Las mujeres adoptaron a Thomas con dos años y, aunque sus madres siempre quisieron que fuera una niña, aseguran que nunca lo presionaron para que se convirtiera en mujer. Según las madres, una de las primeras cosas que dijo Thomas fue:"soy una niña" y lo hizo en el lenguaje de signos porque sufre un defecto en el habla.
Siete años después, el niño intentó mutilarse sus genitales, y los psiquiatras le diagnosticaron un trastorno de identidad sexual.