La segundo de esos momentos, ese gélido instante en que cierras el grifo de la ducha y, aún rodeada de vapor, piensas "mierda! tengo que salir de aquí, no??" es también bastante fastidioso. Más aún si vives en una casa sin calefacción como es mi caso y no os quiero ni contar si, por encima, te tienes que tomar cinco minutos más para aplicarte la crema corporal y otros cinco para que se seque. Sencillamente, odioso.
Por eso, y aun a sabiendas de que a mi piel atópica le va como el "lugar donde la espalda pierde su santo nombre", muchos días de invierno me salto el paso de la crema hidratante e intento, literalmente, teletransportarme de dentro de la ducha a mis vaqueros (dos caídas, un golpe contra la puerta y un susto con la estufa me están empezando a convencer de que tal cosa no es posible, pero bueno). Por supuesto, luego me paso el resto del día pagando las consecuencias pues mi piel se seca, descama y resquebraja más rápido que una momia a temperatura ambiente produciéndome un insoportable picor y escozor.
Estando así la cosa, no es de extrañar que tras ver el anuncio de Nivea "Bajo la Ducha" decidiera darle una oportunidad y traerme un botecito para casa. Además, hay que tener en cuenta que el precio de este "Acondicionador Corporal" no llega a los 5 euros/400ml por lo que una se puede permitir probarlo sin causar graves daños a la economía familiar.
Como manda la norma, yo me hice con la versión azul que es la específica para piel seca y me imagino que también es la que más fácil se puede encontrar (a juzgar por los anuncios, las muestras de las revistas y el stock de mi Super). He aquí mis conclusiones:
Para empezar, he de decir que la textura y el olor del producto, en general, me han resultado muy agradables. Este acondicionador es una crema blanca de consistencia media que se extiende estupendamente sobre la piel mojada y que deja un aroma suave pero agradable que no puedo describir más que como el típico olor a crema,
Por otra parte, su empleo es realmente sencillo: sobre la piel mojada de la ducha, aplicamos la cantidad necesaria (como es un producto barato yo me he estado echando con alegría) y, por último, aclaramos con agua caliente antes de salir de la ducha y secarnos con normalidad.
Respecto al resultado, no puedo decir ni que me gusta ni que me disgusta puesto que sí que deja la piel muy suave, con un tacto sedoso perfecto y quizás me atrevería a decir que con un ligero efecto óptico reafirmante, pero, a la vez, tengo mis dudas de si la hidratación ha llegado realmente a las capas interiores de la piel o lo que se nota es sólo un efecto cosmético superficial.
Por esto, considero que en líneas generales es un buen producto para uso diario cuando hay que marchar con prisa al curro pero que no sustituye al uso continuado de la crema hidratante. Lo que yo estoy haciendo es. precisamente eso, emplearlo cuando me ducho para salir de casa con prisas pero si, por ejemplo, me ducho tras salir del gimnasio para quedarme en casa, me dedico un poco más de tiempo (y fortaleza mental) y me aplico un Body Milk hidratante como dios manda.
Eso sí, una cosa a tener en cuenta es que este producto puede convertir vuestra ducha en una trampa mortal, pues se queda en la cerámica y la vuelve totalmente resbaladiza. Tal y como la propia marca recomienda es aconsejable pasar una agua al plato de la ducha tras haberlo empleado, para evitar futuros accidentes, aunque no está de más santiguarse un par de veces antes de entrar (just in case).
En resumen, creo que sí que merece la pena probarlo y tener un botecito siempre a mano para emergencias pero no lo situaría en mi Top Ten de productos corporales (tampoco es que tenga un Top 10 pero, vaya!).
Un besito y hasta la próxima.