencia y melancolía que precisa la canción. “Midnight man” es una canción que se compone de bloques hipnóticos sobre todos por los teclados que se incluyen, y un estribillo más marcado y enérgico. ¿Qué decirles? Pues que nos encontramos ante otra acertada pieza compuesta por Cave, nada que objetar. Para terminar una obra de tanta calidad, se nos pone el perfecto epílogo. “More news from nowhere” es la canción más inofensiva del disco, más relajada y tras los distintos capítulos y estados de ánimo transmitidos por la diversidad de sonidos que nos ha dado el álbum, es el corte perfecto para que a la vez que la escuchamos y termina el disco podamos afianzar, asimilar y hacer balance de lo que hemos escuchado. Una marcada línea de bajo de carácter inofensivo se hace acreedora de las notas más señaladas por la producción y sirven a Cave para acompañar las escenas tan bizarras que nos dibuja.
“Dig, Lazarus, Dig!!!” es un excelente trabajo de Nick Cave y sus Bad Seeds. No hay canción mala, floja y lejos de ello se nos presenta al menos un sexteto de temas realmente excelentes y el resto son sumamente aceptables, para nada una mera comparsa. El disco tiene una cierta influencia del rock americano y el country que se hace más que evidente, como ya comenté, en la exquisita “Hold on to yourself”, aunque siempre con la marca personal de Cave.
No podemos tratar a Nick Cave & The Bad Seeds como unos superventas, y su éxito viene más bien por el reconocimiento de la crítica especializada y sus seguidores. En relación a esto decirles que hará unas semanas en la revisión anual del diario “20 Minutos” sobre los mejores discos, libros y películas del año, había 2 críticos reconocidos como Julio Ruíz o Diego Manrique, que mencionaban el disco que hoy les he presentado como uno de los mejores del año. He de decirles que tuve una sensación de satisfacción cuando leí dicha crónica de balance anual.
Ciertamente así es, “Dig, Lazarus, Dig!!!” es un muy buen disco. Hay que decir que Nick Cave & The Bad Seeds a veces pueden resultar algo inaccesibles por su intensidad y agresividad. Aquí no es el caso, lo más agresivo por decir algo es el comienzo de “Albert goes west” y tampoco es decir mucho en ese aspecto. El presente álbum es un ejemplo del malditismo eterno de las composiciones de Cave más que de su agresividad y la catarsis de la que a veces hace uso. La portada del disco puede suponer un guiño a Elvis Presley en lo que a la composición se refiere, con el título que acapara la misma en letras rojas y amarillas sobre fondo negro.
Nick, actualmente con un solemne mostacho en su rostro, demuestra seguir en un perfecto estado de forma. Ahora solo nos queda que se decida algún promotor a traérnoslo a España y si puede ser también a Madrid para disfrutar del potente directo que este australiano de 2 metros de estatura dispone sobre el escenario. De momento nos deleitaremos con su magnífica última obra. Para aquellos que miren a Cave con temor, háganme caso, en esta ocasión Nick no muerde, directamente lo que hace es maravillarnos. 
Abacab
Pero claro, como decíamos ayer, las opiniones y los gustos son como el culo, cada uno tiene el suyo, y con él hace lo que quiere. Así que hay gente que este trabajo no le gustó tanto.
Con Grinderman ya en marcha, es obvio que Nick Cave sabe perfectamente ya cuál es su lado más paródico y uno espera siempre que lo mantenga cerca de esa otra banda. Y, tras los últimos avances (quitando Nocturama, todos sus discos previos desde Murder Ballads le mostraban alejándose de él mismo en diferentes pruebas y direcciones), siempre esperé que sus disco con Bad Seeds fuesen ya exploraciones de sus límites.
Dig, Lazarus, Dig se conforma, por contra, con volver a Tender Prey, pero con más humor. Así que tenemos rock’n’roll, post-punk, extra de dramatización y cierta sensación de que algunas canciones no se reposaron demasiado. Un disco menor, pero para nada un disco despreciable.
Si fuese película sería Colega, ¿dónde está mi coche?, pero con diez minutos extras de “¿Y luego?” en la escena del chino.. 
probertoj


Imagino que quienes gusten de Nick, este disco les vendrá como anillo al dedo para su culo, digo, según su gusto...
