No es raro que los pequeños generen un lazo demasiado estrecho con sus madres, lo cierto es que nacen de ella y desde ese momento, inclusive antes, se les presentan como lo más importante en su mundo, la madre lo es todo, por lo que la necesitan casi de forma permanente para crecer y ser felices.
Si bien eso es común y entendible, son muchas las mamás que deben de vez en cuando dejar a sus niños para ocuparse de tareas o del trabajo, y los temores y preocupaciones vienen cuando el pequeño demuestra poca autonomía y sufre demasiado ese proceso de desapego.
Los niños dependientes de la madre necesitan paciencia y mucho amor para poder superar y afrontar con entereza las ausencias cortas de su madre, al quedar al cuidado de abuelos o parientes, será normal en principio que llore mucho, que se enoje o se mantenga parco a cualquier estimulo, esperando siempre el tan ansiado regreso.
No hay que tratar de romper ese lazo bajo ningún aspecto, retando al pequeño u obligándolo a que deje de expresarse o manifestar su descontento, sino en cambio lo que es prudente es acompañarlo en esas rabietas, tratando de calmar su angustia y cuando ésta pase, proponerle alguna actividad para que se distraiga y pueda pasar mejor el tiempo hasta que la madre vuelva por el.
No es grave dejar llorar al niño, recordemos que se trata de una manifestación que le permite desahogarse de forma profunda, ahora si el niño manifiesta otros sintomas, como crisis demasiado prolongadas o inclusive fiebre, es preciso consultar a un médico.
Los niños dependientes de la madre deben en lo posible, disfrutar al máximo todo el tiempo posible con su mamá, si por ejemplo ésta trabaja por la tarde, lo mejor será que pase la mañana con su pequeño, para que éste pueda ir afianzando su confianza y que el tramo solitario no se le haga tan crudo, hasta que vaya adquiriendo su propia autonomía.
Vía | Crecebebe
Foto | Daizy de Flickr