Imagen de la protesta que Greenpeace colgó en un edificio de la Plaza España de Madrid, en contra de la Ley de Seguridad Ciudadana.Centenares de personas marcharon el último de noviembre por las calles de Madrid en protesta por el proyecto de reforma de la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana. El acto de protesta fue convocado por la Coordinadora 25-S en las sedes del PP de diferentes ciudades españolas, en protesta por la aprobación de la conocida "Ley Anti 15-M". Un fuerte dispositivo policial desplegado en los alrededores impidió que los manifestantes pudieran acercarse al edificio de Génova 13. Varios furgones de la Policía Nacional, así como un helicóptero que sobrevolaba la zona, custodiaron la sede popular, mientras los agentes apostados junto a las vallas impedían que nadie llegara a acercarse a su objetivo. El grueso de los congregados fue dirigido hacia la plaza de Santa Bárbara, en una marcha por las calles Santa Engracia y Bravo Murillo hasta llegar a Plaza de Castilla. Durante algo más de una hora de marcha, los manifestantes corearon consignas: "Sí se puede", "Violencia es no llegar a fin de mes" o "No pasarán", portando pancartas con lemas a favor de la libertad de expresión: "Libertad de protesta", "Censura es tiranía" o "Franco ha Wert-o". Apoyaron a 19 detenidos en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, así como a once arrestados en una acción de solidaridad en las proximidades de la comisaría de Moratalaz. "Han detenido a jóvenes de manera arbitraria", lamentó la Coordinadora 25S, denunciando que se está tratando de amedrentar a los movimientos populares y reclamando el cese de los "montajes contra el movimiento antifascista". Los agentes formaron un cordón policial frente a los juzgados para evitar incidentes e invasión de la calzada. Al menos una veintena de "lecheras" fueron desplegadas en distintos puntos de la plaza y en la zona de Bravo Murillo.
El pasado domingo, en Barcelona, en el acto de clausura de la Semana Federal, organizada por los socialistas catalanes, Alfredo Pérez Rubalcaba ironizó con que “el Gobierno está preocupado por las ofensas y quiere hacer un registro. Pues ya tenemos el primer nombre que ofende a los españoles y a España: Mariano Rajoy”.Ante 3.000 simpatizantes, declaró que nadie ofende más a España que Rajoy con su “contrarreforma” de la Constitución. Rubalcabaagradeció a Pere Navarro su trabajo en un momento difícil para Cataluña y reivindicó que un PSOE unido es “la garantía de la convivencia”. Acusó al PP de querer implantar “una ley contra la huelga, una ley de orden público que pretende dificultar la libertad de expresión. Un partido que ha delinquido pretende convertir en delincuentes a los ciudadanos que quieren hacer uso de sus libertades, esa es la gran paradoja”. Rubalcaba, lo mismo que el líder de los socialistas catalanes, defendió la Carta Magna.Señaló la necesidad de reformarla para “seguir avanzando”, en vez de “retroceder”. Dijo que, “entre un Artur Mas, que no sabe donde va, y un Rajoy, que no quiere ir a ningún sitio, hay un problema de convivencia que únicamente encontrará salida si reformamos la Constitución hacia un modelo federalista”. Acusó al Gobierno de Rajoy de “apropiarse” de la Constitución y de estar llevando a cabo “una contrerreforma” de la Carta Magna “por la puerta de atrás”. En ese sentido, Rubalcaba mencionó leyes como la de Seguridad Ciudadana, la nueva ley educativa impulsada por Wert o la reforma laboral. Y añadió que quien más ofende a España es Rajoy con su nueva medida de cobrar las medicinas a los que más las necesitan, por suprimir la sanidad a los inmigrantes o quitar las becas. Advirtió que su partido dirá no a la vuelta de tuerca planeada por el Gobierno, con la que busca flexibilizar el mercado laboral para despedir más y bajar los salarios.
