“No apagues la luz”, de Bernard Minier

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

"[...] Todavía observaba la trampa cuando sonó aquel alarido que lo traspasó como la hoja de un arma oxidada. No recordaba haber oído nunca un grito semejante, tan lleno de terror, de dolor, de un sufrimiento casi inhumano. De hecho, ningún ser humano habría podido emitir un sonido como aquél. Provenía de la espesura del bosque, más adelante. "No muy lejos..." Se le heló la sangre en las venas cuando el alarido volvió a hendir el aire del crepúsculo, al tiempo que se le erizaba el vello del cuerpo. Después el grito murió en el ocaso, transportado por el viento polar".

De esta forma comienza la nueva novela, la tercera, de Bernard Minier, No apagues la luz. Bernard Minier, una de las grandes figuras del nuevo thriller psicológico llegado de Francia, prosigue con su ciclo dedicado al comandante Martin Servaz (Bajo el hielo (2011), (2013)publicados por Roca Editorial), un sonado éxito de ventas en su país que se ha traducido a numerosos idiomas. Minier ha añadido su nombre al de autores tan importantes como Fred Vargas, Pierre Lemaitre o Franck Thilliez, que han protagonizado un resurgimiento del polar y del thriller francés de primerísima calidad. Una cuidada composición de personajes, ambientes desasosegantes, tramas que aceleran el pulso y un don para hacer trizas cualquier expectativa del lector caracterizan a un autor que con No apagues la luz se ha doctorado en el arte de no dejar que sus seguidores puedan apagar la luz de sus mesillas de noche.
Desde que el psicópata Julian Hirtmann le enviara el corazón de su gran amor, Marianne, dentro de una caja de cartón, el capitán Martin Servaz ha permanecido internado en un centro de reposo para policías luchando por sobreponerse de tan atroz golpe y recuperar las ganas de vivir. En plenas fiestas navideñas, un día le llega por sorpresa en el correo una llave electrónica que da acceso a una habitación de hotel en la que un año atrás una artista se quitó la vida de forma muy aparatosa. Intrigado por los motivos que han llevado a su misterioso remitente a contactar con él y por la desdichada suerte de la mujer, contraviene las órdenes de guardar reposo y se pone a investigar por su cuenta.
Paralelamente, la periodista radiofónica Christine Steinmeyer, que acarrea su propio trauma de infancia, también va a encontrar en el buzón un anónimo que promete desestabilizar su existencia: la carta de una suicida. Convencida de que se trata de una equivocación, y con prisas, al realizar el descubrimiento a punto de dirigirse a celebrar la noche de Navidad, opta por despreocuparse del tema. En breve recibirá una inquietante llamada a la emisora de radio, donde, encontrándose en el aire, una voz anónima le recriminará que dejara morir a una persona. Éste supondrá el primer paso de un acoso sin tregua ni sentido aparente que se manifestará de muy diversas maneras -llamadas amenazadoras, allanamiento de morada, extorsión, agresión sexual...- y pondrá patas arriba su vida personal y laboral. En pocos días se encontrará inmersa en una historia de terror para la que no tiene explicación, una pesadilla en toda regla que promete arrebatarle la cordura.
A medida que Martin y Christine van viéndose arrojados a episodios crecientemente extraños, hermanados por el estupor y el peligro, la demencia y el escalofrío, las claves de los mismos pueden hallarse en pistas tan dispares como las óperas clásicas de desenlaces más trágicos, un diario desgarrador y la industria aeronáutica que tiene en Toulouse uno de sus centros neurálgicos. Dos personas en un estado mental sumamente frágil deberán plantar cara a sus demonios más íntimos y a un perturbado enemigo en las sombras, dispuesto a cualquier cosa con tal de hacerse con el control de sus vidas.

