Los años han pasado y, aunque no recuerda a esa chica, sí que tiene presente todavía la promesa. No obstante, ahora está enamorado de una compañera de clases, Kosaki Onodera.
Un día, su apacible vida pega un giro cuando aparece Chitoge Kirisaki, una estudiante que viene de los Estados Unidos y con la que termina de malas maneras debido a una serie de malentendidos. Lo que ellos no saben es que sus familias están inmersos en una guerra ya que la del chico son yakuzas y la de la chica, gangsters. Pero los padres y, a su vez, líderes de ambas familias quieren la paz, y para que también lo hagan sus subordinados, les obligan a ambos a hacerse pasar por novios aunque no se aguanten lo más mínimo.Está claro el tipo de serie que tenemos entre manos sólo con el argumento de partida: comedia romántica de enredos que se va complicando poco a poco con la irrupción de personajes cada vez más especiales. Además, todo el tema de la promesa de la infancia con la chica que no recuerda (y otras cositas más) es una más que evidente herencia de la mítica Love Hina. Sí, introduce el candado, las llaves y la rivalidad familiar entre mafias para separarse de aquella y, poco a poco, lo va consiguiendo.La serie tiene varias virtudes, especialmente su simpatía gracias a unos personajes que, al menos a mí, me han caído muy bien. Además cuenta con una animación colorida, muy bien realizada por SHAFT, y una música pegadiza que le va como anillo al dedo. En resumen, que es una serie agradable de ver con la que pasar muy buenos ratos entretenidos. Además, a pesar del género al que pertenece, no tiene fanservice salvo momentos muy puntuales, dejando una serie muy pura.
La gran pega que tiene son sus múltiples clichés y tópicos, por no hablar de los personajes que responden a la perfección a uno u otro arquetipo. Aún así, se hacen querer, tienen su carisma y, sobre todo, resultan simpáticos. Sobre todo me ha caída especialmente bien el protagonista, Raku, un chico la mar de apañado y amable, un excelente cocinero, bastante inocentón y serio. Por una vez, es el protagonista de un shonen-harem que convence en tal papel.No puedo negar que también me han llegado a resultar exasperantes algunas situaciones y que tengo la sensación de haber un exceso de chicas que van apareciendo para complicarlo todo. Además esperaba que le sacasen más partido al tema de las bandas pero pronto la historia se queda reducida a comedia estudiantil. Quizás en lo que queda de manga acaben aprovechando las posibilidades que tienen por aquí, ya se verá.En definitiva, que no merece la pena escribir mucho más cuando ya tendréis bastante claro tanto mi opinión como de qué va la serie. Nisekoi es una serie simpática y divertida, incluso bastante bonita gracias a los sentimientos que van desarrollando los personajes. No obstante, para que guste hay que saber, primero, lo que ofrece y, segundo, que está llena de tópicos, lo que no gustará a más de uno. A mí sí me ha entretenido e incluso emocionado en momentos puntuales, me ha divertido y me lo he pasado bien. Más que suficiente para lo que se le puede pedir a este tipo de serie.