“El Partido Popular –escribe Shangay Lily en el artículo ‘Ley Mordaza o violencia Marca España”, publicado en Público el pasado martes– hace tiempo que encontró una fórmula mágica para hacer desaparecer los problemas: invisibilizarlos. Ya sean con los medidores de contaminación que movió a las afueras de Madridpara hacer desaparecer el problema de contaminación capitalina que había llevado a la UE a amenazar con multarles (siguen haciéndolo), ya sea impidiendo a los oprimidos protestar, la mejor manera de hacer desaparecer un problema es ocultarlo. Cual dictadura clásica, esa es la estrategia del PP para esconder al mundo los problemas de su ‘Marca España’ que es más bien una ‘España Marcada’ por los golpes de su agresor a la que se niega posibilidad alguna de denunciar sus malos tratos en comisaría. El PP trata a España como a las mujeres: sumisa y callada estás más bonita, sierva de mi patriarcado. Es absolutamente inconcebible que una ley como la Ley de Seguridad Ciudadana pueda ser aprobada. La monstruosidad anticonstitucional de esa penalización de los derechos más fundamentalmente democráticos sólo se puede entender si se acepta que el PP, la Iglesia, la Banca y los fascistas en general, han perdido la vergüenza ante un pueblo sumiso y aburguesado, preocupado únicamente por la economía (un éxito del capitalismo). No se puede explicar de ningún otro modo que la gente no se tire a la calle a exigir la dimisión de esos golpistas en diferido que nos han llevado a este estado de #HolaDictadura. Al lado de esta, la que en Italia se conoció como Ley Mordaza de Berlusconies de risa. Y pocos son los que protestan. Creo que algunas personas sencillamente no han tenido tiempo de entender o informarse sobre lo que esta ley supondrá. No encuentro otra explicación. Por suerte, mi admirado bloguero y amigo Dani Ruiz se ha tomado la molestia de desgranar en su entrada, ‘Ofendiendo a España: los 9 puntos de la Ley de Seguridad Ciudadana’,algunas de las barbaridades que se nos vienen encima. Veamos esas medidas de violencia económica que el PP prevé aplicar a cualquier ciudadano que denuncie sus excesos inconstitucionales:
1. MANIFESTARSE: participar en manifestaciones comunicadas a la Delegación del Gobierno no será sancionable, pero, en caso de no ser así, podremos ser sancionados con multas de entre 100 € y 1.000 €. Aquellos que convoquen movilizaciones vía redes sociales podrá ser multado por la misma cuantía –aunque, al final, ni asistamos a la misma–. En caso de disturbios en la movilización, el convocante podrá ser multado con 30.000 € e Interior valorará que sólo se exima de dicha sanción si condena y muestra rechazo público a los altercados. Igualmente para aquellos que participen en los altercados, Interior podrá sancionarlos con multas de entre 1.000 € y 30.000 €, si ‘causa desórdenes graves o incendios’. Y como joya de la corona, todas aquellas manifestaciones a las que Interior les otorgue el calificativo de ‘coactivas’, repartirán entre sus participantes sanciones que oscilarán entre los 30.000 € y 600.000 €
2. OCULTAR EL ROSTRO: la sanción dependerá del parecer policial, es decir, si la Policía considera que no eres participe de altercado alguno, no podrás ser sancionado, pero, en caso contrario, podrán sancionar con multas que oscilen entre los 1.000 € y los 30.000 €.
3. ACAMPADAS Y ACTOS POS-MANIFESTACIONES: toda aquella movilización o concentración que se alejen de la previa autorización, o que sean el resultado de alguna –por ejemplo, acampar en Sol–, serán sancionada con 1.000 €. Del mismo modo, en caso de que no obedezcamos las órdenes policiales, podrán sancionarnos con multas que oscilan entre los 1.000 € y los 30.000 €.
4. IDENTIFICARNOS ANTE LA POLICÍA: la negativa a identificarnos ante los cuerpos policiales nos llevará a incurrir en multas que oscilarán entre los 1.000 € y los 30.000 €. Del mismo modo, si mostramos pero no entregamos nuestro DNI al policía que así lo requiera, incurriremos en sanciones de hasta 1.000 €. En caso de que el policía considere que, durante la discusión que se haya podido mantener hasta la entrega del DNI, éste se ha sentido insultado, podrá multarnos con una sanción que oscile entre los 100 y los 1.000 €.
