Eran otros tiempos, pero buscando anuncios de principios del siglo pasado, me he encontrado en Internet con este aparatito, el XXX, el mismo nos revela que los deseos no varían ("harder than your husband", "satisfaction guaranteed",...), tan solo las reglas para prevenirlos o censurarlos. Quizás la rebelión de lo cotidiano sea una revolución no siempre valorada por los libros de Historia. Hagan sus comentarios...