“Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”.Zacarías 4:6
Los cristianos constantemente enfrentamos batallas contra el mundo de las tinieblas. Satanás no descansa en su propósito de procurarnos problemas y situaciones. Es evidente que nuestro adversario utiliza en muchas ocasiones personas débiles en la fe, y que no buscan de Dios para hacernos blanco de sus asechanzas. Pero para comenzar, debo decirte que quien te ataca, ya esta desencadenando consecuencias nefastas sobre su vida, porque tú y yo somos la niña de los ojos de Dios. Muchos hasta han acudido al ocultismo, invocando espíritus engañadores sobre los siervos y siervas del Señor; pero recuerda que “contra Israel no hay agorero”! (Números 23:23)
Como creyentes estamos llamados a no rendirnos, no podemos permitir que nuestro enemigo logre su objetivo. Recuerdo que cuando llegamos al área de Orlando, de la parte oeste, había iglesias que habían cerrado sus puertas ya que la maldad que alimentaba sus conjuros y hechizos les había hecho flaquear y “enganchar los guantes”. La biblia declara en Lucas 10:19 “Os doy potestad de pisotear serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo y nada os dañará” (Lucas 10:19). Lo que Dios desea es que estés dispuesto a confiar y a pelear la batalla de la fe. ¡No te rindas!
Sin embargo, debemos comprender, como dice 2 Corintios 10:3-4, que “aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas”. Esta lucha es violenta, nuestro enemigo viene con fuerza para “robar, matar y destruir”, pero no debemos amedrentarnos y reaccionar humanamente aunque nuestra naturaleza lo desee. Por tal razón es conveniente recordar que Dios ha provisto recursos de gran envergadura para nosotros. En primer lugar tenemos al Espíritu Santo, el cual levantara oposición contra todo ataque del maligno. “Con mi Espíritu” es indicativo de que nosotros no vamos a estar solos en esta guerra, sino que El tomara este asunto personalmente. A su vez, debemos ejercer la autoridad que Dios nos ha legado, ¡hay que pelear!
Cuando la carga te agobie y creas que ya no puedas mas, mira al cielo y deposítate en las manos de Aquel que todo lo puede. Cuantas veces quisiéramos salir corriendo, dejar todo, los problemas aumentan y nos atemoriza el futuro. Una vez más Dios vuelve a recordarte que no estás solo, y te anima a seguir hacia adelante, enfréntate al problema no con tus fuerzas, no con tu inteligencia, no con tus recursos… sino con el Espíritu de Jehová que ha de venir a tu auxilio.
Autora: Lucy CarmonaEscrito para www.devocionaldiario.com