Un estudio de la University College de Londres publicado en Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine señala que los niños que respiran humo de segunda mano son más propensos a padecer problemas mentales, especialmente hiperactividad y mala conducta. Durante la Investigación se estudiaron a 901 niños británicos no fumadores de entre 4 y 8 años. Midieron sus niveles de un subproducto del humo de cigarrillo en la saliva para evaluar la exposición e hicieron que sus padres completen un cuestionario sobre problemas emocionales, conductuales y sociales. En promedio, cuanto mayor era la exposición del niño al humo de segunda mano, peor era la salud mental, particularmente trastornos de conducta e hiperactividad. El problema se mantuvo aún después de que los expertos tuvieran en cuenta otros factores que podían afectar la salud mental, como el asma, la actividad física y los ingresos y situaciones familiares. No está claro cómo el humo de segunda mano podría disparar los problemas mentales, aunque los investigadores sugirieron que podría deberse a la genética o a consecuencias relacionadas con efectos del humo sobre químicos cerebrales como la dopamina. Los resultados refuerzan la evidencia de que el humo de segunda mano, y posiblemente también la exposición prenatal al tabaco, causa problemas mentales en los niños y aumenta el riesgo de síndrome de muerte súbita infantil, infecciones de oído y asma.