Hay charlas padre-hijo que te hacen notar que los pequeños están dejando el mundo de la inocencia. Ayer por ejemplo:
-¿Por qué estos señores son malos, Papá?-preguntó mi hijo mayor mientras miraba la tele, con la clásica insistencia inquisitiva que tienen los chicos.
-No, hijo-contesté sin prestar demasiada atención al programa que miraba, mientras armaba una explicación semi-automática-No es que sean "malos". Es ficción. Hoy hacen de malos y más adelante harán de buenos. Todo depende de quién escribe el guión.
-¿Entonces no tengo que creer nada de lo que digan?-insistió.
-No es que no tengas que creer nada. Podés disfrutar y por un rato hacer de cuenta que lo que pasa es real. Incluso podés meterte dentro de la historia e identificarte con alguno de los personajes. Pero siempre tené en cuenta que es simplemente eso: una historia que te cuentan y que no es verdadera. Los malos de hoy son los buenos de mañana y viceversa. Lo que hoy ves como correcto, contado por otro puede ser muy malo.
-¡Qué lástima! A mi me gustaba creer en todo eso...-y luego de pensarlo un rato, probó por otro lado-Y si el que cuenta la historia es otro, tampoco es real?
Casi me dio pena destruirle la fantasía, pero me pareció que mantener una ficción no era lo más conveniente. Ya estaba en edad de ir entendiendo las cosas como son y disfrutarlas (o no) pero desde una posición más madura, más real.
-Mirá, hijo, a veces depende de quién cuente la historia para que una misma situación sea "buena" o "mala". Es, de todos modos, ficción y algunos lo hacen mejor, otros peor, pero todos cuentan una fantasía. Es como un cuento de los que te contaba a la hora de dormir : armábamos la historia y vos sabías que era un invento de Papá, pero te gustaba imaginarte a los personajes como yo te los contaba e imaginarte las aventuras de los personajes. ¿Te acordás?
-Si, claro-dijo sin demasiada convicción. Y arremetió nuevamente, pero dudando-¿Esto es lo mismo?
-Parecido. Yo no voy a decirte que no hagas de cuenta que las crees. Podés hacerlo y de hecho con cada historia nueva, con cada cambio de personajes y con cada giro de la trama, todos nos metemos un poco en esta ficción, hablamos y opinamos como si la creyéramos. Pero es importante saber que no es real. Saber diferenciar la ficción de la realidad es muy importante, hijo.
-Si vos lo decís, Pa, debe ser así-
Ante la evidencia de que mi explicación no era muy convincente, decidí cambiar el foco:
-Contame, ¿qué dibujito estás mirando?
-¿Dibujito? No, Pa, ninguno. Estoy viendo las noticias. Hablan de política nacional.
Casi doy marcha atrás con mis explicaciones, pero me di cuenta que todo lo dicho aplicaba perfectamente.
Hay un viejo dicho: "Tragedia+Tiempo=Comedia". Yo lo adaptaría a la realidad que vivimos día a día: "Deleznable+Ahora lo hago yo=Loable". Y esto vale para cualquiera sea el que cuenta la historia. Menos mal que nos podemos tomar las cosas con humor y, sobre todo, que podemos abstraernosdel emisor para hacer un collage informativo que nos permita tratar de imaginarnos lo que realmente está pasando. Hoy, nadie es tan malo como para no ser mañana un aliado impoluto ni tan bueno como para no ser un enemigo irreconciliable.