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Niños que tuvieron educación para la salud con abordaje de problemas emocionales redujeron el consumo de comida chatarra

Por Davidsaparicio @Psyciencia
Niños que tuvieron educación para la salud con abordaje de problemas emocionales redujeron el consumo de comida chatarra

Una investigación encontró que capacitar a los docentes y dotarlos de herramientas para impartir la enseñanza de educación para salud no sólo con información sino también con actividades y apoyo emocional, mejoró los estilos de vida tanto en maestros como en estudiantes («Junk food intake in children reduced by health education that addresses emotiona», s. f.).

«Numerosos estudios han abordado problemas de salud en el entorno escolar, pero la mayoría se ha centrado en la actividad física y la nutrición, con poca atención a problemas emocionales como la autoestima, la depresión y los comportamientos alimenticios», dijo la Dra. Carolinne Santin Dal Ri, autora del estudio y pediatra en el Instituto de Cardiología de Rio Grande do Sul, Porto Alegre, Brasil.

Programa “Vida Feliz, Corazón Saludable”

Para este estudio se asignó de manera aleatoria a diez escuelas públicas en la ciudad de Frederico Westphalen, Brasil, al grupo de intervención (cinco escuelas) o al grupo de control (cinco escuelas). Participaron 473 estudiantes de entre 6 y 12 años y 32 maestros. Las evaluaciones iniciales incluyeron peso, estatura, actividad física, ingesta de alimentos y conocimientos sobre salud en los niños; y actividad física y consumo de alimentos en los docentes. Las mediciones se repitieron después de completar la intervención.

Dicha intervención tuvo dos etapas: la capacitación docente seguida por la de los estudiantes en el aula.

Los maestros asistieron a cuatro reuniones durante un período de cuatro meses, recibieron un folleto y tuvieron acceso a lecciones en video. El material se presentó en siete capítulos:

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1) factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares en la infancia;

2) elección de alimentos saludables;

3) etiquetado de alimentos;

4) sodio, azúcares y grasas;

5) salud emocional y calidad de vida;

6) actividad física; y

7) prácticas saludables y cambios en los hábitos.

Cada sección contenía teoría más sugerencias para actividades en el aula basadas en el tema, la edad de los niños y los objetivos previstos.

En el aula, los maestros cubrían un tema por semana, incluyendo al menos una actividad. Cada docente tenía libertad de elegir o modificar las actividades y podían incorporarlas en proyectos basados ​​en el programa de estudios de la escuela. Para alentar la participación de los maestros, se creó un grupo en una red social donde recibieron mensajes y recordatorios del investigador sobre el tema en el que se suponía que debían trabajar. Los maestros también compartieron sus propias experiencias. El investigador visitó las escuelas del grupo de intervención para estimularlos y ofrecer orientación.

En cuanto a la segunda etapa, la intervención en el aula se programó para siete semanas ininterrumpidas. Sin embargo, debido a una huelga estatal de maestros, en cuatro escuelas hubo una interrupción promedio de 45 días al final de la semana cinco, después de la cual se completó la intervención. La quinta escuela no se vio afectada por la huelga y siguió el cronograma inicial.

Para las escuelas del grupo de control, los maestros no participaron en el curso de capacitación y los estudiantes asistieron a las clases habituales de la escuela sobre salud y alimentación saludable según el plan de estudios.

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Resultados

Tanto los estudiantes como los maestros se beneficiaron de la intervención. La proporción de estudiantes que siguieron los consejos de la Guía Brasileña de Alimentos para evitar pizzas/hamburguesas y refrescos aumentó significativamente en un 15% y 20%, respectivamente. Además, hubo un aumento del 28% en el número de maestros activos físicamente.

«Los niños en los grupos de intervención y control aumentaron su nivel de conocimiento de salud durante el estudio. Pero solo aquellos en el grupo de intervención cambiaron sus conductas alimentarias.» Esto sugiere que el conocimiento por sí solo es insuficiente para cambiar el comportamiento, concluye la Dra. Santin Dal Ri.

Este estudio se presentará en el Congreso ESC 2019 y en el Congreso Mundial de Cardiología durante la Sesión de pósters 7: Salud pública, el martes 3 de septiembre de 2019 de 14:00 a 18:00 CEST en el Área de póster.

Referencia:

Junk food intake in children reduced by health education that addresses emotiona. (s. f.). Recuperado 23 de agosto de 2019, de https://www.escardio.org/The-ESC/Press-Office/Press-releases/junk-food-intake-in-children-reduced-by-health-education-that-addresses-emotional-issues

Fuente: Science Daily

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