Nikkei 225 ha nacido con la promesa de convertirse en el gran triunfador de esta temporada gastronómica madrileña, y base para ello tiene, aunque antes tienen que pulir algún pequeño detalle fruto de la “inexperiencia”. Y lo digo entre comillas porque pese a estar recién abierto, al frente de esta casa se encuentran dos grandes conocidos de la cocina madrileña. Ante todo, Luis Arévalo, peruano, afincado en Madrid, y que es uno de los grandes de la cocina japonesa en nuestra ciudad. Formado inicialmente en el “estrellado” Kabuki, pasó a convertirse en el alma mater del grupo 99 Sushi. En la sede de la calle Hermosilla le vimos desenvolverse con muchísima soltura, y logró situar el restaurante en el olimpo de la cocina japonesa de Madrid. Ahí coincidió con Lai Rueda, la otra “cara visible” de Nikkei 225 (también ex-Kabuki), que no sólo pone su alma en la sala, sino que se ha encargado de una cuidada y acertada selección de la carta de vinos (puede que algo subida de precio para los tiempos que corren).
El local se divide en dos espacios totalmente separados y con decoraciones muy diferentes. El primero, entrando a la derecha, es un comedor mucho más minimalista, limpio, en el que el gran protagonista es la barra en la que Luis Arévalo desarrolla su arte. El segundo comedor, al fondo del local, es mucho más recargado, oscuro, pero elegante a la vez. Más íntimo podríamos decir. A mi personalmente me gusta mucho más el primero, con los grandes ventanales dando a la calle.
No es Nikkei 225 uno de esos restaurantes que te dejan indiferente. Te hace pensar, y exige una reflexión posterior. De hecho, no ha sido hasta la cuarta visita que he logrado reunir todo lo necesario para formar una idea correcta y poder escribir. Tuve la suerte de ser invitado a conocerlo el día antes de su apertura, y la sensación fue muy positiva. Luego ya, en otras visitas, hemos ido probando nuevos platos y viendo cómo evolucionaba. Pero entremos en detalles. Inicialmente la idea era ofrecer dos menús, pero han acabado quedándose con un menú degustación y una extensa carta, en la que la presencia de platos calientes es notable, con Vicente de la Red como responsable (también lo es de la repostería). No es este un restaurante japonés al uso, sino que nos encontraremos muchos ingredientes y platos de influencia peruana.
Paso a comentaros el último menú degustación que hemos probado, con un precio de € 65 (sin IVA ni bebidas). Empezamos con una refrescante ensalada de algas y mariscos, que recuerda un poco a la de 99 Sushi. Seguimos con un excelente koroke peruano, causitas fritas con cangrejo real. El menú sigue con unas ostras, que cambiamos por unas espléndidas gyozas (empanadillas) de langostinos y cerdo, con salsa a la naranja. Excelente el tiradito de naranja y batatas confitadas, y no menos exquisito el cebiche de corvina en crema de lulo. No podía faltar el salmón, en forma de tataki, y acompañado de una salsa de jalapeños, que quizás le roba protagonismo al salmón.
La tempura de cochas es otro de los platos de esta nueva andadura. Correcta sin más. Los niguiris, excelentes como siempre son los de Luis. Primero uno de pez mantequilla con salsa anticucho, que casi hace olvidar el “clásico” con trufa. El buey con huevo de codorniz es excelente, y el guncan de tartar de vieiras en crema huancaína es maravilloso.El menú acaba con un bacalao en crema de berberechos y ají amarillo, obra de Vicente, que parece querer anunciar que no todo lo que se sirve en esta casa son platos fríos.
Pero también hemos probado en otras visitas otros muchos platos dignos de mención. Para los que buscan sabores tropicales, buenísimo el hamachi con plátano. El salmón con huevo de codorniz no debe olvidarse, como tampoco un increíble carabinero lleno de sabor y muy muy jugoso, que sin embargo hará que la cuenta engorde.
En los postres se ha hecho un gran esfuerzo, pero a mi no han acabado de convencerme. Destaca un suspiro limeño con crema de leche con yuzu (cítrico japonés), merengue y helado de haba tonka.
El servicio muy atento y amable, funcionando bajo la batuta de Lai Rueda. Pero eso sí, lento, muy lento. Lentísimo. Lai me ha confesado que son conscientes de ellos y lo están trabajando, y de hecho me comentan que ya está mejorando. Pero desde luego en los inicios, lentísimo, exasperante. No sé si el fallo está en sala, o más bien, como me temo, en cocina, pero tienen que mejora mucho en ese aspecto. El precio es el otro punto un poco débil. Me resulta caro, más para los tiempos de crisis actual. Es difícil salir por menos de € 80 por persona, y en cuanto te descuidas, la cuenta alcanza los € 100. Mucho para hoy en día. Eso sí, se come bien, muy bien, y estoy seguro que según se vayan consolidando, se va a convertir en uno de los grandes de Madrid.
Datos prácticos:
Nikkei 225Pso. de la Castellana, 15 (entrada por Fernando el Santo, 28)Tel.: 913.190.390 Servicio de aparcacochesPrecio medio: € 80Accesibilidad: sí lo es el comedor del fondo.