5. GRABAR, FOTOGRAFIAR Y PUBLICAR ABUSOS POLICIALES: en vez de premiar la colaboración ciudadana frente a los abusos policiales, la ley en discordia ahora sancionará, siempre que Interior considere que atenta al derecho al honor policial, a toda persona que grabe o fotografíe algún miembro del cuerpo policial con multas de entre 100 y 1.000 €.
7. INTERRUMPIR MITINES POLÍTICOS, VOTACIONES Y ACTOS: por acciones como la que Rubalcaba vivió en la Universidad de Granada, donde estudiantes disconformes con las políticas de PP y PSOE se aquejaron de las mismas, evitando finalmente la celebración del acto, podrán ser multados con sanciones que vayan entre los 1.000 € y los 30.000 €.
8. CRITICAR LA MARCA ESPAÑA: insultar a policías u ofender la imagen de España, así como sus símbolos, instituciones o el propio himno, conllevará una sanción que podrá alcanzar los 30.000 €. Estas se harán extensivas a las críticas realizadas a través de cualquier red social o medio comunicativo en Internet.
9. COLGAR Y DESCOLGAR CARTELES: en caso de movilizaciones autorizadas por la correspondiente Delegación, las sanciones no se llevarán a cabo; pero, en caso contrario o en caso de descolgar un cartel en cualquier edificio gubernamental, podrán alcanzar los 30.000 €, salvo que las autoridades consideren que han supuesto perjuicio para las personas, por lo que oscilará entre los 30.000 € y los 600.000 €.
“En un somero repaso de lo que esta ley contra-democrática propone –recuerda Dani Ruiz–, mi protesta frente a Rajoy, denunciando la homofobia de sus declaraciones y la de su partido, me habría costado 30.000 € a tenor del punto 9. Escupir al medallón de Franco en la Plaza Mayor de Salamanca, otros 30.000 €, a tenor del surrealista punto 8, ya que el medallón de Franco se debe considerar Marca España, a juzgar por la protección que el PP le da en toda España a los símbolos del dictador y a su filosofía. Si a esto le sumamos otros 30.000 € por romper la foto de Esperanza Aguirre en Telemadrid ó 30.000 € más por atreverme a dirigirme a las minirobots cristofascistas o peregrinas de las JMJ a las que di la bienvenida y que la caverna mediática ocultó y convirtió en ‘agresión’ por una foto que quisieron hacer pasar por testimonio de insultos que jamás se produjeron (aunque habría estado en todo mi derecho tras la agresión de las minirobots guiadas por los curitas cristofascistas a interrumpir una marcha autorizada), sin mencionar las repetidas multas por fotografiar o denunciar las agresiones a manifestantes feministas, antifascistas o simplemente solidarios con los oprimidos, a estas alturas tendría una factura a deber de unos 100.000 €. Vamos, que debería tener varias cuentas abiertas en Suiza, un coche a lo Carromero y no parar de recibir sobres en diferido para mantener este ritmo de disidencia. Y es que hemos protestado por encima de nuestras posibilidades. De ahí ha salido la crisis: nos creímos lo de la democracia en piloto automático. La criminalización de las protestas va a seguir, pero eso no nos va a detener. Lo que sí estaría bien es que consiguiesen despertar a los millones de aburguesados ‘progresistas’ (un saludo PSOE-sólo-me acuerdo-cuando-no-gobierno) o a las minorías que se han lanzado en brazos del capitalismo conservador, ignorando que el precio son sus derechos y avances. Vuestros privilegios, que son sobornos, se están acabando. ¿Cuándo vais a despertar? ¿Cuando ya tengáis la mordaza puesta y nadie os pueda escuchar?”.
