Night Owls

Publicado el 14 julio 2016 por Plausible @plausibleblog

Sentirse vivo siempre vale la pena
Jack es atractivo, encantador, de clase social alta, amante de lo vintage y del budismo. Y posiblemente sea uno de los artistas callejeros más buscados por la policía de la ciudad.
Beatrix es una chica con perfil bajo, una apasionada de la anatomía humana que le encanta dibujar cadáveres. Viene de una familia de clase media, y sabe que tiene que luchar por lo que quiere, ya que nadie le regalará nada.
¿Tienen algo en común? Sí, su amor por el arte
Gracias a V&R Editoras por el ejemplar.
A pesar de no tenerle demasiada fe (porque les juro que sí tenía un poco, pero este tema de cadáveres + historia de amor + frase en la portada a lo John Green no me generaba mucha confianza), Night Owls entra en los mejores libros leídos de este año. Después de una sequía librística de vaaaarios meses gracias a la presión de la facultad, estas (casi) 400 páginas fueron un soplo de aire fresco.
Humor, arte y amor adolescente no cursi ni forzado se mezclan en estas páginas que me engancharon la noche del 7 de julio del 2016 y me dejaron ir la tarde del 8 de julio del mismo año. Agarrate Mabel que te va una reseña llena de referencias de espíritu al arte (gracias a mi profe del teórico de Cultura por esto) y centimyento bareado.
Bex y Jack se conocen en el Owl, un colectivo que pasa después de que los servicios de transporte público dejen de andar a cierta hora de la noche, y que generalmente está lleno de pibes que salieron, borrachos (puede que ambas descripciones sean parte de la misma persona) y etcétera. Ella acaba de ser planteada por la que puede que la ayude para su beca para la universidad, y él, misterioso, está todo vestido de negro... hasta que ella ve aerosol dorado, tal como usa el graffittero (?) más buscado de la ciudad, y rápidamente hace los cálculos.
Pero no les quiero contar más, porque sino pierde la gracia.
Night Owls es un libro sobre la libertad, en mi opinión. Trata sobre la liberación de lo que consideramos arte (y aprovecho para meter el bocadillo que siempre escucho cuando hablo de Plausible con gente ajena al movimiento: es el mismo planteo de siempre, ¿la literatura juvenil es literatura?), de lo que es el amor, de lo que es la liberación de espíritu.
Me sentí tan identificada con Bex que me impresionó que Bennett no estuviera hablando de mí, sobre todo al momento de terminar el libro, cuando uno lo cierra y se queda mirando al vacío, reflexionando sobre la vida. Me fascinó la facilidad que tuvo para identificar el vértice de muchos de los problemas que tenemos los jóvenes adultos: la idea de tener todo planificado hasta mínimo, no sé, los 30 (?), y de repente darte cuenta de que ese no es tu único camino, y que podés hacer muchas más cosas. Cambiar de rumbo, dejarte llevar. La facilidad con la que pudo hablar de eso, con la que generó un debate sobre el tema, me sorprendió. Kudos a ella por eso, porque no es una historia romántica juvenil a las que estamos acostumbrados, sino que va más allá: habla del amor como el arte en sí mismo, como una manera de entenderse a uno mismo y al que tiene al lado. El amor verdadero no surge, sino que se va construyendo. El amor joven tiene mucho que ver con las pinceladas rabiosas del expresionismo, pero también con aquello que hay que observar para entender, como las pinturas abstractas.
Vale la pena correr el riesgo para sentirse vivo

Su forma de escribir es otra de las cosas que me enamoró y que hizo que le metiera las cinco estrellitas en Goodreads: es fluida, ácida y sarcástica en su punto justo, llena de humor y de sentimientos sinceros. Llena de energía adolescente, que es lo que, creo, quiere (y logra) atrapar en estas casi 400 páginas. Se nota, más allá de la nota final de la autora, que ésta tiene mucho que ver con el arte: creo que respeta al arte en todas sus formas, lo que cuesta encontrar en la mayoría de los libros, y más si hablamos de literatura juvenil. Convierte en arte aquello pisoteado por muchos ilustrados, lo cual agradezco, siendo amante de la literatura juvenil como lo soy.
Los personajes, en mi opinión, fueron muy reales... tanto que me hicieron poner la piel de gallina. Por fin veo a alguien como Bex, de una clase social baja, que hace sacrificios (como todos los hacemos) para poder asistir a una universidad, por ejemplo: no se queda en lo dicho, como muchos otros libros, sino que el libro tiene mucho de esto y de lo que decía antes. Lo que hace, ¿lo hace por pasión o porque es lo que le va a servir para su futuro? ¿Es realmente lo que quiere hacer, o es porque cree que es su salida para llegar a un lugar mejor? 
Creo que Jack y Bex se convirtieron en una de mis parejas favoritas de la literatura en el mismo momento en el que se conocieron: la química fue instantánea, pero no por eso forzada. Su humor y sarcasmo apareció desde la página uno, no sólo en sus bocas sino en la misma pluma de la autora. Los pequeños detalles de cada uno que vamos conociendo a medida que pasan las hojas no me fueron en absoluto obvios, como me pasa con la mayoría de los libros, sino que se fueron dejando entrever en la medida justa, en el momento justo.
(...) a veces las personas sonríen cuando están tristes. Y a veces las chicas que parecen tristes en realidad están sonriendo.

Jenn Bennett es una autora que me encantaría volver a encontrarme en un futuro cercano, y si es con YA mucho mejor. Creo que sabe contar historias, y que ella sabe que sabe contar historias. Maneja muy bien el ambiente, los ritmos y el progreso de las escenas. La felicito y le entrego el corazón de Flor en un colgantito para que lleve consigo a todas partes.
Es un gran, gran libro para comenzar con el YA si aún no leíste nada del género, y uno mucho mejor para seguir leyendo si ya sos fan. Preparate la bolsa de agua caliente (porque vieja se nace), un cafecito bien dulce y llenate de energía con esta lectura; si a mí, Flor, la reina de las tinieblas, me atrapó tanto que lo terminé en menos de un día después del estresaso facultativo del primer cuatri, entonces vos, querido lector, por más tiempo que te lleve terminarlo, lo vas a disfrutar de sobremanera. Promesa de Scout.