Niña de los lunares

Por Margot Megara

Buenos y gloriciosos días mis queridos fashionistas,

   Una pieza alegre para un buen día, hoy, os escribo desde mi mesa de comedor recién llegada, esa que me muero de ganas de empezar a pintar, las sillas ya están tapizadas y pintadas, pero no me he podido resistir a empezar hoy el día aquí sentada, con el café en una mano y otra historia en la otra, así que comenzamos!

Una clienta que se arregló conmigo un vestido cosido por su abuela en los años 40, queda pendiente, encontró unos retales de lunares en rosa y verde, y decidió regalarle a su nieta una falda de flamenca para disfrazarse, las telas, una era algodón popelín en rosa con lunares blancos, y la otra era un algodón mas fino en blanco con lunares verdes.

  

   El algodón es una de las fibras mas utilizadas en el mundo, es suave, agradable de coser y fácil de conseguir, proviene del algodonero, sus hilachas son una fibra suave que crece para proporcionar protección a las semillas de la planta de algodón. Al madurar las semillas, la cápsula se abre y las fibras salen disparadas al exterior, dando a la planta ese aspecto nevado tan característico, es un producto único, sus fibras son blandas y aislantes, resistentes a la tracción, se puede tratar con productos químicos, en resumen, una maravilla…y una curiosidad – además de funcionar como combustible para cohetes, el papel moneda, suele estar hecho con algodón, el dólar estadounidense en un 75% algodón y un 25% lino entre otros.

  

Es un retal aquel trozo de tela que sobra de un rollo y te tienes que contentar con lo que hay, normalmente, al hacer el patrón calculas en función de que dirección vas a cortar la tela la cantidad que necesitas, por ejemplo, para un vestido largo con corte al hilo, son unos 3 metros de tela, sin grandes aspavientos en el diseño, pero en retales, tienes que adecuar el patrón a la tela, para aprovecharla al máximo, le hice una falda evasé, le añadí un volante en el bajo de raso de seda en rosa para darle volumen y cinturilla con goma.

Al no disponer de tela suficiente, la rosa, mas gordita, iba de estructura y la blanca y verde, los volantes, le añadí un volante grande al bajo de raso de seda en rosa para darle volumen y una vez marcado el camino de los volantes con un hilvanado, empiezas por abajo y vas subiendo, con cuidado de que el volante siguiente cubra la costura del anterior, al último, al que une con la falda le puse un entredós con una cinta verde acabada en lacito, al fin y al cabo, era un disfraz, era para explayarse…para cerrar el conjunto, le añadí un vivo en seda fucsia fuerte a todos los bajos y volantes.

  

La ropa infantil es maravillosa de hacer, aunque no tenga maniquí de niños, casi no hace falta porque lo ves directamente delante de la cara, las piezas son tan pequeñas que casi son de juguete, así que rápido, sin pruebas, empaquetado y entregado.

De esta pieza me llevo la alegría del colorido, el agradecimiento y felicidad de mi clienta, una victoria mas y una planta de la fortuna que me regaló y ahora luce espléndida sobre mi nueva mesa de comedor, esa que tengo unas ganas locas de pintar…

   Que tengan Ustedes un día maravilloso!

Margot.