Le contesté que no soy crítico, soy exigente, y exigente porque al hablar de televisión pública es inevitable que todos los que pagamos impuestos no nos sintamos un poco productores, y como buenos productores, no nos preocupe lo que se hace con nuestro dinero.
Así que, en homenaje a este amigo mío, hoy toca hablar de televisión pública. Otro día será para las autonómicas, pero hoy es para TVE.
Y si nos fijamos en TVE nos encontramos con una cadena a la que se le viene encima una ola de cambios importantes. De momento me quedo con dos.
El primero lo veíamos hace un par de semanas con el nombramiento de Alberto Oliart como nuevo presidente, nombramiento que ha traído cola y sobre el que hay varias cosas que me chocan. Una es que PP y PSOE se pongan de acuerdo en algo, que ya es anormal. Otra, aún más anormal, que se pongan de acuerdo para contratar a un señor sin ningún tipo de relación profesional con los medios de comunicación. Y la más anormal, que este señor tenga 81 años cuando hace uno un ERE dejaba en la calle a más de 4 mil trabajadores por tener más de 50.
El segundo de los grandes cambios es la supresión total de la publicidad a partir de enero de 2010. Tema escabroso y controvertido, pero tema en el que Oliart ya se ha puesto sorprendentemente las pilas. Y seis días después de tomar posesión del cargo (por lo que también ha sido criticado) se plantaba en el Congreso con su nuevo Plan de Ahorro bajo el brazo y con la frase “hay que mirar cada peseta” como estandarte.
De esta forma, entre las nuevas medidas para recortar gastos se encuentran: renegociar y revender los derechos de emisión de películas de Hollywood ya adquiridos, compartir los derechos de retransmisiones deportivas con otras cadenas o rebajar los gastos de representación de los directivos. Es un principio. El nudo puede ser la reciente investigación que ha abierto la Comisión Europea para comprobar que el nuevo modelo de financiación de TVE se atenga a las normas de la UE. Y el desenlace… pronto lo conoceremos.
Pero no todo son dolores de cabeza para Oliart, y por otro lado puede presumir de presidir la mejor televisión pública de los últimos tiempos (por lo menos mejor que la de legislaturas pasadas). Y a pesar de no contar ya con clases de baile de salón para famosillos, presumir de una televisión pública competitiva y de un primer canal en racha. Porque La 1, un mes más, se mantiene como líder y cierra noviembre siendo la cadena más vista con un 16,6% de cuota de pantalla, aumentando en tres décimas las cifras de octubre. Y aumentando la distancia con su rival más próximo, Telecinco, a la que saca 1,4 puntos. Puntos que tienen aún más valor si tenemos en cuenta los estilos y objetivos tan diferentes de las dos cadenas.
Y si esto aún no es suficiente para el nuevo presidente, también se va a encontrar con unos informativos que vuelven a ser líderes de audiencia por vigésimo séptimo mes consecutivo y que se sitúan claramente por encima de los de Antena 3, sus más inmediatos perseguidores.
Supongo que todo esto no debe ser fortuito, como tampoco lo debe ser que hace unas semanas el Telediario 2 fuera galardonado con el TV News Awards, que otorga el prestigioso instituto Media Tenor, al mejor informativo del mundo, pasando por encima de otros tan valorados como el de TF1, el de la BBC, la NBC, o ABC News entre otros. Desde aquí enhorabuena.
Y acabo con la noticia de este puente: el repentino fichaje de Luis Fernández por Univisión, la empresa de medios de comunicación en español más potente de EEUU.
Fernández será el presidente de Univisión Studios, una nueva división interna de la compañía destinada a la producción y coproducción de contenidos para sus tres canales de televisión.La noticia seguro que habrá hecho arrugar la nariz a más de uno. Y es que, que Férnandez se encuentre con un puesto como éste a las pocas semanas de abandonar por motivos personales el barco de la tele pública, invita a ser malpensado… no?