Por lo demás, yo no tengo mucho más para decir.
¿Es posible que Grinderman, la banda divertimento, haya sido psicoterapia de efecto rápido para la banda madre? Es posible. Lo nuevo de The Bad Seeds no es igual que Grinderman, pero aquí alguien se ha tomado un revitalizador infalible. Nick Cave, con esa pinta de chulito primoroso, parece empujado por el lema de la segunda canción: “We're gonna have a real good time tonite”.
Ligeros de equipaje (bajo y batería contundentes, teclados abrasivos y de juguete, guitarra sin florituras), The Bad Seeds siguen renovando su sonido, ahora por la vía de lo esencial. Cave rescata su traje de predicador, su vocación de narrador de historias y resitúa a un Lázaro de azarosa vida en Nueva York, pidiendo que le dejen en su tumba. Fuera romanticismos y sofisticaciones. Rock primario que solo puede volver a sus raíces atravesando la experiencia pantanosa de una banda ya limpia de lodos, penas y culpas.
No es su mejor disco, pero continúa dando tortazos a la rutina y sumando joyas a su fabuloso repertorio: sinuosas como “Moonland”, recogidas como “Hold On To Yourself”, irresistibles como “Dig, Lazarus, Dig!!!”, desde ya uno de los singles del año.
Rockdelux 261
Debe ser el bigote. Porque el traje lo viene ocupando desde que bajó sus erizados pelos y se transformó en nuestro crooner siniestro preferido a partir de los 90s. O puede ser la tranquilidad de errar muy pocos pasos en los últimos años. Porque la tropa de maleantes sigue intacta, con la ausencia aún sentida de Blixa Bargeld, pero con el aporte puntual en guitarra y teclados del Gallon Drunk, James Johnston. Cualquiera sea la verdadera razón, el nuevo disco de Nick Cave and the Bad Seeds lo encuentra en un escenario algo distinto de lo usualmente conocido. Podríamos decir que está (a falta de un mejor calificativo para este caballero de eterno ceño fruncido) más lúdico. Claro que a la Nick Cave, o sea con letras abundantes de imaginería religiosa y expiación de pecados; con momentos de tensión marcados por los guitarrazos airados de Mick Harvey y las percusiones sin descanso de Jim Sclavunos y Thomas Wydler; y con el tono oscuro marca de la casa de las historias del King Ink. Nada que oliese a tranquilidad y sentido lúdico en el mundo de los seres vivos, pero qué se puede esperar de alguien que busca resucitar al más famoso de los muertos bíblicos, instalarlo en pleno Nueva York y a partir de eso hacer un disco.
Remontarse a los últimos años de actividad frenética del australiano y sus malas semillas puede aclarar el panorama: primero un deslumbrante disco doble llamado The Abbatoir Blues/Lyre of Orpheus (Mute, 2004), donde el choque entre el sonido Bad Seeds más fiero y las voces gospel, sacaron a Nick Cave de la modorra de un par de discos con exceso de solemnidad; luego un par de bandas sonoras con olor a Oeste (a dúo ambas con Warren Ellis) para rematar en Grinderman, la mini orquesta garage sacada de los mismísimos Bad Seeds donde Cave guardó el piano de cola y desalojó a algunos espectros enterrados en su oficina de composición. Si a lo anterior, sumamos el despegue “formal??? de la carrera de su eterna mano derecha Mick Harvey (transformado en una suerte de Johnny Cash australiano en los muy recomendables One Man’s Treasure y Two of Diamonds), los antecedentes alejaban cualquier duda sobre el esfuerzo número catorce de la banda.
Quizás debido a lo anterior (aunque probablemente Cave lo niegue por su gusto por la frustración de expectativas ajenas) es que Dig Lazarus Dig!!! se beneficia de un acercamiento más rockero e incluso más formal de lo que usualmente el australiano entrega. Aparcando el piano para una mejor ocasión y evitando la alusión directa a Leonard Cohen que impregna los trabajos más calmos, este disco muestra lo que una banda con buenas ideas puede hacer con géneros ya establecidos. Manteniendo en la producción a Nick Launay y aumentando la preponderancia en el resultado final del multifacético Warren Ellis (no sólo en las constantes disonancias de su violín, sino en algunos samples que inquietan las aguas de canciones como “Night of the Lotus eaters” y “Hold on to yourself”), Dig Lazarus Dig!!! parte del garage y el rock californiano de los 60s para desarrollar un sonido que remite de igual manera a lo conocido y al riesgo. Porque se puede bailar con el beat canalla de “Today’s lesson” o “Midnight man”, abrazar la ortodoxia rockera del tema que da título al álbum o sonreír con la cita shoegazing de “Albert goes west”; pero a la par la sensación de inquietud en los textos y detalles sonoros, impiden la celebración total.
