Hace unos días os hablé de la eco-Doppler que me realizaron en la semana 20 de gestación. Hoy os voy a hablar de algo muy importante que se suele ver y saber en esa ecografía.
¿Podríais adivinar por la imagen si se trata de un niño o una niña?
Nosotros no quisimos saberlo. Llegando al tercer mes de embarazo, mi pareja me propuso no saber el sexo de nuestro retoño. Le parecía más divertido y emocionante descubrirlo en el momento del parto. Como a mí me daba lo mismo que fuese niño o niña, me pareció una buena idea mantener la sorpresa hasta el final, por eso acordamos que no lo sabríamos hasta su nacimiento. Así pues, cada vez que entraba en la consulta del obstetra o de seguimiento de embarazo y tocaba eco avisaba de que no queríamos saber el sexo, porque los médicos están tan habituados hoy en día a decir el sexo y hablar del niño o la niña que no quería que a ninguno se le escapase. A ellos les parecía “simpática” nuestra decisión porque hoy en día no es normal no saberlo.
También fue divertido (y a veces pesado) el debate en la calle, entre los vecinos, los amigos, familiares, compañeros de trabajo… Porque, si habéis estado embarazadas alguna vez, habréis “padecido” la requeterrepetida pregunta:
¿Qué llevas, niño o niña? Una pregunta que se contesta rápidamente con una sola palabra. Pero en nuestro caso, la respuesta era:“No queremos saberlo”. Y ahí empezaba la retahíla de preguntas, opiniones, adivinaciones… sin fin. Que por qué no queréis saberlo, que de qué color vas a comprar los muebles y la ropa si no lo sabes, que si vaya tontería no saberlo si hoy en día se puede saber, que si enséñame las manos para adivinar si es niño o niña, que si estás muy guapa eso es que es niño (o lo mismo servía para vaticinar que era niña), que si no sientes ansiedad por no saberlo, que cómo te vas a dirigir a tu bebé durante el embarazo, que qué nombre le vais a poner….En fin, la lista era interminable.Yo me divertía mucho con esto. ¡Cómo la gente se empañaba en saber el sexo de mi bebé con las mismas ganas que si fuesen a tenerlo ellos! Aunque a veces me molestaba también la actitud de algunas personas por su poco respeto hacia una decisión que tomamos mi marido y yo.Nosotros seguimos a lo nuestro. Con lo del nombre lo teníamos claro desde mucho antes de quedarme embarazada. Si era niño, Daniel, si era niña, Sara. Y en cuanto a los muebles y la ropa, pues lo tenemos casi todo blanco (mi marido es daltónico y no somos de "colorear" mucho la casa). Además, como he dicho antes, yo no sentía la necesidad imperiosa de saberlo y realmente me daba igual que fuese niño o niña. Tengo amigas y compañeras de trabajo que han sufrido y se han llevado un gran chasco cuando han sabido que llevaban un niño y ellas querían niña, o viceversa. Afortunadamente, no fue mi caso. Lo que viniera, bien estaba y, aunque suene a tópico, lo importante era que viniese bien y fuese un bebé sano.Quienes halláis leído mi entrada El parto que no soñé, sabréis que al ser un parto por cesárea estuve sola en el quirófano, sin mi marido, así que fui la primera en saber qué era. Como todo el personal que me atendía estaba informado de que no sabíamos el sexo del bebé, me preguntaron por los nombres elegidos. Y cuando estaba tumbada, anestesiada y sin saber en qué punto estaba la cesárea, de repente escuché un par de voces gritando al unísono “¡Un Daniel! ¡Un Daniel!”En ese momento rompí a llorar “¡Es un niño! ¡Mi niño!”. Uno de los momentos más especiales, emocionantes y gratificantes que recuerdo de mi parto.Y vosotras ¿Supisteis el sexo de vuestro bebé durante el embarazo? ¿Cómo recibisteis la noticia? Un abrazo.