La tasa de infección por 100.000 habitantes se mantiene notablemente superior a la media de los países de nuestro entorno (la Unión Europea más Islandia, Liechtenstein y Noruega). Con todo lo que se sabe sobre el VIH, parece increíble que la infección no descienda.
Algunos echan la culpa a los recortes del gobierno en prevención y tratamiento de la enfermedad, pero no olvidemos que el sida es, sobre todo, una enfermedad comportamental. Un dato a tener en cuenta en que el 80% de nuevas infecciones se da por relaciones sexuales entre hombres. No puede reducirse todo a los drásticos recortes presupuestarios del Ministerio de Sanidad. Eso es, sencillamente, no querer ver la realidad del problema.
Educación, formación, y mensajes adecuados al público al que se dirigen. No está mal la campaña de prevención actual: "Juntos podemos lograr cero infecciones por VIH. Hazte la Prueba", que aboga por el diagnóstico precoz, pero será más útil si, como consecuencia de una conducta adecuada, los resultados de esa prueba son favorables.