Digamos que en un mundo ideal, “Lie down here (and be my girl)” o “Today’s lesson” debiesen sonar en las radios y pelear los primeros puestos. O quizás no si lo que voy a escuchar remite a ciertas profundidades en las que es mejor no hurgar. En una versión 2.0 (y con bigote) la banda que retumbaba escenarios en Live Seeds (Mute, 1993) ha vuelto.
 Jorge Acevedo
Por su perdurabilidad y regularidad a lo largo de los tantos años de rica trayectoria el gran Nick Cave merece un espacio dentro de los inoxidables del rock. En los últimos años además de continuar con los Bad Seeds, Nick incursiono en un proyecto alternativo bastante interesante también con algunos miembros de su banda llamada Grinderman, bajo ese nombre ya edito dos discos y en el medio de ambos editó con los Seeds uno de sus mas ricos trabajos en los últimos años Dig, Lazarus Dig!!! (2008).
En numerosas entrevistas Cave afirmo que el disco suena mas cercano al garage rock de Grinderman que a lo que venia haciendo años atrás con los Bad Seeds. Lo cierto es que en Dig, Lazarus Dig!!! Nick explora dentro de historias acerca de la decadencia sexual, el humor negro y la religión. Como siempre las letras de Cave son el centro del disco pero nos encontramos con diversos tipos de canciones desde momentos oscuros y siniestros hasta otros adictivos y frenéticos.
El álbum tuvo una aceptación unánime por parte de la prensa inclusive ubicándolo dentro de lo más destacado del año en el mundo del rock. La elegancia y poesía que siempre caracterizaron a la música de Nick Cave se encuentran intactas con el correr de los años algo que tanto Dig, Lazarus Dig!!! como otro gran disco que lanzó de los últimos años Abattoir Blues/The Lyre of Orpheus pueden testificar sin dejar un margen para la duda. Así es como los músicos de rock deben envejecer.
F.V.
Lista de Temas:
1. Dig, Lazarus, Dig!!!: 9,5
2. Today’s Lesson: 8,5
3. Moonland: 8
4. Night of the Lotus Eaters: 8
5. Albert Goes West: 8,5
6. We Call Upon the Author: 9
7. Hold on to Yourself: 8
8. Lie Down Here (& Be My Girl): 7,5
9. Jesus of the Moon: 8,5
10. Midnight Man: 8
11. More News From Nowhere: 8,5
Alineación:
Nick Cave performer, vocals, lyrics, writer, art direction, organ1, 2, 6, 7, piano3, 8, 9, tambourine3, 5, 11, sleigh bells3, 11, tom5, harmonica5, electric guitar9, Vibra-Slap11
Mick Harvey performer, electric guitar1, 4-6, 10, 11, acoustic guitar2, 5, 7-9, bass guitar4, 5, organ10
Warren Ellis performer, viola1, 6, 9, 11, loops1, 4, 6, 7, 10, 11, mando guitar2-4, 7-10, tenor guitar3, 5, 8, 10, maracas3, lute5, drum machine6, piano8, flute9, mandolin9, writer3-7, 11
Martyn Casey performer, bass guitar1-3, 6-11, writer3, 7, 11
Jim Sclavunos performer, drums1-3, 5-7, 10, 11, bongos1, 5 {3, 4}, cowbell1, cuica3, finger cymbals4, shaker5, maracas7, tambourine8, 9, sleigh bells9, writer3, 7, 11
Thomas Wydler performer, snare1, shaker2, 10, tambourine2, 5, 10, drums4, 8, 9, percussion7
James Johnston performer, organ2, 5, 9, electric guitar5
Conway Savage performer