Parece una obviedad, ¿no? Es lógico que al restaurante Nitty Gritty se vaya a comer bien. Si no, ¿a qué vas? Ya, entiendo las coñas que podéis hacerme pero tiene su explicación. Nitty Gritty significa, en inglés, el meollo de la cuestión, la clave, la esencia. Y es en esa esencia de la buena cocina donde quieren posicionarse los dueños del restaurante Nitty Gritty, en la zona de Plaza Castilla. Con buena materia prima, elaboraciones originales y un entorno precioso, sin perder nunca el norte del buen hacer y las recetas de primera.
Cuatro socios, cuatro amigos que decidieron juntarse para hacer exactamente lo que les gustaba. Por un lado, los hermanos Riaño, Javier e Iván, vuelven a la profesión de sus raíces, la hostelería, después de dedicarse a la arquitectura de interiores (Javier) y a la consultoría (Iván). Su familia tuvo negocios tan relevantes en Madrid como el primer Café Oliver y ellos han decidido recuperar ese testigo restaurador. Con ellos, se embarcan Armando Mendoza y Yago Simal, del estudio Mendoza+Simal, responsables de interiores tan llamativos como Panela & Co o la tienda gourmet Petra Mora. Ellos han convertido el almacén que era antaño Nitty Gritty en un luminoso, amplio cálido y cómodo restaurante, muy cercano a los gustos europeos y a los bistrós, en el que los azules, blancos y verdes aguas dominan un espacio totalmente acristalado. Desde su discreta terraza, no te creerás que estés tan cerca de la Castellana.
Las recetas, sin embargo, se apoyan mucho en lo mejor de la cocina mediterránea, con gusto por las buenas verduras y con toques de originalidad traídos de otras latitudes, como los guiños a las cocinas hindú o japonesa, o sacados de su imaginación y ganas de innovar, como el helado de cáctus, que hace estragos entre los golosos. Si os gustan los procesos culinarios, la cocina de Nitty Gritty se escudriña perfectamente en su trasiego porque sólo la separa una cristalera del salón.
En su carta, que cambia un poco según la temporada, siempre se pueden encontrar muchas ensaladas muy variadas y originales, dos opciones de pasta, un tipo de arroz, tres pescados y tres carnes y las dos hamburguesas que les hacen expertos: la de tierra, de carne de buey con pisto y gorgonzola y pan de aceitunas y la de mar, con salmón, berros, mayonesa de eneldo y pan de cereales. Los hay que se mueren por los chipirones salteados con panceta y otros, por el confit de pato. Cada uno, a su gusto. Entre los postres, además del mencionado helado, hay una tarta de manzana de vicio. ¡Ah! Y no os dejéis atrás los quesos, selección de Poncelet, que sirven para abrir boca, continuar o cerrar un almuerzo excelente.
No es necesario ir a cenar para disfrutar de la carta de Nitty Gritty. Es de los pocos restaurantes de Madrid en los que puedes hacer brunch todos los días y saciar tus ganas de fin de semana con unos estupendos huevos benedictine, su carta de panes y mermeladas, los bizcochos caseros o la bollería. Si no te apetece tanto, siempre puedes optar por un desayuno tradicional. Y para los medios días, un plato diario especial que cambia cada vez.
El quid de la cuestión cuando uno sale a cenar con gente a la que quieres es que el restaurante solo acreciente la diversión y los buenos momentos y eso se consigue con una carta eficaz, original y a buenos precios. Y si el entorno es precioso, como es Nitty Gritty, lo tienes todo ganado.
Los datos: Nitty Gritty. Calle Doctor Fleming, 51. 91 434 73 33. Horario: de 08h a 02h. Precio medio: 30€. Aunque tienen web, para estar al tanto de sus novedades, mejor sígueles en Facebook.