“Jorge Fernández cae en la madre de todas las tautologías –escribe Ignacio Escobar– Ofensa es lo que es ofensivo, asegura muy serio el ministro del Interior al explicar su reforma de la ley de seguridad ciudadana. ¿Qué es una ofensa a España? Lo que ofenda al Gobierno o a la policía. Serán los antidisturbios, y no los jueces, quienes decidirán arbitrariamente qué pancartas, cánticos o actitudes son punibles durante una manifestación. Para justificar esta reforma, el Gobierno pone como ejemplo comportamientos que ya son delito, sin necesidad de que las leyes cambien. La violencia en una manifestación ya está penada. Pero lo que incomoda al Ejecutivo de Rajoy no son las protestas violentas, sino las pacíficas: que los jueces estén aplicando la Constitución en vez del código ético del PP; que, en esos escraches que Cospedal califica como ‘nazismo puro’, la justicia solo vea el ejercicio de un derecho democrático. Incluso la conservadora asociación de jueces Francisco de Vitoria, poco sospechosa de antisistema, ha comparado la reforma con la Leyde Vagos y Maleantes del franquismo. Los ciudadanos que intenten parar un desahucio –esa misma Plataforma de Afectados por la Hipoteca que ha sido premiada por Europa– serán multados con hasta 30.000 euros. Es la misma pena que recibirá quien insulte a la policía y bastará la palabra del agente para exigir el pago de la multa. Los objetivos de la reforma son tan claros que el Gobierno no se molesta en ocultarlos. ‘Se ha ejercido ampliamente el derecho de manifestación en los dos primeros años de esta legislatura’, argumenta la nota de prensa que envió la Moncloa. Al parecer, el momento de protestar ya pasó, y ahora solo cabe celebrar el advenimiento de esa recuperación económica que Cristóbal Montoro presenta como la envidia de Europa. La reforma pretende solucionar un problema que hoy no existe. A pesar de las durísimas circunstancias, las protestas en España han sido mayoritariamente pacíficas. Es algo que no se explican fuera; pregunten a un francés, un inglés o un alemán qué pasaría en sus países si el paro pasase del 25% y el juvenil superase el 50%. El Gobierno aprieta las tuercas porque está en su ADN autoritario y porque sabe que todavía quedan curvas: que los recortes sociales no han terminado, que nuevos casos de corrupción aflorarán pronto, que el desgaste en las encuestas del Gobierno más impopular de la democracia aún no ha tocado fondo. Su mayoría absoluta no tiene oposición parlamentaria y ahora quieren reprimir la oposición de la calle”.
Dos días más tarde, moría Nelson Mandela, ex presidente de Sudáfrica. Quien fuera primer presidente negro de Sudáfrica tras casi siete décadas de lucha contra el sistema segregacionista, desaparecía el jueves en su casa de Johannesurgo. Madiba, nombre de su clan con el que se le conocía popularmente, tenía 95 años y llevaba varios meses enfermo por una infección pulmonar. La pérdida de este Premio Nobel de la Pazconmocionó a su país y entristeció al mundo. En la imagen de arriba, Mandela, en 2005, con el número sobreimpresionado de preso, que se convirtió en un símbolo de libertad, incluso para personajes como Mariano Rajoy, quien escribe en su Twitter: “Nelson Mandela: figura clave de la Historia reciente; ejemplo de lucha por la igualdad. En el corazón de todos. Hasta siempre, Madiba”. Sin embargo, con la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, pocos dudan de que el Gobierno de Rajoy le habría impuesto varias multas de hasta 600.000 euros y una amplia recopilación de 30.000, si hubiera vivido en España como extranjero.
Comprobamos cómo elhabitual humor de esta semana es lo único que de verdad no ha bajado. Se sigue manteniendo a flote el de Erlich:
J. R. Mora, Peridis, Forges, Ferrán, Vergara, Pat y Malagón:
Terminamos con cinco vídeos. El primero, sobre Mandela
En el segundo, la Potato Omelette Band no se corta en las pruebas de idoneidad para músicos callejeros de Madrid. La dedican especialmente a nuestra nefanda Alcaldesa No Electa.
El siguiente fue emitido a finales del pasado noviembre por Canal+ Francia sobre el declive de la monarquía española. ¿Cuándo se atreverá a emitirlo alguna cadena de televisión española?