Ambientada en parte en los valles pirenaicos en los que creció, su obra destaca por la creación de atmósferas opresivas que actúan como espejo de la fragilidad de la mente humana y por una dosificación del suspense que juega a angustiar y a sorprender. Las complejas relaciones intergeneracionales y el muro que se abre entre los que se adaptan gustosamente a la realidad digital y los que se resisten a perder su condición de miembros de la vieja escuela también son asuntos a los que el escritor presta mucha atención. Hay unanimidad en considerar a Bernard Minier empuja al lector a reflexionar sobre una sociedad occidental marcada por una creciente violencia y azotada por los desequilibrios mentales, donde los miedos más cervales del individuo encuentran vía libre, pero hurgando también en formas de abuso más cotidianas, en monstruos más cercanos como la dominación psicológica del prójimo o los celos patológicos. "Las novelas que no tratan de los peligros que amenazan a la sociedad en la que vivimos no me interesan", declaró en una entrevista. Bernard Minier una de esas voces que, fusionando los motivos y ambientes tanto de la novela negra como del thriller, ha contribuido con mayor interés y acierto a renovar las leyes de ambos géneros en el panorama narrativo europeo.

El protagonista es el comandante de policía Su forma de ver el mundo está más cerca de la de un poeta o un filósofo que de la de un agente de la ley. Tiene algo de criatura fuera de su tiempo, pues adora los libros, las citas latinas y la música clásica, con una especial querencia por las sinfonías de De las cumbres nevadas de los Pirineos a la jungla urbana, de las colinas arboladas del sudoeste de Francia a las podridas esferas político-financieras, de un escalofriante hospital mental a una pequeña universidad de arrogante elitismo, Martin Servaz, originario de Toulouse, cuarenta años, divorciado, solitario, padre de una adolescente en plena rebeldía, perfeccionista, algo misántropo, cultivado, hipocondríaco y dueño de un sentido del deber casi obsesivo que no entra en conflicto con una intuición de la que se fía mucho. De joven quería ser escritor, pero acabó decantándose por el cuerpo de policía cuando, a raíz del suicidio de su padre, le sobrevino el impulso irrefrenable de reabrir el caso de la muerte de su madre. A pesar de los muchos años transcurridos, no ha superado el hecho de haber perdido al gran amor de su vida, Marianne. Gustav Mahler. No soporta la injusticia, la incompetencia, la mediocridad, los deportes televisados, la sociedad de consumo, las nuevas tecnologías, los trepas, los arribistas, los mentirosos, los hipócritas, los sabiondos, la velocidad y las armas de fuego.
Servaz se enfrenta a criminales que se salen del patrón, a secretos terroríficos y fuerzas que con frecuencia lo superan, acosado también por sus demonios interiores. Especialista en lidiar con pesadillas de lo más reales, nunca duda a la hora de lanzarse física y psicológicamente con todo a investigar casos que lo sitúan al borde del abismo.
Martin Servaz cuenta con dos fieles compañeros en el cuerpo de policía, si bien no podrían ser más diferentes a él: Vincent Espérandieu, su segundo y su amigo, un devoto del mundo digital, casado con una mujer por la que su jefe se siente fatalmente atraído, e Irène Ziegler, una motera lesbiana y enganchada a los deportes de riesgo y a las armas de fuego. En cuanto a sus némesis, ninguna tan espeluznante como Julian Hirtmann, ex fiscal de Ginebra que acabó revelándose un monstruoso asesino en serie tras matar a su esposa y a la amante de ésta. Aunque interno en un hospital psiquiátrico, la mórbida atracción que siente por Servaz provoca que sus seres más queridos no puedan dormir tranquilos.

El autor:
Bernard Minier nació en Béziers en 1960 y pasó su infancia en Montréjeau, al pie de los Pirineos, enclave en el que ha ambientado parcialmente sus libros. Realizó estudios de Medicina y trabajó para el Servicio de Aduanas de su país antes de volcarse en la escritura y convertirse en una de las grandes figuras del nuevo thriller psicológico llegado de Francia. Con No apagues la luz, Minier prosigue con la serie dedicada al comandante Servaz ( Bajo el hielo, El círculo), un sonado éxito de ventas en su país que se ha traducido a varios idiomas. Entre las distinciones que ha recibido se cuentan el Premio Polar en el Festival de Cognac, el Premio de l'Embouchure y el Premio de las Bibliotecas y las Mediatecas Cognac.

El libro:
No apagues la luz (título original: N'éteins pas la lumière, 2014) ha sido publicado por el Sello Salamandra Black en su Colección Novela Negra. Traducido del francés por Dolors Gallart. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 576 páginas.

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Como complemento pongo el book trailer de la editorial sobre el libro N'éteins pas la lumière.