"Ninguna verdad es necesaria" no puede ser una verdad necesaria, ya que forma parte del conjunto de las verdades de las que se predica la no necesidad. Tampoco puede ser una verdad contingente, toda vez que ello conllevaría que "Alguna verdad es necesaria" es asimismo una verdad contingente. Sin embargo, si hay verdades necesarias no pueden depender de una verdad contingente. Por tanto, debe concluirse que "Ninguna verdad es necesaria" no es ni una verdad necesaria ni una verdad contingente, sino una falsedad.
Si "Ninguna verdad es necesaria" es una afirmación falsa y consiguientemente "Alguna verdad es necesaria" es una afirmación verdadera, supongamos que "La realidad existe" es una verdad necesaria. En este caso, alguna verdad y la realidad serán necesarias. Lo que dará lugar a que las verdades a las que llamamos necesarias podrán existir por sí mismas sin la realidad y a que, por otro lado, la realidad a la que llamamos necesaria podrá existir por sí misma sin las verdades necesarias. Ahora bien, ambos escenarios son incomposibles y mutuamente excluyentes, pues en el escenario en el que la verdad puede existir sin la realidad asumimos que la realidad puede no existir y es por ello contingente, mientras que en el escenario en el que la realidad puede existir sin la verdad asumimos que la verdad puede no existir y es por ello contingente. Y dado que es imposible que algo sea necesario y contingente, se sigue que la verdad sólo puede ser necesaria si no lo es la realidad, y que la realidad sólo puede ser necesaria si no lo es la verdad. Con todo, hemos concedido que "Alguna verdad es necesaria" es una afirmación verdadera. Por tanto, "La realidad existe" no es una verdad necesaria.