Un regate, un tiro acrobático, una salida de un portero por un balón aéreo, son acciones de riesgo, que, si salen bien, benefician al equipo del jugador que las ejecuta pero, si salen mal, pueden provocar consecuencias negativas. ¿Qué pasaría si se elimina el riesgo del fútbol? Es lo que se pregunta Nike en su última campaña.
Quizá se lograra un juego más eficiente, más gris, con menos diferencias entre los jugadores, intentarían siempre las acciones que tienen más posibilidades de éxito, dejando poco espacio para la imaginación, se perdería gran parte del encanto del deporte rey. El experimento realizado por el protagonista del vídeo adjunto intenta clonar a los mejores futbolistas de la actualidad, pero les quita una de sus mejores cualidades, su capacidad de arriesgarse.
Por fortuna, una gran estrella mundial como Ronaldo, actúa como abanderado del fútbol imaginativo y vuelve a reclutar a las mejores estrellas del planeta para que demuestren que siguen teniendo esa chispa que les hace distintos, mejores. Así aparecen jugadores como Howard, el portero estadounidense, el espectacular defensa brasileño David Luiz, el centrocampista español, del Barça, Andrés Iniesta, el mediapunta francés Ribery, Neymar, la última estrella brasileña, Zlatan Ibrahimovic, un bendito loco y la estrella mediática Cristiano Ronaldo.
Juntos, son capaces de doblegar a las huestes grises, a base de jugadas arriesgadas que, ellos, con su infinita calidad consiguen que sean posibles. El fútbol es un deporte en el que los errores se penalizan, a veces de manera irreversible, pero el hacer algo nuevo, algo que parecía imposible, puede hacer que cualquier futbolista de campo de barro, sea, aunque sea por unos instantes, una leyenda.